El dilema de la princesa

Prologo

La muerte es tan complicada, o eso yo lo pensaba y despues de un tiempo aprendí que la muerte es una compañera que siempre permanecerá a mi lado.

Esa sensación que uno siente cuando va a morir es algo que siempre escuchó por boca de algunos de mis allegados, la muerte para mi estaba muy lejos de mis verdaderas preocupaciones hasta este momento.

Mientras mis pies dejaban de tocar el piso mi cuerpo aún no se daba cuenta de lo que pasaba, cuando algo extraño atravesaba mi piel perforando algún órgano todavía. no me daba cuenta de lo que pasaba sentía como el suelo en el que estaba recostada se partía, escuche gritos a mi alrededor pero en mi mente los gritos se fueron haciendo tan lejanos que solo parecían susurros y aun así mi cuerpo no respondía, la sangre empezó a brotar mientras que yo solo trataba de entender qué era lo que estaba pasando, entonces una voz logró hacer que mi cuerpo respondiera. Al principio me alivie de poder moverme pero luego el dolor proveniente de mi pecho me hizo suplicar por regresar a mi estado anterior, mi cuerpo por fin se movía y se daba cuenta de lo que le esperaba.

Mientras veía borroso por las lágrimas que en algún momento empezaron a caer, mis ojos miraban entre el humo varias siluetas de las cuales tres se aproximaban gritando cosas que no tenía forma de escuchar ya que yo también estaba gritando, mientras lo hacía el suelo se seguía partiendo, las sombras se detuvieron hasta donde estaba la fractura del suelo a unos metros de mí, sabían que si se acercaban un poco más ellos morirían y nadie quiere eso.

Los gritos cesaron por qué ya no podía escucharlos por qué se preguntaran y la razón es que no había forma con él estruendo que provocó, el suelo quebrando se por completo dejándome en claro lo que iba a pasar.

Cuando caía todo empezó a ir muy lento, podía ver las caras de esas tres personas, todos tan diferentes aunque sus ropas manchadas de sangre y tierra, y sus caras llenas de miedo tristeza y enojo cambiaban por la desesperación las lágrimas empezaron a brotar lentamente de uno de ellos mientras esto ocurría el intentaba avanzar para tratar de tomarme en sus brazos o para unirse a mi destino, los otros dos lo detenían con todas sus fuerza mientras veían como yo caía. antes de que fuera tarde les di un último recuerdo compartido les dí algo que en otros tiempos había olvidado hacer.

Les dedique mi última sonrisa junto con mis últimas palabras que tal vez para ellos fueran unos susurros para mi fueron las palabras que lograron que aceptara mi destino. Sabiendo que ellos pudieron escucharme me deje llevar por lo que el destino preparó para mí, mis recuerdos más felices y tristes llenaban toda mi mente. Siempre fui cercana a la muerte, desde que nací ella siempre estuvo presente en todos mis días más que en otra persona y durante años logró acompañarme sin ninguna falta. Creía que al estar siempre a su lado lograría acostumbrarme a ella pero la verdad es que nunca lo logre. Supongo que la muerte es algo a lo que nadie debe acostumbrarse, Puesto que es algo que llevamos en la sangre algo que nadie o nada puede cambiar, el miedo a morir es normal siempre será así todos los seres vivos tenemos miedo algo que traspasa nuestro conocimiento y aquí estoy yo apunto  descubrir qué es lo que está más allá de la vida humana. Aún no sé lo que me  espera pero no tengo miedo por qué después de un largo tiempo entendí que eso era lo que me esperaba de esta vida  y eso era morir ya que mi principal error fue creer en las personas erróneas que lograron que nunca en mi vida pudiera amar a otra persona que no fuera yo.

 




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