El diario de Mirella

Día 5 (viernes)

Rosa estaba extraña, cada vez que intentaba acercarme, se disculpa y se iba. Era notable que estuviera evitándome. Su nueva amiga estaba prendida de ella, era como una molesta babosa colgada a un anzuelo.

Marco sólo me decía que algo debí de hacerle a Rosa para que no me hable, para que vaya conseguido una nueva amiga y se olvidará de mí. En su palabrería sin sentido me recordó la salida al centro comercial, cuando tome su cintura. Sólo pensé en algún momento pude incomodaba por mi aptitud.

Tenía que hablar con ella, quería arreglar la situación entre nosotras.




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