Creo que todos hablan de lo duro que es superar el día de tu partida.
Pero muy pocos hablan de lo mágico que fue tu llegada a mi vida.
Llegaste en un momento en el cual yo estaba cansada de todo y de todos, lograste despertar algo en mí que parecía estar dormido.
No quiero creer que te iras, pero no es una sorpresa ya que siempre vas y vuelves sin quedarte en un lugar fijo. Lo cual puede quizá no parecer nada para ti, pero, tú no sabes lo que he llorado por las noches recriminándome que hice algo mal para ahuyentarte y a veces siento que no volverás, que por fin mi corazón tendrá paz.
Pero siempre vuelves y es en el momento adecuado, cuando peor estoy emocionalmente tu vuelves y por alguna razón que no quiero admitir.
Tu, tu me haces feliz, pero jamás lo escucharas de mi boca ya que no quiero que pienses que tu mera existencia me importa tanto, aunque tu y yo sabemos todo lo que significa esta enredada situación.