El diario de secretos

Cap. 38: Un hilo de esperanza

Se fueron sin avisar, solo corrieron para ir tras ella. Estaban en un claro, el cual era similar al jardín, completamente redondo.  Por alguna razón el césped no quiso crecer en, quizás fue obra de alguna de las competencias que llevaban las hadas cuando jugaban. Eran sumamente competitivas. Lo único que delimitaba ese claro eran unas ramas de algún árbol negro, las cuales se habían caído.

Candela se encontraba muy preocupada, sabía que no debía entrar al jardín, puesto que podrían descubrir su posición, tenía que encontrar rápido a su hermana.

— ¡Candy! —la llamó, los guardianes se encontraban cerca, otro peligro más a su cortina de humo.

—Siento su energía, pero no la encuentro —comentó Lilim.

—Hey, acá está —dijo Gabriel, se acercó a una rama que estaba tirada, cubriendo la mayor parte de su cuerpo, al parecer alguien intentó esconderla. 

Belén se acercó y sacó las pesadas ramas con su fuerza sobrenatural, siendo ayudada por las uñas de Ainara, las cuales sirvieron para poder cortarlas y  sacarlas más fácil. La peli violeta estaba muy sorprendida por esa cantidad de fuerza que poseía. 

La gemela menor se encontraba inconsciente, tenía algunas raspaduras y, en ambas manos, heridas de forma superficial, con cortes mínimos.     

Fue muy obvia la cara de sorpresa de Candela y Gabriel. Sobre el césped había un extraño símbolo dibujado con sangre. Marcos se dio cuenta que se parecía a la sangre que había en el piso. Simplemente lo había tomado como simples manchas, pero eran demasiado parecidas, al menos con lo que recordaba.

—Hay una intrusa —advirtió Lilim. 

Una figura cubierta se encontraba sobre un árbol, bajó de un salto de él y se quedó suspendida en el aire, mirando la situación. Marcos no entendía como  Lilim la pudo ver, no se escuchaba ni siquiera su respiración. Sus movimientos eran ágiles, esas características hizo que  le recordara a un asesino ancestral. Su descripción encajaba por completo en la de el nombrado, era muy silencioso, casi imposible detectar su energía o su presencia. 

A pesar de verla todos ella se mantenía suspendida, mirándolos, o al menos eso parecía, apenas se podía ver su mentón y su pálido cuello. 

—Deberían preocuparse por ella más que por mi— dijo con un tono que reflejaba seriedad.

— ¿Quien sos y qué haces aquí? Responde rápido antes de que me enoje —le habló Lilim.

La figura levantó un poco más su rostro, dejando ver una sonrisa arrogante. Descendió lentamente hasta tocar el suelo. Se acercó con grandes zancadas hasta Lilim y le susurró algo al oído, esta se quedó callada, parecía no reaccionar. Le pasó por al lado y alzó a Candy, la figura rió dándole la espalda. Parecía poder dominar por completo a la demonio. 

—Las estaré vigilando —dijo y luego desapareció entre los árboles. Marcos arrugó el entrecejo, si no se equivocaba era la misma figura que había estado en el Instituto. 

Una luz salió de el símbolo escrito en el piso, que forzó a la mayoría de los presentes a cerrar los ojos. Al abrirlos en el centro había un chico, estaba dormido. Belén lo reconoció al instante, era el chico que había salvado a Candy, al despertar vio a aquel joven, simplemente se dedicó a sonreírle. El hermano gemelo entendió de inmediato que sucedía.

— ¡¿Qué hiciste?! —exclamó Marcos completamente molesto—. ¡¿Por qué lo reviviste a él y no a mamá o papá?!

Todos se encontraban estupefactos. ¿Desde cuando Candy podía revivir gente?

—Escúchame... él debe de saber algo —le dijo Candy manteniendo la compostura—. Me conocía, estaba preparado para luchar con aquellos monstruos. Tengo la sensación de que él sabe algo, no solo es una fuente de información, también un aliado.

—Podría perdonarte muchas cosas... pero esto, nunca —molesto volteó y se encontró con Gabriel detrás de él, cayó de espaldas por el sobresalto que le causó verlo—. ¡Gabriel, no aparezcas detrás de las personas!

—La palabras duelen, Marcos —le dijo serio ofreciendo su mano para que se levantara.

—No entiendes nuestra posición —atacó.

—Lo entiendo perfectamente, por eso mismo te intento aconsejar. Ustedes dos no se parecen en nada, ella confió en sus instintos para revivir a alguien. Vos quizás hubieras usado más la cabeza, pero al fin y al cabo habrías llegado a la misma conclusión. Sabes que tus padres no tienen relación con este mundo, en cambio, el chico ese de seguro la tiene. Por lo que me han dicho, estaba despierto cuando estuvo el ataque, alguna noción debe tener. Estando en Estados Unidos, hablaba español y estaba bien armado, le salvó la vida a tu hermana. Yo creo que lo que hizo se lo debía.

—Vos no podes juzgar esta situación, no estas en nuestro lugar. ¡Ella es una boluda! Nunca piensa nada de lo que dice, no sé porque era considerada una chica tan inteligente como yo, hasta un niño habría elegido a sus padres antes que a un extraño.



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En el texto hay: demonios y angeles, diarios magicos, guerras magicas

Editado: 28.04.2020

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