ME FALTA EL AIRE

Como era de esperarse, Hugo pregunta a Pam, sus dudas.

Hugo me cuenta lo que le había respondido, se sentía más seguro, sin embargo, me di cuenta que ya no confiaba en mí. 
Para mí, vale más las palabras sin mentiras,  ese momento todo se tornaba extraño. Quizá porque imaginaba que Hugo sería sacrificado, o tal vez jamás confiaría en alguien, que sé yo.

Pasaron unos meses, ellos seguían saliendo. Yo salía con Cami, bueno era ella quien me buscaba para salir y yo accedía. Solíamos andar en la oscuridad, buscábamos zonas realmente oscuras, donde los árboles y arbustos cubrían todo, en el transcurso de esos días, me dice que se mudará, que solo estará hasta el fin del trimestre. Aproximadamente finales de Junio. Lo que significaba que no la vería en mi cumpleaños.

Decidimos pasar más tiempo juntos.

- ¿Mañana vamos al puente de los dementes? -exclama Cami entusiasmada.
* De acuerdo, después de clases - digo en tono dudoso.
-¿Qué pasa, no quieres ir? Me mira a los ojos.
*No es eso, solo que trato de no pensar en que te irás. -se me entrecorta la voz
-Las personas son etapas.  ¿Sabes algo? Te quiero como el viento quieren las olas.
*También yo. -El tono triste era más notorio. 
-Dibujemos el cuento que queramos estos días que nos queda. -Me dice con sus ojos, llorosos.
*Vamos al puente de los dementes. -La tomo de las manos.
-Genial. -Lágrimas caían de su triste rostro.
*No llores, sabes que te echaré de menos y de seguro que estarás mejor sin mi. Yo estaba bien o eso pensaba, hasta que te conocí y empecé a negociar con el amor, ahora soy quien perdió. 
-No puedo parar de llorar, me odio por no quedarme, estoy segura que en el silencio nos buscaremos. Estoy en la delgada línea de irme o quedarme, soy una tonta dejándote pensando en el mañana, no valoro las cosas que tengo pensando que somos etapas. Pero siento que el silencio que tenemos no es lo mismo que antes, si al final muero de amor prefiero que sea contigo. -Expresaba cada palabra entre cortada.
*Siempre tuve miedo a tomar decisiones, pero siento que es mejor así, aún no estamos preparados, solo tenemos que dejar que esto termine, dejemos de hablar y el corazón dirá lo que debamos hacer. -Decía firmemente mirándola a los ojos.
-Tengo que irme a casa.
*Nos vemos mañana ¿vale?
-Por supuesto -expresa con una sonrisa triste.

Caminamos hasta cierto punto, y nos tuvimos que separar. Tomábamos caminos distintos. Mientras pensaba.

Hacia donde vamos, cuando personas que sientes que quieres tienen que marcharse. Almas rotas que no viven pero nunca mueren. Somos etapas como dice Cami, o simplemente tenemos miedo al propio miedo. Las heridas que se curan dejan cicatriz, es momento de saber dejar ir. No hay manera de cambiar eso...

Mientras pensaba, se me acerca un anciano.

-Joven, ¿conoces la calle los verdes? 
*No, quizá se encuentre en otro distrito, por estos lugares no existe tal calle. -Le respondo con un tono amable.
-Muchas gracias. Todo ya no es como antes. -se entre corta la voz.
*Sí, el mundo está cambiando. 
-Todo gracias al Príncipe oscuro. -me mira a los ojos
*¿Quién le dijo eso? -me intriga su mención
-He vivido de sobra, tanto que creo que he perdido la cordura, estudié los astros y mencionan tu llegada.
*¿Cual es la finalidad?
-Sabrás que hacer en el momento exacto.
*Déjeme acompañarle.
-Puede que muera, puede que no pueda, si me he perdido, ¿qué sentido tiene el vivir si no puedo decir lo que siento? No quiero que llores, ya no puedo seguir reconstruyendo lo que tú rompas. -brotaba lágrimas de sus ojos.

Echó a correr, a un callejón sin salida. Voy corriendo, sin embargo, ya no estaba. Lo busqué en todas partes e incluso bajo el banco, no había nada.

Reviso el reloj, era demasiado tarde. Corriendo me dirijo a casa.

Al llegar a mi cuarto pienso.

Estoy viviendo una ficción o una realidad, tengo un dueño, quiero salir corriendo y tomar un vuelo, o quizás empezar de cero, siento una herida pero no la puedo ver, que me duele, que me esta pasando, por qué la única vez que he llorado fue al ver tal visión, que estoy rompiendo, cometí errores que cometí alguna vez, promesas que hice a personas que jamás cumpliré, o solo es la locura que invade mi cabeza...

Pensando todo eso, me quedo dormido.

Al día siguiente, me despierto muy temprano. Empiezo a realizar mis deberes. Me sentía más calmado, y ni una palabra a mis padres. No solía contar nada.

Al llegar a clases, era día de examen.

Lo había olvidado por completo, Hugo solía sentarse ahora con Pam, sin embargo, por el tema del examen vino a mi sitio.
Saludé amablemente, era notorio el cambio entre nosotros. Quizás era Pam quien decía cosas sobre mí,  o simplemente  Hugo era quien se aprovechó de mi todo este tiempo, querer sacar buenas notas a causa de mí.

Lo pondré a prueba pensé.

El profesor empieza a entregar los exámenes.

Miré de reojo, y Hugo no resolvía nada, estaba haciendo gestos para llamar mi atención.

Giro la cabeza, y me hace señas de que le pase las respuestas. Muevo la cabeza, diciendo que no.

Me mira con una furia, había cambiado bastante Hugo, o es que ¿así fue siempre y no me di cuenta? -pienso.

Al finalizar el examen, me dice.

-¿Por qué me hiciste eso?
* Yo tengo motivos para hacerlo, nunca fingí ser tu amigo.
- Yo no soy tu enemigo. 
* Confiaba en ti y me equivoqué. Apostando por ti, de que en verdad tenía tu amistad. 
- Eres mi amigo, eras tu quien me usaba como si fuera un muñeco.
*Tu no me entiendes yo no te entiendo, es claro que ya no es como antes. 
- ¿qué pasa contigo? 
* Veremos si eres mi amigo, pero que sepas que no te ayudaré más. 
- Vale, verás que es así.

Al finalizar las clases, Cami estaba esperándome en la puerta del colegio.

- Llegó el momento, ¡vamos!
* Estás emocionada.  -Río