Querido diario:
Hoy es lunes.
Lion no ha ido al colegio.
Su mejor amigo no quiso darnos información a mi o a Melissa.
Estoy sentada en un banco, en una plaza, llena de niños.
Me gusta esta plaza porque el pasto es muy verde y lindo para acostarse en el.
También me gusta porque tengo recuerdos aquí...
Con mi hermana.
Con Lion.
Nunca se me dio por especificar que, hago notas de voz (como en este momento) y luego las paso a escrito.
Es divertido, la gente a veces me mira raro.
*Flashback*
Golpeo con fuerza la puerta de la habitación de Laila.
-¡O le bajas el volumen a la música o asesino a tu pez!- Le grito.
Dudo que ella me escuche, la música esta demasiado alta, incluso creo que el vecindario entero la escucha.
Vuelvo a golpear su puerta, con mas fuerza de la necesaria. Ahora me duelen los nudillos, los cuales estan tomando un color rojizo.
Parece que me ha oído porque baja el volumen. Suspiro aliviada, su música me da jaqueca.
Dispuesta a seguir viendo mi serie giro sobre mis talones cuando la puerta de abre.
-Hay un lindo chico afuera- Me dice mi hermana.
La observo, tiene puesto ese viejo pijama gris y esta en un proceso de maquillaje.
Cabe aclarar que tiene la mitad de una ceja delineada.
Frunzo la nariz.
¿Qué haría un chico acá...?
Lion.
Le sonrío a Laila y bajo rápidamente las escaleras, tal vez demasiado emocionada.
Escucho la risa de mi hermana pero la ignoro.
Intento no tropezar con mis propios pies y caer. Una vez frente a la puerta limpio mis manos sudadas en el pantalón. Estoy algo nerviosa.
Apoyo la mano en el picaporte y lo giro, abriendo de un tirón la puerta.
Lion da un salto por el susto y yo me rio.
-No es gracioso- murmura entrando.
Me hago a un lado, aun estoy riendo.
Una vez que él esta dentro ambos nos dirigimos al gran sofá.
Mi amistad con Lion ha mejorado mucho, él conoce a la verdadera Lily, y también a la falsa. La segunda no le agrada pero aun así la acepta.
Tan solo hace un mes que lo conocí, pero parece que ya es de hace años.
A él sí puedo llamarlo mejor amigo.
-¿Trajiste comida?- Le pregunto.
La respuesta es obvia, pues trae una bolsa con doritos.
Alza una ceja y me mira con cara de "me tenes que estar jodiendo"
Le sonrío de manera inocente.
-Trae una fuente- Me ordena sentándose en el sofá.
-Yo no soy tu sirvienta- Le digo.- Ademas, prácticamente esta es tu casa, así que, sabes donde esta todo.
Me da una sonrisa falsa mostrándome su dedo corazón, se levanta y desaparece por la cocina.
El hecho de que Lion este todo el tiempo aquí, es porque no se lleva muy bien con la pareja de su padre y discuten todo el tiempo.
Según él, yo soy lo mejor que ha llegado a su vida.
Y mi corazón se acelera cada vez que recuerdo sus palabras.
(...)
-Vamos a la plaza del parque que esta a la salida- Habla Lion.
Lo observo desde mi cómoda posición, con la cabeza colgando del sofá y mi cabello limpiando el piso.
-Esta bien- Le respondo, incorporándome,- Pero no caminare.
Él ríe, casi segura de que se esperaba esa respuesta o una parecida.
-Iremos en mi bebe.
Se refiere a su hermosa moto.
Una hermosa Yamaha R1 negra con algunos detalles en naranja.
Sí, me gustan las motos. Tal vez demasiado, aunque mi madre me dijo que jamas tendría una.
-Pues entonces príncipe verde, a la carga- Le digo sonriendo.
Achina los ojos y frunce los labios. Esa mueca hace que se vea tan adorable.
-Vos sos un intento de cirugía plástica con un resultado aterrador- Contraataca.
Me rio de la estupidez que dijo, siempre lo hace. Eso es algo que me gusta de él, no tiene un filtro entre lo que dice y lo que hace, es una persona capaz de decir que se disfrazara de conejo para navidad y hacerlo sin siquiera tener problema.
Ambos salimos afuera, yo corro hasta su moto, él solo camina con su habitual lentitud.
Lo observo mientras se hacerca, sonriendome.
Una vez que se sube, yo hago lo mismo.
Escucho el rugido de la moto, luego su mano sosteniendo el casco para colocarselo.
Espero a que termine, luego paso mis manos por sus caderas y las junto.
-Sujetate, princesa- habla Lion, su voz sale amortiguada a causa del casco.
Mi corazón se acelera ante sus palabras, cada célula de mi cuerpo siente emoción.
Jamas nadie me ha hecho sentir lo que Lion.
Y no quiero perderle, no se porque lo pienso, pero es así. Creo que si le pierdo, me perdería a mi misma.
Siento el viento en mi cara, su frescura me relaja, y en estos momentos me arrepiento de no haber recogido mi cabello.
Pronto lo sabría, no seria la primera vez que vendría aquí.