Día 875.2.

Dwight abrió la puerta de golpe y me dijo que tenía cinco minutos nada más. Todo parecía como en mi sueño. Daryl se puso de pie y me miró y yo lo miré con lágrimas en los ojos. Corrí hacia él y lo envolví con mis brazos.

...

- Daryl -susurré en su oído.

- Sarah -dijo con voz ronca mientras olía mi pelo, luego nos separamos y acunó mi rostro entre sus manos-. ¿Estás bien? No te hizo nada?

- Estoy bien -le aseguré.

- ¿No te hizo nada? -repitió.

- Ya te he dicho que estoy bien -insistí. No pude evitar que cayeran algunas lágrimas y él las limpió con sus dedos pulgares con ternura.

- Pero, ¿cómo...?

- Ahora no, Daryl, no tenemos mucho tiempo. Estoy aquí para verte -traté de evadir sus preguntas, pero él insistió-. Por favor, no preguntes y sólo bésame.

...

Y cumplió con mis deseos. Ese deseo que llevaba guardado tanto tiempo, ese deseo que parecía un sueño lejano y difícil de alcanzar. Empezaba a creer que nunca sucedería.

Quería sentir sus labios, su calor, su piel, a él. Lo necesitaba tanto en aquellos momentos.

Lo extrañaba. Me hizo tanta falta. Era como si por fin una parte de mí estaba completa. Lo quería tener cerca de mí. Luego recordé lo que hice y me separé de él. Lloré sobre su pecho por todo lo que había pasado antes. Me sentía culpable. Aún me siento culpable. Luego intentó besarme en los labios nuevamente, pero yo me resistí. No podía besarlo de nuevo. No sería justo. Pero él tomó mi rostro entre sus manos, limpió mis lágrimas con ternura y luego me besó. Reclamó lo que siempre fue suyo. No podía negarme a sus besos, a su calor. Era algo que deseaba desde hacía mucho tiempo, pero no así. Me separé de él rápidamente siendo consciente de mis pecados... ¿Cómo podía besarme después de ver cómo Negan me besaba frente a él? Aún así insistió. Sintió la misma necesidad que yo.

...

- No me rechaces. No ahora -dijo después de besarme en los labios.

- Daryl, no hagas esto por favor -dije mientras me separaba de él.

- ¿Por qué no nos vamos de aquí?

- No puedo. Él lo notaría, nos buscaría hasta el fin del mundo y no quiero saber qué pasaría si nos encuentra.

Aunque preferiría huir siempre contigo que estar siempre sola sin ti -pensé inmediatamente, pero no podía decirlo en voz alta.

- No puedo quedarme aquí, viéndote así, sin poder tocarte, sin besarte... No creo que pueda seguir así.

- Bueno, vas a tener que hacerlo porque de aquí no me voy. ¿Que no entiendes que todo lo que tuve que hacer fue para salvar tu pellejo, idiota? -volví a soltar unas cuantas lágrimas. Él no respondió, luego dijo:

- ¿Qué cosas?

- Ya es hora, tortolos -nos interrumpió Dwight.

- ¿Ese es Dwight? ¿Qué hace ese imbécil aquí?

- Él me ayudó a llegar a ti.

- No confío en él.

- No es un tipo tan malo, solo ha tenido una vida difícil en este lugar al igual que todos nosotros. Y ha sido una buena compañía durante este tiempo.

...

Dwight nos interrumpió de nuevo, habían pasado mis cinco minutos de gloria y yo me fui dejándolo solo en aquel lugar. Me sentí culpable, pero era lago que tenía que hacer.

Al llegar a mi habitación, me arranqué a llorar. Dwight se había ido con Negan para Alexadria para llevar a Carl a casa. En ese momento apareció Sherry muy agitada.

...

- Empaca unas cuántas cosas y nos vamos en dos minutos -dijo desesperada.

- ¿Qué? -dije con lágrimas en los ojos sin entender nada.

- Deja de llorar, esta es nuestra oportunidad de salir de este lugar.

- Espera, debemos ir por Daryl primero.

- Que se las arregle como pueda, nosotras debemos irnos de aquí ahora.

...

Discutimos unos cuantos segundos porque yo no quería abandonar a Daryl en aquel lugar tan horrible, del cual yo misma había sido testigo. Al final ella ganó.

Y así sin más, metí un par de cosas en un maletín: unas blusas, unos pantalones cortos y largos, algunas cosas de higiene personal para las dos y ropa interior. Y por último nos fuimos rápidamente. Esta había sido la primera vez que huía con muchas cosas sobre mi espalda, pero de ninguna manera pensaba desaprovechar esa oportunidad.

Todo pasó tan rápido que ni me di cuenta de nada.

Nos escapamos del Santuario. Vi la moto de Daryl allí, no sabía qué hacía ahí y no tuve tiempo de preguntar siquiera. Sherry y yo nos fuimos de ese espantoso lugar sin que nadie se diera cuenta.

Y dejé esos momentos atrás, en aquella habitación. Y otra parte de mí se quedó con Daryl en aquella fría y oscura celda. Al menos pude verlo unos minutos antes de huir. Hasta el momento no hemos tenido más problemas que el de los Caminantes. Por suerte Sherry tomó unas cuantas armas de la armería antes de irnos. Aunque me duele un poco dejar atrás la pistola de mi padre, era mi único recuerdo de él. Y el lapicero que me había regalado Daryl, me lo traje conmigo al igual que mi diario. Incluso tuve tiempo de dejarle una nota a Negan puesta en la máquina de escribir.  

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