Ayer nos encontramos con algunos Caminantes. Como siempre.
Hoy también y casi morimos por una horda. Pensé que todo acabaría. "Estamos tan cerca" pensé en ese momento.
Eran simplemente demasiados. Ya no sólo me quedaban tres balas en mi arma. Con ella, solamente, no podría hacer nada. Esas tres simples balas no hacían la diferencia.
Las cartas estaban sobre la mesa. Moriríamos esta noche.
Fue la fogata y nuestro descuido.
Hicimos lo que hacíamos siempre: comer lo que se lograba encontrar, algunas noches hablábamos, otras sólo nos quedábamos en silencio. Esta noche era como cualquier otra, pero tenía algo diferente.
Le iba a confesar a Daryl lo que sentía, porque ayer no pude. Mi corazón palpitaba con fuerza, las manos me sudaban y la voz me temblaba al hablar.
Daryl, como siempre, me observaba atento, con sus manos despellejaba a la codorniz que nos estábamos comiendo. Tomé un palo del suelo, jugué nerviosa con él dibujando un ocho en la tierra.
...
- ¿Qué tienes? -me preguntó con un tono de voz desinteresado. Alcé la cabeza.
- ¿Quién? ¿Yo? -dije como sí la cosa no fuera conmigo.
- ¿Y quién más? -mordió su codorniz, y luego dijo con la boca llena.- Claro que tu.
- ¡Am! Nada, nada. No pasa nada. -Sí, lo admito fui una cobarde.
- Pues no lo parece.
- Bueno, te equivocas. -bajé la mirada.- Estoy cansada, es todo.
...
Estaba muy nerviosa. La ansiedad me tenía mal. No podía cargar con aquellos sentimientos por más tiempo, sentía que iba a estallar en cualquier momento.
...
- Daryl, yo... -me detuve. Respiré hondo para tomar un poco de valor-. Yo tengo algo que decirte.
- ¿De qué se trata? -siguió comiendo.
- No conozco mucho de ti. En realidad, no sé nada de ti en lo absoluto. -solté una pequeña risa. No dijo nada.- Y lo que conozco de ti es que eres un hombre de pocas palabras, pero cuando abres la boca es solo para... -cerré los ojos y apreté los dientes-. Eres un hombre que constantemente me saca de mí misma y saca lo peor de mí y eso lo odio como no tienes idea. Hay veces en las que hecho de menos aquellos días cuando estaba sola.
>> Ese día en que nos conocimos me di cuenta de que no estaba sola en este horrible mundo y eso me hizo feliz. Luego te quedaste conmigo y pensé que ya no estaría sola de nuevo. ¿Sabes que fue lo peor? Que no fue así. Fue todo lo contrario; estar contigo era lo mismo que estar sola. Nunca decías una palabra de nada y eso me estresaba más que cualquier cosa. Era una de las peores torturas para, especialmente porque soy una persona muy conversadora, ¿sabes?
- ¿A donde quieres llegar? -dijo irritado y con toda la razón, pero en ese momento necesitaba descargar todo.
- Daryl, yo... -mis ojos se humedecieron al pronunciar su nombre-. Yo... A pesar de todos tus defectos, yo también quisiera conocer tus virtudes. Yo sé que detrás de ese chico rudo y que cree que le importa una mierda todo; en realidad yo sé que eres una buena persona y yo quisiera tener la oportunidad de conocerla, porque yo...
...
En ese momento un ruido nos interrumpió. Escuchamos unos gemidos. Eran varios. Nos pusimos de pie. Daryl, como siempre rápido y veloz, tomó su ballesta y comenzó a disparar sus flechas.
Yo por otra parte los apuñalaba con mi navaja, pero comenzaron a llegar cada vez más y más viéndome obligada a usar mi arma. Comencé a disparar. Daryl lanzaba sus flechas y las tomaba con agilidad y de esa forma logró deshacerse de muchos de ellos.
Aunque los Caminantes eran demasiados.
Daryl y yo quedamos de espaldas uno del otro. No podríamos contra ellos. En ese momento tomé valor porque sabía que no me quería ir de este mundo sin antes decirle mis sentimientos.
"¿Cómo es posible que pueda arriesgar mi vida todos los días, pero no tengo el coraje de hablar de mis sentimientos?" -pensé.
Así que lo hice.
...
- Daryl, quiero que sepas...
- No es el momento, Sarah. -me riñó.
- Si no es ahora, no sé cuando tendré el coraje para decirlo. -apuñalé la cabeza de un Caminante-. Te amo, Daryl. -me vuelve a ver sorprendido-. Eres un ser insoportable, pero te amo así como eres. Yo ahora no tengo a nadie. Estuviste conmigo en el momento más difícil de mí vida, me salvaste la vida en muchas ocasiones y nunca me dejaste sola. Eres una buena persona, Daryl. Por eso te amo.
...
Él no supo qué responder, y tampoco lo esperaba.
Yo cumplí con decirle lo que sentía, me deshice de ese gran peso.
Ahora puedo seguir mi camino sin dejar nada atrás. Me puedo ir sin arrepentimientos, sin ese gran peso que cargaba desde hacía tiempo atrás.
...
"Sin tan sólo hubiera dicho algo en ese momento, tal vez..."
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