El diario de un papá

Tus primeros pasos

Desde que empezaste a gatear, sabes que debíamos de estar siempre alerta. Cuando ibas de un lado a otro y todo lo que mirabas parecía nuevo para ti y la curiosidad te invadía. No podemos dejar que te lastimes y toques cosas que te pueden hacer mal. Quisiera tener en este momento algo que alejara cualquier cosa que te pudiera hacer daño, pero sé también que si contara con el poder para hacer esto realidad entonces nunca podrás aprender a valerte por tu propia cuenta y no sabrás como vivir la vida cuando ya no esté a tu lado.

En esta etapa te mantienes tocando y tratando de explorar todo aquello que te despierte la curiosidad y en ocasiones nos das uno que otro susto a tu mamá y a mí. Por estos días me he estado preguntado siquiera voy a poder continuar vivo cuando llegues a ser mucho más grande, pues siento que me puede dar un infarto cada vez que exploras algo nuevo en la casa.

Entre tanto que puedas seguir bien y puedas comprender que hay cosas que no debes de tocar, eso será mejor para que no termines lastimada. Así como es el caso de este día, te estoy viendo mientras gatas de un lado a otro desde mi silla. Me gustaría tener que levantarme y ver que es lo que estas pensando encontrar y explorar el día de hoy.

Mientras te observo, parece que te has sentado frente a mí y me miras muy fijamente, será que hay algo que pueda hacer, la verdad, como todavía sólo balbuceas algunas palabras con un "Bu, bu, a, m" entre otras cosas, me cuesta saber que es lo que me quieres decir. Así que sólo te veré un poco más por si es que quieres que te cargue en mis brazos.

Ya has estado así por un buen tiempo y, ocasionalmente, me mueves un poco tus bracitos mientras sonríes como queriendo decir que yo sé lo que quieres. Con un suspiro, dije – Ah~, bueno, aquí voy – y te quise abrazar, pero no me dejaste. Pero de verdad, no entiendo que es lo que puedo hacer por ti en este momento. La otra cosa que se me pasa por mi mente es que tal vez desees que te de tu pacha, ya que tu mamá no se encuentra en este momento para amantarte.

Me estaba levantando para ir por tu pacha, pero en ese momento me agarraste la mano antes de que la apartara de ti. Si ese es el caso, parece que todo lo que deseas es que te tome de la mano, está bien, no he de negar esta petición de mi linda Kimora. Lo que se me viene a la mente en este momento es – tal vez viste a papá un poco solitario y deseaste hacer esto para que me sintiera mejor – luego dije – que linda es mi hija. Así que, que quieres Kimora de mí – seamos sinceros, esta frase que dije en verdad no tiene ni un sentido tomando en cuenta que me cuesta saber todo lo que ella desea. Es cierto que ahora puedo entender alguna de las cosas que ella desea cuando llora o va por algún lado, pero todavía tengo una capacidad demasiada limitada como para saber todo lo que ella desea hacer, así como lo que puede estar pensando.

Mientras te tomo con las dos manos, de pronto te apoyas en mí. Esto me sorprende un poco, que es lo que querrás hacer si estas agarrando con fuerza mi mano, por supuesto que no me duele ni nada, pero me parece un poco raro. De poco a poco te veo que te vas parando frente a mí. ¡¡¡No puedo creerlo!!!, te has puesto de pie, tu mamá ya me había contado un poco que ya habías intentado ponerte de pie y sólo podían hacerlo por un pequeño lapso de tiempo. Por supuesto que no caminabas, pero esta es la primera vez que te veo hacerlo delante de mí.

Si es que ya te habías parado delante de tu mamá y abuelos, ahora me siento culpable de no haber estado el día en que lo hiciste por primera vez. Bueno, era de esperar que lo tendrías que hacer ya, esto es debido a que ya cuentas con casi un año.

En este momento en que estas tomando mis manos y logras ponerte de pie, veo que, con un poco de torpeza, das un paso. Al ver que yo estoy presenciando el que puedas dar tus primeros pasos no puedo describir la alegría que recorre mi cuerpo y sólo puedo decir – eso es, bien hecho Kimora. Papá sabe que puedes hacerlo – y das otro paso. En mi mente pasaba en este instante – NOOOO, no puedo creer lo linda que es mi hija y como es que... que crece muy rápido – das un tercer paso antes de caerte.

Estabas a punto de llorar y yo, levantándote en brazos, digo – no te preocupes Kimora, muy pronto podrás hacerlo incluso sola, por ahora... sabes, papá esta muy orgulloso de ti por verte tratar de caminar – luego me alzas las manos y me tocas el rostro con tus pequeñas manitas.

En lo que trato de procesar todo lo que esta ocurriendo, me haces una seña con tus manos mientras balbuceas – ah, a, ha, ah – parece que quieres que te baje. Pero que más se puede hacer, si lo que quieres es seguir gateando otro poco, no te he de detener. Al bajarte, te apoyas de mi mano derecha como queriendo decir que deseas que te vuelva a sujetar. Yo, sin negarme, te vuelvo a tomar de las manos. Tú, que estas apoyándote nuevamente de mis manos, te vuelves a levantar e intentar caminar. Con uno, dos o tres pasos, te vuelves a caer y, quedándote por un pequeño momento sentada, lo vuelves a intentar. Si eres así de persistente en el futuro, puedo asegurar que, sin importar el problema que te surja, siempre saldrás adelante y nadie podrá detenerte. Así es mi pequeña Kimora, la fuerza no nace con uno, esta se obtiene conforme sigues intentado lo una y otra vez sin rendirte hasta lograr lo que deseas. Así que continúa así, cada vez que te caigas, como lo estas haciendo en este momento en que aprendes a caminar, puedes apoyarte de mí, si lo deseas, hasta que puedas hacerlo por tu propia cuenta. Si en algún momento no puedo estar para ti, quiero seguir ayudándote en este momento para que, cuando llegue ese día, puedas levantarte sin mi ayuda. Hoy, pude ver a mi pequeña hija Kimora dar sus primeros pasos.

 



#11891 en Fantasía

En el texto hay: historias

Editado: 29.05.2021

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