Cuando vi la foto, me sorprendí bastante, no sabía que hacer, sentía que mi corazón quería explotar, me sentí culpable. Sentía que yo había matado y destruido a su familia.
Me hacía preguntas como:
¿Realmente quería esto?
¿Se lo merecía?
¿Soy yo, o el viejo con traje me domina?
Y las preguntas seguían llegando a mi mente, hasta que me puse firme y dije, me disculparé, de seguro me perdonará, dejaré que me golpee, me sentiré mejor y todo será igual que antes.
Decidido fui al día siguiente a la escuela primaria, a la hora del recreo, me acerco al bravucón.
*¿Todo en orden?
-Sí, todo bien.
*Verás, he venido a disculparme y ...
-Antes que digas algo, no tienes que disculparte de nada, yo fui el culpable de todo, ¿ok?, solo fuiste el medio para hacerme reflexionar y saber que estaba haciendo mal.
Me pareció extraño oírlo decir esas palabras, o era quizá el miedo que le hacía sentir eso.
Dejé de escucharlo por un momento, mientras el seguía hablando, hasta que lo interrumpo.
*Tengo algo que mostrarte
-Ok, aquí es seguro
Le muestro la fotografía.
-¿Cómo es que tienes esa foto?
*Ayer vino tu abuelita a mi casa y me lo entregó, me pidió que te lo entregase.
No pude decir lo que pensaba, algo en mi me forzó a que diga esas palabras.
El bravucón me abraza.
-Gracias, necesitaba escuchar eso.
*Lo siento mucho.
-No te disculpes, pero ¿ves a los muertos?
En ese momento no supe que decir, ¿el viejo con traje es un muerto? ¿La sombra "amigo" es el alma de un muerto? ¿Quiénes son? ¿Y si ahora, el bravucón también está con una sombra en sí? ¡Carajo!, soy muy pequeño para enloquecer.
Mientras estaba callado, empecé a sentir una sensación de querer reír, pero no era la ocasión, así que le respondo.
*Me han pasado cosas extrañas, la verdad no sé que es.
-Es un don.
*Deja de hablar como si fueses un bebé.
-Soy travieso y me comporto así para olvidarme de todo lo que me pasa.
*Pareciera que te haz vuelto tonto, ya ni pareces bravucón.
-Molestaba a otros para que nadie se meta conmigo, pero te prometí que cambiaría.
*Ok, como quieras.
Dejo la foto en sus manos y me dirijo al salón, la maestra me observa detenidamente.
"Rayos, de seguro tengo algo en mi, y ahora me dirá algo", pienso.
+Matt, acércate aquí un momento.
*Sí, maestra, dígame.
+Eres un buen chico, y no deberías de tener amistades como, ya sabes a quien me refiero. Te he visto conversar con él, y me parece que es un niño demasiado molesto hacia tus compañeros.
*Ha cambiado, y por cierto, no es mi amigo.
-Me alegro. Sin embargo, deberías juntarte con los que están sentados adelante, sabes mucho de los temas, les vendría bien acoplar sus ideas ya que también sacan buenas notas.
*Lo intentaré, pero por ahora estoy bien así, recién los voy conociendo.
-Genial.
Y me abraza, cual persona que abraza un osito de felpa, sentí una sensación extraña, como si le gustara a la maestra. En fin, dejemos de pensar en eso, me dije a mi mismo.
01 de mayo de 2004, vino a mi recuerdos de cuando habíamos recibido el año nuevo como de costumbre, reunidos en familia, pidiendo buenos deseos para todos.
Mi madre estaba embarazada, tendrás una hermanita, dijeron mis padres. Estaba muy emocionado, la verdad es que siempre pensé o esperé tener un hermano o hermana, me hacía un montón de ideas, de seguro sería en quien pueda confiar y que sé yo, de todas maneras sabrá lo que pasa en esta casa.
Pero aún faltaba para su nacimiento.
Mi vida seguía en curso, y yo re feliz porque ya no venían sombras, descansaba tranquilo, y como todas las tardes, amigo y yo íbamos al parque.
Cada tarde al regresar, amigo y yo, alagábamos a las señoritas que veíamos pasar por la calle. Nos acercábamos a entregarles detalles, o simplemente las saludabamos, mencionando que se veían bien. Nos devolvían, sonrisas, y nos agradecían. Solían, abrazarme y tocar mi cachetes, aunque no tenía. Era flaco así que no había cachetes.
07de junio, día de la bandera en mi país, en la escuela teníamos que realizar un desfile. Por lo que me eligen para ser parte de la escolta. Emocionado, ya que iba a llevar la bandera con mucho orgullo, empezamos a alistarnos. Mis compañeros se veían contentos. Las bocinas empiezan a sonar y nos presentan.
Sentía las miradas de todos, en mi. Pero eso no era el caso, cuando me di cuenta llevaba la bandera pesada con solo una mano, mientras saludaba a la gente. Las personas miraban sorprendidas, hasta que algo en mi me hace que agarre con las dos manos, y escucho una voz que me dice. Actúa normal, nos descubrirán, luego te harán preguntas, y no podremos ayudarte.
Fue entonces en que seguimos con el desfile, y la ceremonia continuó.
Una vez que todo terminó, nos dirigimos al salón, mis compañeros intentaban levantar la bandera con solo una mano y no podían.
Por suerte, nadie preguntó nada.
20 de julio 2004, es mi cumpleaños número siete, el número que marcaría mi vida y lo usaría como número de la suerte.
Sucede que, aquel día, casi muero tres veces.
El primero fue, mientras salía y me dirigía a la escuela, un auto venía a gran velocidad, estaba a punto de estrellar contra mi, y siento que algo me empuja y me retira de la vía. Tirado en el piso, me quedé pensando ¿cómo fue que pasó eso?.
El segundo mientras estaba en la escuela, el bravucón, me dice que tenía algo para mí, por ser mi cumpleaños. Había encontrado algo, a espaldas del aula. Nos dirigimos, y fue cuando el bravucón, saca un cuchillo de su bolsillo.
-¿Pensaste que quedaría así?
*No hagas nada que luego te arrepientas y será tarde
-Los perdí, y te burlaste de mí.
*Tú, ¿no te burlas de los demás?
-¡Ahora me los pagarás!
Se dirige a mi a una velocidad, en la que iba a impactar conmigo y clavarme en el corazón.
En fracción de segundos, no recuerdo cómo fue pero el cuchillo estaba en mi mano.
El bravucón cae al suelo.
Fue allí donde me acerco levanto su camiseta que llevaba puesto. Y escribo.
FELIZ CUMPLEAÑOS MATT.