El dilema de la princesa

capitulo 1

Capítulo 1

La luz del día entra suavemente por debajo de las gruesas cortinas, la luz se esparce por toda la habitación, inundándose con su brillo. Esa calma termina cuando las sombras la absorben dejando la habitación de nuevo en la oscuridad.

A mí no me molesta la luz solamente no ahora, la luz es fuerte recordatorio de lo que alguna vez pude ser más ya no, lo único que me queda es la esperanza que todo en algún punto acabe. Me levanto de la cama, apartando las gruesas colchas y tocó el frío piso que en unos minutos se vuelve cálido. Camino lentamente hasta un ventanal, donde me detengo a observar por un instante lo que sucede en el mundo exterior. Una ligera brisa recorre la habitación, supongo que proviene de una de las ventanas, continuó observando la construcción hasta que me aburro y decido tomar un baño.

La cabeza me punza, tal vez se deba a una pelea con mi padre o simplemente sea por una de mis tantas noches de insomnio. Después de tantas noches escuchando gritos o súplicas deje de escuchar pero esta noche esos gritos regresaron como si estuvieran esperando el momento perfecto para atormentarme como nunca antes.

Mi vida no es fácil pese a que la mayoría cree en parte es porque siempre muestro lo que la gente espera ver de una princesa, pero la realidad es muy diferente. Reprimí parte de mis sentimientos por una sola razón, desde pequeña me enseñaron que los sentimientos pueden ser peligrosos.

Soy una princesa de nombre, nunca me gustó vestir lujosos vestidos o aprender a bailar, eso nunca logró despertar mi curiosidad y eso fue bueno en parte ya que mi mundo empezó a cambiar en cuanto fui creciendo.

Mientras me dirijo al baño, observo las pinturas que adornan la habitación, son pinturas del palacio de Tempert que pertenece a mi reino. Una sonrisa atraviesa mi cara pero en un instante se evapora por que recuerdo todo lo que he soportado, muchas heridas que tuve que curar sola porque a nadie le importe lo suficiente para preguntarse lo que yo sentía, el palacio siempre estaba lleno, la servidumbre siempre me seguía a donde fuera y nunca dejaban de sonreír pero sabía que era todo falso, ellos solo hacían su trabajo. La única persona que realmente se preocupo por mi desapareció hace tanto tiempo, a veces   resulta difícil recordar su rostro, mi madre se fue cuando tenía 14 años, es curioso que recuerde cómo se marcho  pero no su rostro y eso se lo debo a mi padre que después de que mi madre abandonara todo el quemó todas sus cosas incluidos sus retratos y fotos, tengo una foto quemada en la que se puede apreciar a mi madre cargándome cuando era una bebe y mi padre sujetándola de la cintura. La foto está guardada en un baúl con llave porque después de un tiempo la foto que me ayudaba a dormir se volvió un horrible recordatorio de lo triste que se volvía mi vida.

 

El agua siempre logro tranquilizarme, me recordaba que pese a que lo tenía todo en apariencias el preciado líquido era algo que nunca lo podría tener en mis manos sin que se resbalara de ellas, la sensación del agua caliente sobre mi cuerpo hace que la compare con toda la ira que acumule a mi madre. La ira pasó a ser algo normal, era lo único por lo que vivía mi vida, en ese entonces creía haber conocido el sufrimiento pero estaba tan lejos de sufrir el verdadero dolor.

Después de un año de dolor y miseria decidí que tenía que hacerme más fuerte para que nadie ni nadie pudiera lastimarme, mi círculo privado se fue reduciendo al punto en el que solo era yo y solo yo la única persona en la que pudiera confiar. Algunas personas trataron de acercarse pero yo ya no trataba de hacer amigos, solo unos pocos lograron llegar a ser considerados amigos y esto se debe a que están igual de rotos.

Después de una eternidad salí del baño por que mi cuerpo se estaba entumeciendo de tanta agua caliente, me visto sin prisa y salgo a los pasillos del palacio, están vacíos y fríos como todo en esta instancia. Camino y a lo lejos escucho pasos que cada vez se hacen más fuertes hasta que la persona que venía corriendo se detiene justo frente a mi. está agitado y unas gotas de sudor cubren su frente, tiene unos papeles en la mano a lo que supongo vienen dirigidos a mi.

-Clyde cuantas veces te he dicho que no quiero ver papeles en la mañana- 

-no se, la mitada de tus órdenes las olvido y las otras las ignoro- me tiende los papeles

-resumen- no tengo el tiempo ni el interés para leer otra pila de papeles insignificantes

-creme esto necesitas leerlo tu misma- agarro los papeles de sus manos y observó que el sobre tiene grabado el sello de la familia de mi padre a lo que asumo tiene que ser algo importante.

-¿sabes lo que dice?- lo miro en busca de alguna pista de lo que contiene este sobre

-si me llego una carta a mi tambien pero la tuya es especial, la trajo el asistente personal de su majestad- mi mente rápidamente me muestra la imagen de esther la asistente de mi padre.

-esther la trajo, cierto clyde - arrugó los papeles, la última vez que hablé con esther ella estaba decidida a ocupar el lugar de mi madre.

-si pero no como tu crees, creo que su plan ha fracasado- 

-a qué te refieres- 

-existían ciertos rumores de que su “belleza” había sido acabada por una horrible cicatriz en todo su rostro, no lo creí hasta hoy, Eider su cara está atravesada por una cicatriz muy horrible, parece que lo que la causó no fue un accidente incluso me atrevo a pensar que lo que sea que se lo hizo trato de dejar un mensaje- una vaga risita sale de mi boca.




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