Primera semana de Julio, seguía esmerado en los estudios, Hugo al otro lado del salón, me alegro mucho por él. Pam, se veía feliz, supongo que ha cambiado, que ambos son tal para cual, que suerte tienen algunos.
Unos amigos se acercan y me dicen que organizarán una reunión esa noche. Les digo que asistiré.
Al finalizar las clases, me dirijo a casa, me encuentro con Hanna, una chica que estaba en mis clases pero no solíamos hablar, sin embargo, se me acerca.
-Matt, ¿cómo estás? Sostiene su pipa encendida en la mano derecha.
- ¡Estoy genial! ¿ Y tú? Pregunto educadamente.
- ¿Irás a la reunión de esta noche?
* No lo sé, tal vez.
- No vayas, vamos a caminar al parque. Dice entusiasmada.
* ¿ Tú no irás a la reunión? Digo sorprendido.
- He peleado con mis amigas. No las quiero ver. Mientras da una pitada a la pipa, que por cierto, tenía un olor muy fuerte.
* Vale, nos vemos a las 20:00 en la plaza.
- Genial, nos vemos.
Sigo mi camino, hasta llegar a casa, a mis padres les digo que iré a caminar un rato por la plaza y acceden.
Al llegar a la plaza, la veo sentada en los bancos. Me acerco.
- Hola.
* Llegué. Empiezo a reír.
-Me suelta una sonrisa, ¿vamos?, se levanta del banco.
Nos dirigimos al parque el cual quedaba cerca, mientras caminábamos sobre la Alameda, puedo sentir el frío que hacía, a pesar de estar bien abrigado. Tenía las manos congeladas, ni que decir de mis dedos, tan fríos que ni los podía sentir.
Hanna me interroga.
- ¿Que harías si llego a tu casa y empiezo a cantar con todas mis fuerzas?
* No haría nada, de seguro estarías cantando en casa de otra persona, ya que nadie sabe donde vivo. Y empiezo a reír.
- Buen punto. Suelta una risa desafiante.
* Siempre tengo la razón. Rodeo los ojos.
- ¿Te gusta alguien?
* Empiezo a reír, prefiero no hablar de ese tema.
- Sospechoso, esto se pone interesante. Saca la pipa que llevaba en el bolsillo y lo enciende, da una pitada y pregunta. ¿Te arrepientes de algo?
* Trato de no hacerlo, pero hay cosas que quizás hubiesen pasado de otra manera si no fuera por influencias internas.
- ¿Influencias internas?, explícame, seré tu psicóloga. Y se manda otra pitada.
* Empiezo a reír. No lo entenderías.
- No lo entenderé pero trataré.
* De acuerdo, no debería hacerlo, creo que el humo me está afectando. Empiezo a reír.
- Quizás, está fuerte esta cosa.
* Bueno, empiezo. Desde pequeño experimenté cosas, que siento que hay una lista negra donde mis deseos se cuelan, si alguien me lastimaba algo malo le pasaba.
- Eso es bueno, a mí me gustaría tener ello. Por cada frase que decía se mandaba su respectiva pitada.
* En realidad no creo que estarías feliz con esta sensación.
- Eres el tipo de los buenos. Debes de tener cuidado, siempre hay personas que suelen lastimar.
* Sí, lo sé. Si te contara toda mi vida estarías consumiendo mucho más, con tratar de entenderlo. Me empiezo a reír por lo achinada que estaba.
- ¿Te estás riendo de mí? Yo soy tu psicóloga y me encargaré de que te sientas comprendido. Haremos muchos experimentos.
* Estás loca, o fumada. Empiezo a reír.
- Sí, la verdad que sí. Me gusta estar así. Empieza a bailar en estilo reggae.
* Ya es demasiado tarde. Eran las 23:00 horas.
- Quédate un ratito más.
* No puedo, si he quedado con mis padres a una hora debo hacerlo. Quieras o no.
- Muy bien, pasaste la primera prueba. Te dije que haría experimentos.
* Esa mota está buena, por lo que veo.
- Mi madre es psicóloga, sé todas las terapias. Empieza a soltar carcajadas con sus pupilas dilatadas.
Mientras caminábamos de regreso a la plaza, reíamos no tengo idea del por qué, quizá sea el efecto post humo.
Nos despedimos y voy a casa, era tarde así que empecé a correr, me gustaba sentir la brisa tan fría sobre mi rostro. El movimiento de mi cabello golpeando, y sobresaltando el ambiente.
Al llegar a casa ingreso, teníamos visitas. Había llegado unos tíos, los cuales estaban conversando de temas importantes, dijeron. Así que después de saludarlos, ingresé a mi cuarto. Y me dormí.
18 de Julio,
Estoy sentado al lado de Francis, esperando a que el profesor entregue las notas.
Hanna, me hace señas de que si se puede acercar. Le hago señas de que normal, no hay problema.
Los sitios localizado en la parte de atrás estaban vacíos, por lo que me dice si podemos ir allí. Accedo.
- ¿Matt, que harás el 20?
* No vendré. Sonrío.
- Rayos, dice ofuscada.
* Es que es mi cumpleaños, y no estaré en casa.
- ¿En serio?, también cumplo años ese día. Te preguntaba para invitarte a mi fiesta. Pero, no hay forma. Igual por si te animas a pasar un momento por mi casa, aquí te dejo la tarjeta.
* Haré lo posible.
- Vuelvo al rato.
Se retira y regreso a mi sitio, el profesor entrega la notas, me alegro bastante, porque tenía buenas notas.
Salimos al break, me encuentro con amigos de los grados más avanzados. Me preguntan por Cami, si aún mantengo comunicación, la verdad que no respondo. Espero todo le esté yendo bien, dicen en tono triste.
Termina el break, y me dirijo al salón de clases, me pregunto en realidad como estará Cami, se sentirá bien, habrá llegado en buen estado, ay, estoy pensando en cosas que no podré resolver, pensemos en cosas positivas digo a mi voz interior.
Cuando me di cuenta, la hora de clases ya estaba por terminar, estos días se están pasando demasiado rápido, pienso.
Al llegar a casa, me tumbo en el sofá. Y sigo pensando.
Creo que era mejor leer aquella carta, o al menos guardarla por si en algún momento me arrepentía. Ahora solo me toca olvidar, sintiendo en que mis anclajes deban elevarse de este barco a la deriva, jugamos a ser humanos en distintas direcciones, jugamos a ser dos gatos que no querían dormir. Se deslizó por mí, y el último día la traté mal. Me moriré de ganas de decir que la echaré de menos, a pesar que las palabras me falten espero que todo le marche bien. Pensé que no llegaría a irse, pero debo aprender a ver, y estar cuidadoso a lo que se pueda esperar del amor. Como dijo, por amor muchos han perdido. A dónde voy, cuál es mi meta, solo soy un crío conociendo de a pocos la vida, queriendo tocar el cielo. Aprendí a fingir, con tal de mostrar una sonrisa para todo el mundo. Tomaré de la mano a aquella chica, por quien me empezaré sonrojar, mientras tanto, las notas son prioridad. En fin me agradó ser parte de aquel complemento, momentáneo pero aprendí, somos etapas que a veces no lo entiendo, espero entender todo, poco a poco. Prometo que será la última vez que extrañaré a Cami, vibras positivas para todos.