El diario del agua

Cap. 46: Archivos del instituto

El día, deprimente como los pasados y los siguientes. Candela estaba aún de luto, Uriel desaparecía, no comía. Ella dejó el estudio, su trabajo tanto en la casa como afuera. No hacía nada más que pasar las largas noches en vela pensando, repasando cuantas veces les había dicho a sus hermanos que los quería y aún así les quedaba corta.

Se la pasaba todo el día hablando sola, murmurando cosas sin sentido, Luis se acercaba a ella y le hablaba, intentando convencerla de salir, era inútil. No sabía cómo ayudarla, quizás porque era la guardiana del diario de secretos, no entendía su mentalidad, ni como socorrerla.

Mientras tanto seguía en su mundo de pena, recordando esos momentos tan preciados que vivieron en su niñez. 

Los golpes, el abandono, pero siempre estuvieron juntos, no importaba que. Les tocó algo duro, muy duro, pero no sentía que fue infeliz. Había tenido gente que hacía brillar la opacidad de su agresora.

Su entrenamiento fue muy duro, desde el instante en que fue capaz de levantar esa espada, la cual usaría para defender al diario de forma imparcial, claro, también a su dueño, pero no era lo que ella hacía. Si defendería a alguien sería a sus hermanos, aunque claro, solo la descendencia de los escritores pueden leer ese diario. 

 Recordó cada dura pelea, cada examen que le tomaron sus padres, así recolectar tanta información. Apenas recordaba lo sucedido antes de irse de terminar en la calle debajo de un puente completamente sola.

Salió a caminar, subió al auto, se abrochó el cinturón y arrancó. Luis la vio salir y se preocupó, se había negado rotundamente a salir y ¿ahora tenía ganas de dar un paseo? La vio salir muy rápidamente, ni siquiera la pudo alcanzar aunque estuviera volando. 

Manejaba de forma suicida, recordaba el lugar a donde tenía que ir, lo había soñado, sentía que lo sabía. 

Después de un largo rato llegó, la reja estaba destruida, salió del auto y cerró la puerta con fuerza, aún algo de la estructura seguían en pié. Avanzó a un edificio secundario, en diagonal al de la explosión, era de un piso. Allí buscaba las respuestas que necesitaba.

Sabía que el instituto tenía un reporte semanal de los desastres que podían ocasionar los chicos, información sobre sus padres y su familia. Nunca les contaron que era lo que les hicieron allí, solo que era grave. No sabía tampoco mucho de sus padres. Ni por qué sabían tanto del diario, ni por qué sus hermanos podían leerlo o por qué la transformaron en guardiana. 

Prendió una luz, el lugar había sido completamente abandonado después de a rebelión de los chicos.

Entró a un gabinete, buscando el nombre de sus hermanos, estaban en orden alfabético, tardó un rato en encontrar el archivo de ellos

Ficha de ***** Gomes.

Edad: 6 años

Cumpleaños: 19 de noviembre.

Hijo de Ryan Gomes, un famoso arqueólogo y Liz Taime, una cantante de fama internacional. Los chicos eran normalmente dejados solos junto a su hermana mayor  bajos los cuidados de una niñera sádica. Teme al abandono y a los cuchillos. Odia que lo ignoren, cada vez que se pone nervioso hay que tenerle paciencia porque habla mucho.

No se lo debe separar de la hermana, energía inestable y muy fuerte.

Se cree que sus padres pudieron ser un ángel un demonio, no se sabe con exactitud pero uno de ellos desprende un aura perturbadora, se mantendrán a ambos en confinamiento para revisar los resultados.

Habilidad hipotética: multiplicación e ilusión. 

Ingresos a la máquina:

2/3 20:30        10/4 14:58

6/3 5:50         11/4 21:22

10/3 18:01       12/4 13:00

1/4 19:31        12/4 17:04

5/4 10:03       15/4 23:34

6/4 2:44      17/4  00:01

7/4 12:12 

8/4 6:27

9/4  22:09

Los horarios continuaban, era capaz de contar más de 100 horarios pre programados... esto era malo.

Los números de Candy eran malos, varios eran en el mismo día, llegaba a los 6 turnos en el mismo día.

Ficha: **** Gomes

Edad: 6 años

Cumpleaños: 19 de noviembre

 

Hijo de Ryan Gomes, un famoso arqueólogo y Liz Taime, una cantante de fama internacional. Golpeada por su sádica niñera, desprende energía pura y perturbadora, con una extraña habilidad que aún no desarrolla. Menor que sus hermanos, rebelde, incorregible, fría, serena e incapaz de sentir algo por cualquier persona, es como una máquina.

Entradas a la máquina..

Apartó la mirada, eso era horrible y tan solo era la primera página. Recordaba consolar a su hermana menor cuando despertaba asustada en las noches nombrando una máquina.

Buscó la salida con la linterna, pero accidentalmente se tropezó con algo mayor.



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En el texto hay: mundos fantasticos, guerras magicas, aventuras magicas

Editado: 28.04.2020

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