Capítulo 2

Esto es lo que más odio de ser nueva, las presentaciones, pararse al frente de una clase de estudiantes rebeldes y presentarse a uno mismo como si a los demás de verdad les importara tu vida para más que encontrar errores, pero la mirada fija de la profesora esperando a que me presente no me lo estaba poniendo fácil, por lo que respire profundamente y concentré toda mi energía en poner mi mejor cara de indiferencia, antes de proseguir a abrir mi boca y dejar que las palabras fluyeran lo más enteras y fuertes posible 

–Mi nombre es Am Steel, llague hace una semana por razones que no les importa y no pretendo llevarme bien con todos, de echo espero no tener que hablarle a ninguno por lo que agradecería que no me hablen, no me miren y por ninguna razón se me acerquen, finjan que no existo y yo haré lo mismo, gracias.

 Observo al frente después de mi inspirador discurso y finjo que no noto la cara de mis nuevos compañeros que no saben si asombrarse, fruncir el ceño o simplemente estar en estado de shock,, ni la de mi nueva profesora que pasa poco a poco del asombro a la incredibilidad para terminar en un estado de puro enojo, camino a paso rápido y firme hacia el único asiento libre que hay pegando a una ventana, sin darle tiempo a decir nada y me desplomo sobre el asiento, sintiendo como toda la valentía me abandona y mi cuerpo lentamente empieza a temblar y por primera vez soy consciente del montón de problemas que me puedo buscar por mi arrebato de valentía pero, era necesario ya que si no empezarían a rodearme como tiburones a una presa, esperando a que cometas un error para atacarte y clavarte los dientes, y ya que en este momento lo que menos necesito son más tiburones acechándome, mi altercado de valentía era necesario. 

Respiro pausadamente tratando de regular mi respiración, hasta que veo como la profesora deja de verme y comienza a dar la clase, por lo que me permito relajarme un poco y observar por la ventana un cielo despejado y a lo lejos un bosque que se extiende sin fin alguno, paso el resto de la clase ignorando las miradas poco disimuladas de mis compañeros y a una profesora vestida de una forma aparentemente muy conservadora pero con un labial rojo muy poco favorecedor, que me quiere matar con los ojos, lástima que hay fila para ese objetivo.

 Cuando suena el timbre que anuncia el final de la lección me pongo de pie rápidamente y me dirijo con paso firme y rápido hasta la salida ignorando todo a mi alrededor, cuando me encuentro en el pasillo lleno de estudiantes me siento asfixiada, por lo que con una rápida mirada a mi alrededor busco la salida más cercana y cuando la localizo camino lo más rápido que puedo hacia ella, cuando me encuentro afuera busco rápidamente un lugar despejado donde poder refugiarme y serenarme.

 Camino rápidamente hasta una esquina alejada de la entrada principal y me siento a descansar por unos largos minutos hasta que veo como el cielo comienza a nublarse, por lo que sé que va a llover, sin embargo, en vez de dirigirme a la entrada del colegio, camino hasta estar enfrente del muro de avisos que está a un lado de la entrada, recorro con la vista toda la información y encuentro avisos sobre clases complementarias, solicitudes de inscripción a clubes, trabajos de medio tiempo para estudiantes y cuartos de alquiler a lo largo de la zona del colegio, pero lo que de verdad me llamo la atención fue una pequeña hoja desteñida por la lluvia en una esquina inferior de la tabla de anuncios sobre una pequeña librería al otro lado del bosque que tiene una promoción especial de libros de William Shakespeare que vence hoy.

 Inmediatamente siento como algo dentro de mí se remueve ya que aunque no lo parezca a mí me encantaba leer y William Shakespeare es uno de mis autores favoritos, por su capacidad de terminar completamente con las esperanzas de una persona con una sola palabra "muere", como si de verdad fuera tan fácil abordar una etapa como la muerte.

No sé a ciencia cierta qué es lo que pasa por mi cabeza en este momento pero inconscientemente mis pies comienzan a moverse en dirección al bosque y se niegan a reaccionar a las señales que trata de enviar mi cerebro, por lo que cuando me doy cuenta me encuentro caminando por el bosque en dirección a la librería, sin importarme el hecho de que las clases están por comenzar y probablemente me van a poner escape, como si de verdad fuera tan fácil escapar, como si de verdad pudiera escapa de todo lo que me rodea, del colegio, de ellos, de mi pasado, de todo, pero no se puede, por lo que ya no me molesto en tratar de detenerme y sigo caminando con paso firme hacia adelante hasta que me detengo abruptamente por el sonido de un grito, o más bien, como un quejido sordo que disminuye y se mezcla conforme los crujientes sonidos de los árboles y el viento aumentan a mi alrededor.

 Sin pensarlo dos veces me concentre solo en el sonido, tratando de averiguar de dónde proviene, me pongo a vagar por el bosque siguiendo aquel extraño sonido que hacía eco por todo el bosque como un grito de agonía desesperante que me erizaba la piel, lo seguí hasta que de pronto siento como mi respiración se atasca en mis pulmones, evitando que ingrese o salga el oxígeno, fue como si todo se detuviera, el viento, el sonido de los árboles, mi respiración, hasta la rotación de la tierra, todo se detuvo, todo dejo de sentirse y mis sentidos se concentraron solo en la imagen que tenía adelante, mientras un viento frío me subía por la espina dorsal hasta concentrarse en la parte trasera de mi cabeza provocándome una intensa jaqueca a la que no le preste la más mínima atención, ya que estaba muy ocupada observando al niño de unos cinco años que tenia al frente, de pie a unos diez metros de distancia, completamente cubierto de sangre, que manaba de su pecho y su brazo izquierdo.