Sacó su cuderno debajo de su colchón, el único escondite seguro para proteger su trabajo. Releyó sus notas, las que tiene desde que recuperó la consciencia, era lo único que tenía desde antes del accidente.
Espectros de dos tipos:
Malignos: Agresivos, viven en lugares húmedos y oscuros, la luz del día los debilita ocasionalmente, los más poderosos se hacen materiales. La forma de derrotarlos es que toquen un elemento puro.
Benignos: Son bastante tontos e inocentes, vuelan, pueden transformarse en cosas, se hacen tangibles e invisibles, pero nunca se van. Pueden estar atrapados en objetos, la soledad tiende a hacerlos malignos y peligrosos, con el tiempo el objeto en el que se encuentran se rompe y deja escapar suficiente energía como para que puedan pedir ayuda. Muchos no tienen recuerdos de cuando estaban vivos.
Demonios: Hasta ahora he visto que son muy insensibles, aunque las cosas parece que de alguna forma les afecta y saben esconderlas bien. Cuando carecen de energía empiezan a tomar y a fumar, parece adormecer sus sentidos y servir como anestesia. Al parecer exste alguna especie de división de los tipos de demonios que existen.
Ángeles: como diría Uriel "mariposones" o eso parecen, se ven bastante fuertes y no creo que sea muy buena idea pelear con ellos.
Hadas: Al principio creí que eran como bichos, pero ahora me doy cuenta que son muy poderosas, aunque lago vanidosas y agrandadas, pero siempre hay cosas así.
Anoto esto en otra letra, quizás en vez de contar lo que aprendo de forma tan estructurada podría liberar un poco lo que estoy sintiendo o eso creo.
Conocí a unas personas tan increíbles que me sorprende lo que llegué a simpatizar con ellas, pero ahora no están aquí... ¿Cómo debo reaccionar a esto? No sé quien soy, quizás deba esforzarme más en revisar lo que escribí en este diario. No puedo dejar de pensar en lo que sucedió, lo llaman tragedia, una que podía evitar. Los malditos de los servidores del Horizonte no nos quisieron responder cuando intentamos pedir refuerzos, miles de alertas tuvieron que haber saltado, hay una gran diferencia entre no poder escuchar y no querer escuchar, nos abandonaron intencionalmente. ¿Es de alguna forma traición, no? Le dieron la espalda a los gritos desesperados de una de las gemelas.
Recuerdo que después de que hablé una piña fue directo a mi cara, Nicolás lloraba, pero no entendía porque. No me dolió en lo absoluto, me lo saqué de encima y me fui, ignorando todo.
Mis habilidades son muy extrañas, me dan miedo hasta a mi mismo. ¿No es la fuerza que debería tener una perona buena, no?
Hace mucho... recuerdo que el trato que me ofrecieron, quizás deba aceptarlo, no creo que sea nada malo.
Simplemente hablaré con Mr. death.
Antes no lo haría, porque ellos vivían y tenía que ser fiel a una causa, pero ahora no lo tengo, no tengo que serle fiel a nadie.
Solo una misión, robar el cuerpo de Marcos, con un plazo de 3 meses.
A pesar de todo siento que no tengo... no sé lo que es pero me falta, ¿no será una falta de respeto?
Creo que el estúpido de Uriel me pegó eso de la lluvia, a mi no me basta con contemplarla, también necesito estar debajo de ella. Salí por la ventana y me quedé en el patio, siendo bañado por el agua ¿de dónde sale la lluvia? Recuerdo que Uriel intentó explicarme una vez pero estaba muy cansado como para oírlo.
La lluvia se hizo nieve, sorprendente, escuché unos pasos detrás mío, vi a la náyade.
—Extraño a Candy... —dijo relajada— ¿me abrazarías? Hace frío preguntó y yo me reí en su cara.
—Estúpida, vos causas la nevada, así que vete a abrigarte y no me molestes... —gruñó, es una maricona, no me llevo muy bien con ella.
—Bueno, sé que si fuera Candy me abrazarías. ¿Sabes cómo? Porque la piedra que vos y Candy tenían reaccionaba al amor, no al lazo, fue un defecto de programación de parte de José. Vos no eras su amigo, te enamoraste. Me enteré porque Luis lo dijo en voz alta y no se dio cuenta.
Me reí aún más, que chica tan estúpida, volando me fui hasta mi habitación, tendré que robar el cuerpo. En este lugar no hay personas que valgan la pena, solo Candela y Uriel, me encargaré de que ellos no estén peor. Creo que así lo hubieran querido ambos.
Marcos era genial cuando estaba molesto, insultaba todo sin códigos, era bromista y molestaba a todos, recuerdo que una vez su abuela no le quiso dejar ir al bosque, juntos creamos una ilusión de un árbol cayendo sobre ella, fue gracioso ver como se aterraba al verla. Era alguien con quien de buen humor casi no podía hablarle por lo infantil que se volvía, pero había momentos en que actuaba como todo un adulto, resultado de cuidar a su gemela menor supongo.