El dilema de la princesa

Capítulo 18- La orden de la rosa

El viento en  mi cara me da la sensación de volar, relámpago es un espíritu libre y por eso odia estar encerrado, gracias a que las limitaciones han sido rotas puedo sentir con más fuerza las emociones y percibir algunos pensamientos si me concentro, cuando pasamos la última parte del castillo detengo a relámpago en el inicio del bosque. Pienso en mi madre y yo jugando, los almuerzos, todo lo que ya no está.

 

-el pasado seguira ahi, ahora solo debo concentrarme en mi futuro- me digo a mi misma- avanza

El galope del caballo es lo único que se escucha, la plantas crujen debajo de nosotros, le indico que incremente la velocidad, no quiero detenerme a llorar por que no es el momento ni el lugar, estoy a unos minutos de llegar a la academia por lo que bajó la velocidad, se me olvido mandar un aviso que iría a ese lugar, todos lo hombres nobles deben ir ahí por lo menos un año al igual que las mujeres, se les entrena para defenderse y hacer un buen uso de sus habilidades, en mi caso tuve tutores personales que me enseñaron todo eso por años solo que a diferencia de ellos nunca puse un pie en la academia más que para algún evento o alguna condecoración, muchos de los que asisten no quieren estar ahí otros en verdad quieren servir a su reino y se quedan más tiempo, la orden de las rosas son un grupo de caballeros de élite que son instruidos desde que hacen muestra de sus habilidades,entrenan día y noche para que llegado el momento sean puestos a disposición del cuidado de su rey o reina, a veces solo hay 1 o 2  candidatos a pertenecer, Clyde siempre ha sido un sobresaliente soldado, con su habilidad doble fue considerado el mejor de la orden, fue en la temporada en que nos separaron y aunque hubieran hecho eso para alejarnos el simple hecho de ser caballero de orden de la rosa lo pondría siempre junto a mi, que irónico pese a lo que hubiera decidido el siempre aparece en mi futuro, no será acaso un señal, no es solo una horrible coincidencia. 

 

He llegado a mi destino y tal como la describen todos los que han pasado por ella una enorme construcción me recibe, las grandes rejas de hierro separan a sus habitantes del mundo exterior, se escuchan gritos de hombres y de mujeres, el trote de algunos soldados y a lo lejos el chillar de un caballo, sigo pensado en retroceder cuando escucho a lo lejos que las puertas se abren, un par de soldados salen a mi encuentro. No hacen reverencia lo cual me sorprende, pero lo que me asusta aún más es que tienen preparadas sus armas y apuntan a mi cabeza.

 

-quién es usted y qué hace aquí- grita el líder, es un hombre con una barba mal cortada y unos ojos simples, se esta luciendo con su compañera que al parecer se ve asustada- una simple pueblerina no puede venir aquí, si viene a entrar a la academia tiene que hacer fila como los demás, sucia rata, que creias que podias hacer trampa

 

-capitan alto- le dice su acompañante- notó que mira horrorizada  el escudo real de relámpago- es de la familia real

 

-y eso a mi que, incluso los nobles deben de hacer fila- hablan con altanería- no se crea mucho por ser de la nobleza, ni que fuera el rey o su hija incluso si fuera así ...

 

hasta este punto he logrado reprimir una risa, no se ha dado cuenta de quien soy y eso es por que llevo  una capa que me cubre la cabeza y parte del rostro, podría pasar desapercibida pero ahora eso es lo de menos.

 

- que pasaria dígame “capitán”- me descubro la cara y el hombre se horroriza al ver mi rostro- responda

 

-su alteza- se arrodilla ante mi y al igual su compañera- perdone mi insolencia no sabia que era usted

 

-como si me importara, tiene suerte hoy tengo un compromiso aquí de lo contrario estaría muerto- y para asustarlo mas- sera mejor que cuide sus palabras la próxima vez o hare que le corten esa lengua 

 

-si su majestad- se levanta y se dirige a la puerta- abran la puerta principal, su majestad está aquí 

 

escuchó una respuesta cuando una pequeña gota de agua cae por mi rostro, luego le suceden otras apenas si se llegan a notar pero es solo el inicio de una creciente nube de tormenta, apresuró a relámpago a caminar para evitar empaparnos, en cuanto pasó la gran reja, unos guardias se colocan frente al caballo, luego uno de ellos me ayuda a bajar, no soportan que los vean desde arriba y a mi tampoco, observo cómo se llevan a relámpago junto con otros caballos al establo de la academia.

 

El capitán habla con otros soldados que al mirarme tiemblan un poco, luego escuchó en el suelo largas pisadas, los soldados se recomponen en seguida, un ojo gris y otro blanco me ven desde el fondo del pasillo, como pude olvidar que el director de esta academia era el mismísimo lord Revan, el padre de Clyde y una de las personas a las que más odio, innumerable veces a dejado claro que un reino gobernado por una mujer no es nada a comparacion de uno gobernado por un hombre, incluso con su propia esposa es un déspota, la trata como un trapo y no esconde que le es infiel con otras mujeres, lo presume como si fueran un trofeo y no una deshonra a su familia, pero quien lo va a detener si es un amigo cercano de la familia real, continúa viendome  como una basura pero ya no me afecta en lo absoluto, antes puede que bajara la mirada ante sus muestras de asco, ahora le aguanto su mirada y sonrió lo que provoca que se desconcierte, a su lado lo acompañan cinco jóvenes, cada uno es diferente salvo por dos que son muy parecidos. pero no tengo tiempo de observarlos por que la voz del director me distrae

 

-su majestad- lo dice entre dientes- que placer que nos honre con su visita




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