Borage se despertó de buen humor, decidida a enfrentar el día con una actitud positiva. Se levantó rápidamente, evitando perder tiempo en la cama, y se apresuró a agarrar su toalla antes de dirigirse al baño. Con la toalla colgada en su hombro, observó una escena inusual antes de salir. En la habitación, las chicas estaban ocupadas tratando de despertar a Tracey Davis. Pansy, aparentemente imperturbable, se peinaba tranquilamente en una silla, sin darle mucha importancia.
— ¿Qué sucede? —preguntó Maxine, sacando su toalla del hombro.
— Ahhh, es que creo que Tracey no despierta... creo que está enferma —explicó Millicent Bulstrode.
Con cautela, Maxine se acercó a la cama de Tracey, notando que Pansy continuaba su rutina como si nada ocurriera. El mobiliario oscuro y elegante daba un toque de misterio al ambiente.
— ¿Enferma? —preguntó Maxine, preocupada.
Tracey parecía pálida y débil, pero no despertaba.
Maxine, sin perder tiempo, decidió investigar la situación. Ignorando la aparente indiferencia de Daphne Greengrass, quien preguntó qué estaba haciendo, Maxine destapó a Tracey y notó que estaba empapada en sudor.
— ¿Qué estás haciendo? —insistió Daphne.
Maxine, recordando algo del programa "ER Emergencias", arremangó los brazos de Tracey. Parecía tener una fiebre alarmantemente alta.
— Tiene fiebre. Necesitamos llevarla a la enfermería de inmediato. ¿Alguna de ustedes puede avisar al profesor Snape? —propuso Maxine, con una expresión preocupada mientras se preparaba para ayudar a Tracey. La decisión estaba tomada; era hora de actuar.
—Está enferma, hay que llamar a Madame Pomfrey también... —le dijo Maxine a las chicas con un tono serio. —Aguaménti— lanzó un hechizo sobre su toalla, que estaba limpia, y con la toalla mojada empezó a pasarla por los brazos de Tracey y un poco en la frente.
— ¡Seguro que la contagiaste de algo! —decía Daphne molesta.
— ¿Qué? ¡No! Ni siquiera tuve fiebre ayer —se defendió Maxine, mientras las chicas no parecían moverse para ayudar. Solo Millicent Bulstrode mostraba cierta preocupación.
Maxine continuó usando su magia para aliviar la fiebre de Tracey mientras evaluaba la situación.
—Voy a buscar al prefecto — le dijo a las chicas. Se puso sus pantuflas de panda rápidamente y salió a la sala común, pero al no encontrar al prefecto en su lugar habitual, regresó al cuarto, pensando que era inútil perder más tiempo y que podría llevar a Tracey ella misma. Para su mala suerte, tampoco había algún chico mayor que pudiera ayudarlas.
Rápidamente regresó a la habitación. —Hay que llevarla —dijo Maxine, y lanzó el hechizo —Mobilicorpus. —El cuerpo de Tracey se levantaba, pero no era un hechizo muy fuerte. A Maxine no le gustaba usar ese hechizo en personas; sentía que era algo irrespetuoso, pero la situación lo ameritaba.
— ¿Dónde aprendiste a hacer eso? —preguntó Daphne Greengrass. La cara de Maxine denotaba molestia por la situación, como si no fuera el momento adecuado para hablar. Le pidió a Millicent que la ayudara a llevar a Tracey, ya que el hechizo la hacía elevarse 20 centímetros del suelo, pero aún necesitaban llevarla físicamente. Millicent, al igual que Maxine, parecía ser la única realmente preocupada por la situación.
— Sí... —asintió Millicent, agarrando el brazo de Tracey y colocándolo sobre su hombro.
Las dos salieron de la habitación, caminando por la sala común de Slytherin. Bajaron las escaleras y luego tuvieron que subir las de caracol para salir de la sala común. A pesar de estar en pijama, la urgencia de la situación no les permitió preocuparse demasiado por su apariencia. Tras caminar un rato, Maxine divisó a lo lejos a alguien que reconoció como un prefecto.
— ¡Patel! ¿Puedes ayudarnos? —gritó Maxine al prefecto de Gryffindor, Patel Edward. Se giró sorprendido y aceleró su paso para acercarse.
—Nuestra compañera tiene fiebre alta y no encontramos a nuestro prefecto, Patel... ¿podrías ayudarnos a llevarla a la enfermería? —le dijo Maxine rápidamente al prefecto que no era de su casa. Edward, preocupado, asintió de inmediato.
Tracey, aún dormida, fue llevada en los brazos de Edward. La tensión se sentía en el aire mientras caminaban rápidamente hacia la enfermería.
Bulstrode anunció que volvería al cuarto para cambiarse rápidamente, y Maxine decidió seguir a Patel, quien llevaba a Tracey a la enfermería con rapidez. Corría un poco para mantenerse a su lado, aunque las pantuflas en sus pies dificultaban su paso.
En una de las escaleras, casi chocó con Harry y Ron, quienes ya estaban cambiados y vestían sus túnicas. Se quedaron mirándola, cuestionando en silencio por qué aún estaba en pijama. Maxine los observó con seriedad mientras se apartaban, tal vez intuyendo que algo estaba ocurriendo, pero siguieron su camino. Ella continuó siguiendo al prefecto, quien ya se encontraba a unos 7 o 10 metros de distancia.
—¿Qué sucede? —preguntaba Madame Pomfrey mientras despejaba una camilla. —Aquí, aquí...
—La alumna tiene fiebre, Madame Pomfrey —dijo el prefecto de Gryffindor, cansado y serio, dejando a Tracey fácilmente sobre la camilla. Madame Pomfrey, actuando profesionalmente, le tomó la temperatura y le hizo oler algo que despertó lentamente a Tracey, aunque aún estaba débil. Le colocó un paño en la frente y le hizo tomar agun tipo de medicamento. Maxine estaba detrás del prefecto, quien se retiró al ver que Madame Pomfrey atendía a Tracey. Él la miró y Maxine respondió con una sonrisa de agradecimiento; él asintió y ella se quedó con Tracey un momento, asegurándose de que estaba siendo bien cuidada y suspiró tranquila.
La enfermería ofrecía una atmósfera tranquila y limpia. Las cortinas blancas rodeaban las camas, y el suelo de piedra resonaba ligeramente con cada movimiento. La luz suave de las lámparas colgantes creaba una sensación de calma, aunque la preocupación persistía en el aire.
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Editado: 18.02.2024