Lina no perdió el tiempo y aprovechando que su padre iba a llegar a la casa por la madrugada debido a su trabajo, decidió quedarse más tiempo con Katy.
"¿Por qué decidiste mentir que yo te había avisado del ensayo de literatura?" cuestionó la alta mientras seguía comiendo el resto del pay de manzana.
La rubia abrió y cerró los ojos nuevamente, se había olvidado que había aceptado un interrogatorio para poder obtener el número de la alta y así poder comunicarse con ella.
"Tampoco quiero tener mala nota" respondió con una sonrisa.
Katy pasó a la siguiente pregunta, no valía la pena confirmar que algún chica le había pasado el ensayo solo para ser su amigo, privilegio de populares.
"¿Planeas postular a algún cargo para aumentar tu fama?" inquirió con curiosidad, en el jardín de infantes, la rubia había sido elegida como la amiga de todas y la princesa de la primavera.
"Aún no lo sé, pero pienso unirme al taller de dibujo y pintura" contestó buscando en su celular fotos de sus trabajos.
La alta se sorprendió un poco, pensó que Lina elegiría algún deporte, no recordaba que a ella le gustara dibujar o incluso pintar.
"¿Por qué has cambiado respecto a tus preferencias?" interrogó directamente.
"Tuve muchos cambios cuando me mudé y también pasé por algunas situaciones incómodas, inevitablemente terminé sintiéndome más a gusto con el arte porque sentía que era una forma correcta de expresar lo que quería en vez de hablar al vacío" explicó mientras que su postura se ponía más rígida, no le gustaba hablar de cómo se sentía "Además, el deporte te causa sudor y prefiero mi piel limpia" agregó mientras se sacaba la casaca y enseñaba sus brazos delgados.
Katy suspiró, Lina seguía siendo presumida a pesar de todo, pero tampoco es que fuera una persona nefasta, al menos no al admitir parte de sus cambios.
"¿Por qué te mudaste?" demandó con el aliento retenido, necesitaba saber la razón o realmente no podría respirar correctamente.
Los ojos azules expresaban inquietud al ver la visible incomodidad de la alta, sabía que esa duda había perseguido a Katy durante los siguientes años después de su repentina desaparición.
"Tuve problemas familiares, es lo único que te puedo decir, cuando sea el momento adecuado te contaré todo" contestó con dificultad.
"¿Has vuelto por el cambio de trabajo de tu madre cómo dijiste en clases?"
"Lo volveré a repetir, cuando sea el momento adecuado te lo contestaré todo" articuló la rubia lentamente.
La alta asintió y dio por terminado el interrogatorio, tampoco era su gusto estar causando incomodidad en las personas. Se levantó del sofá y abrió su mochila, sacando algunas hojas blancas de su falder y dirigiéndose a su habitación para sacar su cuaderno de arte y cultura, no se dio cuenta que la rubia le había seguido hasta que volteó.
"Ha cambiado bastante" soltó Lina inspeccionando el cuarto.
Ya no tenía el poster de una caricatura, ahora se encontraba una gran imagen de una actriz. Las hojas con dibujos que ambas habían hechos tampoco se encontraban en el armario, ni siquiera los banderines de flores que habían hecho, nada. El color celeste que antes estaba pintado en toda la pared había sido reemplazado por el típico color blanco. Incluso la cama había sido sustituida, ahora no tenía un estante en la parte superior para colocar objetos, la madera era lisa y simple.
"Lo sé, ahora retírate de mi habitación que voy a cambiarme" invitó Katy abriendo más la puerta de su cuarto.
Lina rodó los ojos.
"Somos mujeres, no hay nada que ocultar, tenemos lo mismo" comentó con una leve risa.
"Da igual, aprecio bastante mi privacidad, así que te retiras por las buenas, cabello de mazorca, o por las malas" articuló la alta con seriedad.
La rubia fingió estar ofendida con el apodo y salió de la habitación entre risas. Katy cerró la puerta tras si y suspiró mientras se recostaba, tampoco podía decirle el verdadero motivo, no a alguien que estaba acostumbrada a recibir el amor masculino y no el femenino, sería raro.
Se cambió de ropa por el conjunto que solía usar estando en casa y ordenó sus cuadernos, su habitación no estaba tan desordenada, pero tampoco con el mejor aspecto.
Lina bajó las escaleras lentamente, echando un vistazo para todas las direcciones, buscando algo novedoso. Al no encontrar algo, se sentó nuevamente en el sillón y bebió un sorbo de limonada, cambiado continuamente de canal. Estaba algo aburrida, había pasado media hora y aún Katy no bajaba, vaya que las chicas se demoraban en alistarse, pero tampoco es que fuera a salir para impresionar a alguien, ¿o si?
Al alta bajó luego de un par de minutos más, llevaba un pantalón holgado y un polo de manga larga con un escote pronunciado que mostraba sus clavículas. Lina tuvo que aceptar que Katy era sumamente atractiva, que incluso podía superarla si tenía el cabello largo.
"¿Quieres comer otra cosa o prefieres comer cuando ya sea la hora de lonche?" preguntó con el celular en las manos.
"Tampoco soy de consumir muchos alimentos, pero sería bueno comer fresas" dijo Lina bostezando.
"Lamentablemente no tengo fresas, pero hay aguaymanto" sugirió la de ojos verdes, pero la rubia negó con la cabeza, no le apetecía algo ácido en ese instante. "Bien, entonces estaré un rato en el cuarto de objetos, voy a buscar algo" agregó con determinación.
La rubia se levantó inmediatamente, tenía curiosidad por conocer toda la casa actual, así que apagó la televisión y se acercó a la contraria.
"¿Puedo acompañarte?" cuestionó sonriendo.
Katy no estaba tan convencida, pero terminó cediendo ante la mirada profunda de la contraria. Su madre le había dicho que en una de las cajas estaba un álbum de fotos de una estudiante, puesto que se lo decomiso porque estaba pegando imágenes entre las hojas en vez de prestar atención a la charla de vóleibol, la chica había vuelto después de terminar su universidad con una maestría en ciencias del deporte y la había citado para volver a ver a su profesora que le había inspirado, por eso mismo su madre quería asistir al encuentro con el álbum de fotos a modo de recuerdos de sus anécdotas juveniles. Se dirigió al pasillo desolado y abrió la puerta con llave, encontrándose con una inmensa habitación que en un principio estaba destinada a ser el comedor y se encontró con un manto de polvo.