Querido diario:
Treinta minutos tardaron mamá y papá en llegar.
Addison y George.
Mi querida madre se negó a sentarse en el pasto, papá en cambio, no tuvo problema de apoyar su trasero allí.
Me prepare para hablar, respire ondo y en lugar de palabras salió un sollozo.
Ahora sí voy a escribirte lo que dije con muchos detalles.
“— La noche del accidente, había una fiesta— Comencé — No quise ir, tenía demasiadas cosas que hacer, creo que fue cerca de las doce cuando me llego un mensaje — Levanto mi celular, lo desbloqueo. — Era una foto, de Lion… — Mi mirada se dirigió a él— Y Kristal, la ex mejor amiga de Laila. Eso no me molesto, digo, simplemente era una foto, yo no soy esa clase de novia que se enoja, es enfermizo— fruncí los labios en ese momento— Lo peor fue lo que decía al pie de la foto, no lo recuerdo bien ahora — mentí— pero fue algo malo, y bueno… ya saben, la novia celosa salió de la cueva — Una risa falsa sale de mi garganta.
Hago una pausa, necesito traer de ese rincón del fondo los recuerdos.
—Continua, Lily— Habla Lion. — Por favor, necesito saberlo.
Asiento, no le había mirado hasta ese momento, no se ve muy bien, esta algo pálido.
—Me enfurecí tanto que rompí una foto, y el ruido del cristal llamo la atención de Laila— Corto la gramilla mientras hablo, a este paso dejare sin césped esta parte.— Me preguntó qué me pasaba y yo solo le arroje el teléfono, lo hice para distraerla, no creí que ella miraría la foto e intentaría detenerme, le grite que no me siguiera, que estaba bien— La voz se me quiebra, en mis ojos las lágrimas se acumulan— Agarre las llaves del auto, cuando estaba en la calle la vi subirse a su moto…
Un sollozo se escapa de mi garganta, y esta vez no detengo las lágrimas, no me avergüenza ya llorar, es algo que los humanos hacen.
—Lily, — levanto la cabeza al escuchar la voz de mamá— Esta bien cariño, puedes detenerte, esperaremos.
Pero yo no quiero detenerme, no ahora que comencé.
—Tengo miedo, —murmuro. Levanto mis ojos y estos se van directos a Lion y Melissa— Tengo miedo de que luego de esto no quieran hablarme más, no… no voy a obligarles a hacerlo, solo por favor, no me miren mal.
Las lágrimas ya no me dejan hablar, y mi mirada vuelve al césped.
Siento movimiento, por un momento mi corazón se detiene.
¿Se habrán ido?
No, mis preguntas tienen rápida respuesta.
—No voy a dejarte, Lily — murmura Melissa en mi oído. — Tal vez lo que hiciste fue malo, o no. Pero eres la única persona que ha estado ahí siempre, que no dudo ni un minuto en ser mi amiga, mucho menos me juzgó.”
Siempre tuya, Lily.