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Querido diario:

Bendita sea la depresión.

Tras la muerte de mi hermana, pase meses recordándolo, aun lo hago.

Hubo un instante donde me perdí, no sabia quien era, no tenia idea de porque mi cuerpo de movía sin mis ordenes.

Mamá me llevo a un psicólogo.

Estaba enferma.

Trastorno Depresivo Mayor.

Trastorno delirante.

¿Se imaginan?

Me internaron en un hospital, porque no comía ni bebía.

Tampoco me movía.

Era un alma muerta en un cuerpo con vida.

No recuerdo gran cosa de esos días, solo la constancia del medico, que me exigía alimentarme.

A mamá llorando, culpándome, luego pidiendo disculpas.

A papá diciendo que no se haría cargo de mi culpa, que la tenia bien merecida.

Lo pensé durante unas semanas, y debía de irme de allí.

Nunca paso.

Ayer se me ocurrió otra vez.

Así que aquí estoy, en un colectivo, rumbo a una pequeña isla llamada Mimezica.

Lo único que se, es que Lion recordó que eramos mejores amigos.

Y recordó a mi hermana.

Melissa me ha llamado, solo le dije que me iba, no necesitaba saber mas.

Mamá también llamo.

Papá igual.

Morgan y Juliet han llamado.

Lion ha llamado.

Soy la única que puede darle respuestas, las que él necesita.

Soy la única que conoce su vida tal cual.

Lo siento.

Siempre tuya, Lily.