Septiembre 22 de 1994 Parte III | Bowtrukle, Malfoy, Entwhistle, Otoño

Mientras Hagrid explicaba algunas cosas, Maxine se acercó y se colocó al lado de Kevin, quien estaba apoyado en un árbol, con los brazos cruzados, escuchando atentamente al profesor. Kevin, sin embargo, no se percató de la aproximación de Maxine, ya que la ignoraba por completo.

Cuando finalmente notó la presencia de la joven a su lado, dirigió una mirada molesta en su dirección. No mostraba interés en entablar ninguna conversación, simplemente asintió con la cabeza en lugar de decir algo. Era evidente que no deseaba hablar con ella y solo quería estar tranquilo en paz.

El aire vibraba con emoción mientras todos estaban reunidos alrededor de Hagrid, quien sostenía en sus enormes manos a un pequeño Bowtruckle. Su voz grave resonaba en el aire, —¿Quién quiere acercarse y conocer a nuestro amiguito aquí?—. Los ojos de Maxine se iluminaron con entusiasmo, y levantó la mano inmediatamente, deseosa de tener la oportunidad de interactuar con la criatura mágica.

Hagrid asintió con una sonrisa amistosa y señaló a Maxine. —Adelante, acércate con cuidado—. Con pasos lentos pero emocionados, se aproximó al pequeño Bowtruckle que estaba observándola con curiosidad desde las manos de Hagrid.

Cerca del Bosque Prohibido, Hagrid, con su amabilidad característica, dirigía la interacción con la criatura pequeña y delgada con ojos brillantes y ramitas que se asemejaban a brazos y piernas. Maxine, ansiosa por conocer a la criatura mágica, extendió su mano con la palma abierta, esperando establecer una conexión. Sin embargo, el Bowtruckle parecía reticente, moviéndose inquieto en la mano de Hagrid.

A medida que intentaba acercar su mano, el Bowtruckle se resistía, manteniéndose a una distancia segura. Comprendió que estas criaturas mágicas podían ser tímidas y desconfiadas. Decidió darle espacio y no forzar la interacción. Su mano permanecía extendida, pero sin presionar a la criatura a aceptar su cercanía.

Con paciencia y respeto, esperaba ganarse su confianza. De repente, como si hubiera comprendido la intención amigable de Maxine, el Bowtruckle comenzó a moverse lentamente hacia ella. Sus ojos brillaban con una mezcla de curiosidad y aceptación. La joven sintió una oleada de alivio y felicidad al ver que la criatura empezaba a confiar en ella.

Finalmente, con una pequeña sonrisa en su rostro, Maxine sostuvo suavemente al Bowtruckle en su mano. La conexión entre ella y la pequeña criatura era evidente, y su cuidado al manipularlo mostraba su respeto y evitaba moverse ya que no quería asustarlo.

La atmósfera estaba llena de emoción mientras el Bowtruckle se posaba en la palma de Maxine, examinando su entorno con ojos vivaces.

En ese momento, Maxine percibió la vibración de su celular dentro de su túnica, indicando la llegada de un mensaje. Decidió dejar que el Bowtruckle volviera a Hagrid.

Con el Bowtruckle entregado, Hagrid indicó al grupo que se sentara en la hierba, anunciando que compartiría más información sobre la pequeña criatura y que realizarían un pequeño ensayo sobre ellos.

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Mientras regresaba al grupo, Draco la agarró rápidamente del brazo, indicándole que se sentara junto a él.

—Espera Draco… no tienes que agarrarme tan fuerte…— se quejó Maxine mientras ambos se sentaban cerca de un árbol. Ella también le murmuró algo un poco molesta como que si quería que lo acompañara solo tenía que decirlo. A pocos metros de distancia, Moon se acomodaba con su amigo Ernie. Draco, por su parte, resoplaba pero optaba por no decir nada.

Liberó su brazo mientras ambos se acomodaban cerca de un árbol. Con una expresión neutral, se recostó contra el tronco. Maxine, por su parte, comenzó a preparar las cosas para el ensayo. Sacó su mate feliz, pero al recordar el incidente anterior con Draco, decidió dejarlo a un costado. Draco, en tanto, ordenaba sus pertenencias de manera seria, sin dirigir la mirada hacia ella.

Maxine necesitaba ir al baño y levantó la mano para pedirle a Hagrid permiso. Hagrid asintió con una sonrisa amigable.

—Cuida mis cosas —le pidió a Draco antes de dirigirse hacia el baño. Draco, con una sonrisa molesta, le respondió que no era su sirviente, pero Maxine solo rodó los ojos y le dijo que no tardaría.

Maxine no recordaba cuál era el baño más cercano. Sin embargo, logró encontrar uno y, al entrar, no se cruzó con nadie. Aprovechó la oportunidad para retocar su maquillaje rápidamente. A pesar de que estaba cansada, se apuró ya que no quería que su mate se enfriara.

Al regresar, notó que Draco la estaba mirando, pero no dijo nada en un principio. Después, mientras escribía, comentó algo acerca de por qué se había tardado tanto retocándose el maquillaje. Maxine le sonrió, sin entender a qué se refería exactamente.

Draco suspiró con frustración y apartó la mirada, incapaz de comprender por qué Maxine se preocupaba tanto por su maquillaje. En su opinión, ella ya lucía perfecta sin necesidad de retoques. Sacudió la cabeza con leve irritación y volvió a concentrarse en escribir en su cuaderno, murmurando algo acerca de la vanidad de Maxine.

—Ya eres hermosa, ¿por qué pierdes el tiempo con eso? —expresó Draco en un tono molesto. Maxine lo miró con irritación y ojos entrecerrados, pensando para sí misma que los chicos no entendían nada. Encogiéndose de hombros, ella comenzó a escribir el ensayo mientras tomaba mate, entablando una conversación ocasional con Draco en ese tranquilo momento.

Maxine, emocionada, comentó como para decir algo: —Sabías que los Bowtruckles eran los favoritos de Scamander.

—Sí, ya lo sé, lo leí —respondió Draco con expresión molesta y seria. Maxine se emocionó aún más al saber que él ya estaba al tanto, pero se sorprendió al recordar que él también era uno de los mejores de la clase.

—He leído todo lo que Scamander ha escrito—. Draco hizo una pausa y la miró. —No porque me guste ni nada por el estilo, solo porque es de conocimiento común.