El diario de Katy.

Torbellino de emociones.

Katy respiraba profundamente en medio de la cancha de vóleibol, sola en el gimnasio casi vacío. Las ventanas altas dejaban entrar la última luz de la tarde, iluminando de forma cálida el espacio mientras ella lanzaba el balón una y otra vez, como si así pudiera despejar la maraña de pensamientos que la atormentaban.

Estaba confundida, no sabía que hacer.

Su rendimiento en los entrenamientos había bajado notablemente; la entrenadora ya había hecho comentarios al respecto, y aunque Katy intentaba enfocarse, la preocupación de quedarse en el banco le pesaba cada vez más.

Úrsula, que últimamente la acompañaba en sus prácticas extra, llegó al gimnasio con un par de empanadas en la mano, haciéndole un gesto a Katy desde la entrada. A pesar de la racha tensa que habían tenido en las últimas semanas, aquella cercanía volvía a sentirse como en los viejos tiempos.

Aquellos tiempos donde eran un dúo inseparable.

"¿Cuánto llevas aquí, cabezona?" bromeó Úrsula mientras le pasaba una de las empanadas "Deberías bajar las revoluciones un poco"

Katy le sonrió, tomando el empanada y mordiéndola con un leve suspiro de alivio.

"No sé… Es como si cuanto más entreno, peor me va" dijo con la voz cargada de cansancio, y Úrsula, aunque normalmente respondía con ironía, solo le dio una palmadita en el hombro, reconociendo la sinceridad de sus palabras.

La pelirroja sabía el motivo tras las actitudes de la alta y eso la hacían molesta, pero aún así prefería consolarla y estar a su lado para que finalmente se diera cuenta que todo debía volver al mismo lugar de siempre.

Ambas se sentaron en la duela de la cancha, compartiendo el silencio y el momento. Era casi como en los viejos tiempos, cuando no había malentendidos ni tensiones. Úrsula siempre había sido esa amiga que parecía desinteresada, pero en momentos como esos, se quedaba y ofrecía su compañía sin hacer preguntas de más. Katy se lo agradecía en silencio, aunque prefería no decírselo directamente.

Mientras tanto, Lina observaba desde la distancia. Llevaba una semana soportando la indiferencia de Katy, y eso la estaba desesperando. Sabía que su plan de acercarse a ella después de lo sucedido en el pasado no iba a ser fácil, pero jamás se imaginó que Katy reaccionaría con esa frialdad cuando creía que nuevamente se estaban volviendo cercanas. Así que, con el diario de Katy aún en su poder, Lina había decidido tomar las riendas y poner en marcha su plan para recuperar su atención.

La rubia no iba a permitirse perder ante la chica bronceada, porque era más que obvio que Katy estaba así con ella debido a Úrsula.

El martes en la mañana, Lina llegó temprano al colegio. Escondió su mochila en la biblioteca y luego se dirigió a la ventana del aula de debate, desde donde podía ver cuando Úrsula llegara. Sabía que la pelirroja solía ser puntual y que siempre pasaba al baño antes de ir a clases para arreglarse. Su plan era sencillo pero astuto: una estudiante de tercero se acercaría a Úrsula y la distraería el tiempo suficiente para que Lina pudiera buscar en su estuche de maquillaje.

Porque no había cosa que más le dolía a la pelirroja que se metieran con sus cosméticos.

Después de unos minutos de espera, vio a Úrsula entrar. Apenas la pelirroja pisó el pasillo, la chica de tercero se le acercó, simulando una situación de urgencia.

"Úrsula, sé que apenas nos conocemos, pero necesito tu ayuda, por favor. Tengo una cita y no sé qué ponerme…" decía la chica, usando un tono de auténtica desesperación que casi convencía hasta a Lina, que observaba desde lejos.

No por nada dicha chica había pertenecido al club de teatro, sin importar que ya lo había abandonado en el último año de primaria, sus habilidades actorales aún seguían en flote.

Úrsula, que al principio parecía reacia, sonrió con algo de orgullo al ver que alguien confiaba en su sentido de la moda.

"Está bien, pero que sea rápido. ¿Qué tienes en mente?" preguntó, mientras la chica de tercero empezaba a relatarle sus ideas con emoción.

Lina aprovechó el momento. Entró al salón vacío y rebuscó en el estuche de maquillaje de Úrsula, tomando su labial favorito y guardándolo en el bolsillo sin hacer ruido. Luego, salió con la misma sigilosidad con la que había entrado y se dirigió de vuelta a la biblioteca, donde fingió leer un libro.

Estaba vez tenía que salirse con la suya.

Momentos después, la chica de tercero subió y le informó a Lina que había logrado distraer a Úrsula con éxito. Lina le sonrió satisfecha y le dio los veinte soles prometidos junto con otros doscientos para que pudiera ir de compras con Úrsula más tarde.

"¿Estás segura de esto?" volvió a preguntar la muchacha con inquietud.

La rubia alzó la cabezs y le dirigió una mirada seria que incentivó a la contraria a irse rápidamente del lugar.

Ya con todo en marcha, Lina aprovechó para escribir una frase en su cuenta de Instagram, citando una canción en inglés. Apenas sonó el timbre que anunciaba el inicio de las clases, bajó y se dirigió al salón, donde encontró la escena esperada: Úrsula, con el ceño fruncido, revisaba su estuche de maquillaje una y otra vez.

"¿Dónde está mi labial?" gruñía Úrsula, claramente frustrada, mientras María intentaba calmarla "Lo tenía aquí, ¡estoy segura!"

"Tal vez se te cayó" sugirió María con tono pacificador, pero Úrsula negó con vehemencia.

Katy, que acababa de llegar, se acercó a saludar a Lina, y después de un breve intercambio de miradas, se unió a la búsqueda del labial de su amiga.

"¿Quieres que te compre uno?" ofreció Lina, fingiendo preocupación mientras Úrsula la miraba con recelo.

"No, quiero ese" insistió Úrsula con una mueca de disgusto.

Las demás chicas se unieron a la conversación, especulando sobre el paradero del labial, y Lina, en un tono sutilmente acusador, dejó caer comentarios que llevaron a las demás a sospechar de una chica de quinto año que, según ellas, había tenido un conflicto con Úrsula en el pasado. Pronto, Úrsula pareció convencida de que esa chica había sido la culpable y empezó a trazar un plan de venganza.



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En el texto hay: diario, lesbiana, chicas amigas

Editado: 08.11.2024

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