El diario de Lila, una chica anoréxica.

Diez

4 de diciembre de 2016 

Finalmente le conté a Gabriela la infidelidad que le estaba haciendo mi padre, ella al principio se negó a escucharme. No tuvo más remedio que acompañarme al centro comercial, lugar donde Hugo (mi padre) se encontraba con la muchacha. Él usaba la misma seducción de comprarle cuánta chuchería que quisiera, Gabriela esta en proceso de divorcio y contra todo pronóstico me dio las gracias por decirle lo que estaba pasando.  

¡Casi lo olvidaba¡, ayer fue la fiesta de disfraces en casa de Kenia, fue una total locura, algunos chicos vomitaron sobre sus muebles. Y como pensé, mi atuendo fue el más bonito, se trato de un vestido pomposo de terciopelo rojo y una máscara plateada al mero estilo de un carnaval. Mamá si que se lució, tanto que sacará provecho de eso para vender una nueva colección inspirada en los carnavales, si tengo suerte le pediré que me deje modelar uno de sus vestidos. Antes habría sido la mismísima burla con mi grotesco cuerpo lleno de grasa, pero hoy en día tengo una delgadez que no tiene nada que envidiarle a cualquier modelo. 
 



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En el texto hay: realismo, adolescentes y problemas

Editado: 12.07.2020

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