El Diario De Matt

NO ESTOY LISTO

Al día siguiente, después de mi cumpleaños, todo parecía ser normal, tenía que ir a la escuela primaria, ver a mis compañeros haciendo travesuras, yo bien sentado pensando en muchas cosas, solo esperaba a que llegue la hora de salida. 
Sin embargo, se me acercó una niña, invitándome a jugar con ellos, una parte de mi quería jugar, mientras otra pensaba en que quizá pueda lastimar a alguien. A pesar de todo, la niña insistía, y accedí.

Mientras estábamos en el patio, uno de los bravucones se acerca y me hace recordar el pre-escolar. Mencionando que se las vería conmigo, en ese momento me recordé de Pedro, pero él se había cambiado de escuela, es claro porqué tomó esa decisión, pero bueno me hice el valiente, y recibí una bofetada en la cara, por lo que me quedo sin hacer nada.
Los demás se reían, y yo sólo estaba allí, sin hacer ningún movimiento. Algo se apoderó de mi en ese instante, que trataba que yo hablase, sin embargo me resistía.

La profesora nos pide que ingresemos al aula, y todos acceden, cada uno en su respectivo lugar.
A la hora de salida, ya no pude contener aquella sensación, y me acerqué al bravucón que me había golpeado.

*Grave error, lo que acabas de hacer.
-¿Quieres otro golpe?
*(Me río, en voz baja, pero me río con tantas ganas).
-Ya verás a la hora que salgamos del aula
*Hoy me llevaré a tu perrito al que tanto amas, sólo ve a casa y despídete, piensa que te tengo consideración, por no llevarme a alguien de tu familia.
-¿Qué me estás queriendo decir?
*Simplemente que eres un inútil al cometer acciones sin antes pensar con quién te estás metiendo. 
-Te golpearé hasta que te arrepientas de lo que estás diciendo.
*(Empiezo a reír), ¡VAMOS HAZLO! y acerco mi cara.
-Se quedó pensando, no hizo nada.
*Le guiño el ojo, ahora sólo ve a casa y despídete de tu mascota.
Y me retiro del aula.
En la puerta estaba mi abuelo había ido a por mí. 
-¿Cómo te ha ido en la escuela?
*Bien, muy bien. (Tenía la sensación de llamarle amigo)
-Me parece genial. Sabes que a pesar de que yo no esté a tu lado, puedes contar conmigo, siempre estoy allí, puedes llamarme amigo.
*Me parece re genial, desde ahora te llamaré: ¡AMIGO!.
Fuimos por unos helados, luego al parque, jugué con unos niños que luego, me preguntaban si vendría mañana, por lo que yo les respondía que sí.
Al día siguiente volvíamos al mismo parque en que había quedado con los niños y no los encontraba a ninguno, siempre eran otros niños, que terminaban diciéndome lo mismo: "Mañana nos vemos a la misma hora".

Por cierto, a partir de ese día no fue el bravucón a clases hasta una semana después.
De igual manera, ingresamos a clases, todos estaban pensativos o bueno yo les veía de esa manera.
Sin embargo, el bravucón estaba re triste, en su carpeta, no hablaba con nadie, sus amigos le trataban de reanimar pero no hacía nada.
Hora del refrigerio.
El bravucón se acerca a mi.

-¡Dijiste que solo te llevarías a mi mascota!
*Fue lo que dije. ¿y pasó no es así?
-¡TE LLEVASTE A MI MASCOTA Y A MI ABUELITA!
*No tengo nada que ver con tu abuela
-Eres el único que dijo algo así 
*Rayos
-¿Qué pasa?
*Nada, sólo sé que aún no estoy listo. Ya me di cuenta, a que se refería. 
-¿QUIÉN?
*Mientras menos sepas mejor.
-Lo siento, ¿ok?. No volveré a meterme en tu vida. ¿Vale?
*Lo sé, aunque no confío en ti. Te alimentarás de venganza, eso te lo aseguro.

Acaba la hora del refrigerio, cada uno al aula. El bravucón llorando, la profesora llama al director, con el fin de que llamen a los padres del chico y se retire a casa.
Mientras yo, pensando, en cómo había logrado hacer eso, parte de mí, sentía que tenía algo especial y otra parte sentía miedo.
Miedo a que todo se salga de control, miedo a caer en la tentación de eliminar a todo que me haga daño.
Los días pasaron, culminamos el primer grado de escuela, se acercaba navidad y todos estaban emocionados.
El día 24 de diciembre, muy temprano. Desperté un poco extraño, había tenido sueños muy extraños, pero era vísperas de navidad y no le presté atención.

Me acerqué al comedor, a tomar desayuno. Todos estaba dormidos en casa, así que tomé yogurt con cereal, y volví a mi cuarto.
Estando allí, se acerca el viejo con traje, sorprendido por su llegada, me quedé inquieto. Eran varios meses que no lo veía, exactamente desde mi cumpleaños.

*¿Quién soy?
-Eres Matt.
*Me refiero a si soy de los buenos o malos.
-Una pregunta muy profunda. 
*Han pasado muchas cosas de que amigo está conmigo.
-Es tu guía espiritual.
*¿Para qué me estoy preparando?
-Algo muy importante para nosotros espera en un futuro, no muy lejano.
*¿Quién eres? ¿quiénes son?
-No puedo decirte, aún no estás listo.
*¿Listo para qué?
-Para elegir el camino, de los buenos o malos. Está en ti la respuesta, estas formando tu carácter y personalidad.
*¿Cómo se lo explico a la persona a quién lastimé? 
-Es el ciclo de la vida, no tienes que explicar nada.
*Entiendo, esa es la razón de saber que camino tomar.
-Poco a poco verás el camino.
*Me han pasado cosas muy extrañas, incluso por sueños. ¿Qué significa?
-No puedo mostrarme ante ti, las veces que quiera. Sin embargo puedo mandarte mensajes a través de tus sueños, debes aprender a interpretar, Verás, poco a poco sabrás los significados.
*¿Porqué yo?
-Tu situación se cruzó delante de mí, y te elegí. 
*De acuerdo, algún día sabré ¿quién eres?
-Probablemente. Te he dejado un presente bajo tu cama.
y desapareció, como la vez del cumpleaños.
Me acerco a ver que habia dejado, era una fotografía de la abuelita, el bravucón y su mascota.

 



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En el texto hay: historia, ancianos, romance drama

Editado: 01.08.2020

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