El diario del agua

Cap. 2: Malas noticias

Las campanadas se escuchaban retumbar una y otra vez, no podía oír otra cosa. Un cuerpo privado de la vida descansaba a su lado. Movió un poco sus manos, las cadenas que llevaba en sus muñecas retumbaron, chocando entre sí, estaban llenas de sangre que, para variar, no era propia.

—Les dije que pronto saldría —habló tranquilo, acomodando su traje—. Esto será muy divertido —comenzó a reír como desquiciado. Había gastado todas sus fuerzas en escaparse.

Caminó por el pasillo, estaba desorientado, le costaba poner un pie delante del otro. Se tambaleaba, así que se agarraba de cada pared que podía para no caerse. 

—Al fin soy libre de vuelta —sonrió de forma tierna—. Ha valido la pena todo lo que hice...

Junto a sus pies descalzos reposaban cientos de cuerpos de ángeles guardianes. El ángel delgado y pálido, caminaba entre ellos con sus pies ensangrentados y una sonrisa que llevaba la muerte.

Pero, él les había advertido, le pidió que se alejaran, solo que no quisieron hacerle caso. Eran todos unos idiotas. 

Miró el cielo, el sol poco a poco se ocultaba detrás de la luna, era una vista maravillosa. El cielo se volvía negro, el mundo mágico y el humano se detendrían a ver como comenzaba el final, como él asumiría el reino del caos.

~Y~

Realmente se encontraba muy fastidiada por la situación pero debía asistir a ese pedido. Valentín tuvo la suerte de convencerla para tener una alianza, realmente el estado de los caballeros era deplorable. 

— ¿Es muy importante? —preguntó María al consejero del capitán, un hombre delgado con sonrisa tímida, el cual con señas le indicó que definitivamente lo era.

Caminaron por una rama de pasillos hasta dar con una puerta de madera negra, junto a ella una ventana en la que se veía como el sol tocaba el horizonte. Estaba atardeciendo, al llegar el anochecer todo se podría inseguro, sobretodo esos días, puesto que se acercaba el solsticio de invierno y las criaturas mágicas comenzaban a enloquecer. Prefería estar en su casa con sus nietos en vez de tener una reunión. 

Entró a la sala, la cual estaba bien alumbrada, la esperaban un grupo de interesados en los Caballeros, tanto del mundo humano como del mágico. El hilo entre ambos se estaba desmoronando, ahora solamente ellos eran los que podían poner orden. Las criaturas se volvieron mucho más agresivas, algunas especies comenzaban a extinguirse, no faltaba mucho para que todo fuera consumido por las llamas de la locura, las que tenían una fascinación por aparecer solamente en malos momentos. 

Tomó asiento de la larga mesa, era la única silla disponible, en uno de los extremos.

—Nos encontrábamos muy ocupados —dijo una mujer de cabellera larga y negra como la noche, con sus ojos hipnotizantes y su mirada severa parándose, tenía una gran fuerza dentro de sí, se notaba a kilómetros que era un tipo de ninfa—. Díganos de una vez, ¿qué mierda sucede? Sé que tiene tiempo y oxígeno que malgastar, pero yo no lo tengo.

—Cálmese, si no fuera importante no los habría llamado con tanta urgencia. Esto es muy serio, háganme el favor de tomar asiento —cada uno obedeció y se hizo de un lugar en esa larga mesa.

Esperaban un tanto tensos a que el Capitán se dignara a hablar, María lo conocía de prácticamente toda su vida y sabía que él era de esas personas que le gustaba el misterio, así que no estaba intrigada, incluso inconscientemente hacían fluir la tensión hasta el punto de la desesperación al contar una noticia. 

Su manera de exagerar era digna de respetar, no tanto como su personalidad dramática, la cual nunca aguantó.

—La sociedad de las almas corruptas nos lleva la delantera en cuanto a avances en la biotecnología, saben como hacer híbridos entre demonios y chicos, la gran mayoría mueren, pero acá tenemos a dos que han logrado sobrevivir. Y hay aún más —la tensión en el lugar no disminuía—. La sociedad de la llama oscura tiene un diario y ha matado a un guardián, pero al parecer no liberaron , y hay algo aún peor.

— ¡Vamos, dilo de una vez antes de que muera por tu culpa de un paro cardíaco, no tengo edad para seguir tus tonterías! —estalló María parándose de su asiento.

—Ambos se unirán para completar sus objetivos —comentó completamente relajado— lamento decirles que estamos muy retrasados con nuestra búsqueda de lo que muchos consideraron leyendas. No tenemos información respecto a ningún diario, los únicos que están dispuestos a otorgárnosla están ya en manos de la sociedad —informó—. La medianoche se acerca, si no es que está sobre nosotros.

Se escuchó un suspiro desganado en la habitación, como diciendo "¿Esto puede empeorar?".

María vio lo grave de la situación, una sensación de desolación la invadió. ¿Es que acaso no podría proteger a sus nietos de la futura masacre de humanos? Serían como vacas yendo al carnicero.



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En el texto hay: mundos fantasticos, guerras magicas, aventuras magicas

Editado: 28.04.2020

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