El dilema de la princesa

Capítulo 21- Hemos llegado

en cuanto subo al tren un cansancio se apodera de mí, el viaje sera largo de un dia entero y sin escalas por lo que puedo darme ese pequeño placer, antes de que se ponga en marcha el tren observo a clyde que sigue en la entrada de la estación, se ve angustiado como si esperara algo malo, entonces escucho un grito de dos hombre, a lo lejos vienen corriendo liam y Sean mojados y con la cabeza con pedazos de hielo, clyde ríe mira mi cara en la venta y empieza a correr, sabía que no era posible que solo el me despidiera pero volverlos a congelar esto es demasiado. el tren ya se pone en marcha no hay manera de pararlo por que está programado para eso, solo espero que no hagan nada malo mientras no estoy. aquí el clima es cálido debido a la calefacción por lo que me permito quitarme el abrigo, camino con el abrigo en brazos hasta el otro lado del tren por que aunque es moderno eso no acorta su tamaño, paso por diferentes vagones todos vacíos a excepción de la primera parte en donde se encuentra mi sequito.

 

el tren se mueve a gran velocidad, y por las ventanas se ve el reino desde arriba, es cierto que es muy bello tempert al atardecer pero después de vivir durante años en este lugar donde la mayoría de las personas no son lo que aparentan he aprendido que sobrevaloramos lo que vemos y dejamos la verdadera esencia de un lugar muy lejos de la realidad , el silencio es interrumpido por el tacón de las botas, el eco hace que se escuchen más fuerte, ya casi llego a mi destino pero una oscuridad hace que me detenga, estamos pasando por un tunel, rio, como si un poco de penumbra me dutivera, entro en silencio dónde está leo y sus compañeros, están atentos y ligeramente asustados por la oscuridad del túnel, en cuanto pasamos ese tramo respiran aliviados.

 

-¿que están haciendo?- ezra que es estaba tomando un vaso de agua escupe el agua de su boca- mejor no pregunto

 

al parecer no habían notado mi presencia, ezra se limpia la boca y le ofrece una disculpa a  elio que tiene su cabello mojado, esa imagen me recuerda a Clyde que en el paso el fue el que mojo la cabeza solo que para evitar que lo acusara congeló el agua en mi cabeza y luego sacudió mi cabello. suelto una pequeña risa lo cual hace que se asusten de la misma forma que en la mañana. 

 

-Solo limpien eso- continuó riendome pero una llamada me interrumpe, es clyde - hola?

 

-¡princesa!- grita Liam al otro lado del teléfono-  ¿si es usted?

 

-liam por que tiene el celular de clyde- escucho que corre y que una explosion se escucha de fondo- que esta pasando

 

-Lord clyde nos encerró en hielo y ahora le quitamos el teléfono para hablar con usted- una puerta se cierra- bien ya puedo hablar

 

-liam qué sucede- le gritó al celular

 

-le quitamos el celular para obtener su código para poderla llamar nosotros también pero eso molesto a clyde y ahora está furioso porque tomamos prestado su teléfono, no es mucho- escucho que se esconde

 

-y el ruido que se escucha- a lo lejos se escucha que alguien grita su nombre

 

-parece que Clyde ya se encargó de Sean pero eso no importa ya anote el código en un lugar donde seguramente el nunca buscará

 

-sean esta bien- pregunto angustiada

 

-si, parece que clyde ya sabe cómo manejar los poderes de sean y ahora tal vez ya lo congelo- ríe pero escucho que se abre una puerta- se encontró que tenga un buen viaje princesa

 

escucho algunos gritos y después silencio, llamo inútilmente su nombre hasta que alguien me responde

 

-Eider, todo bien- dice de la forma más amable posible

 

-Clyde, no hagas nada de lo que puedas arrepentirte despues- le gritó

 

-Solo los congele un poquito- dice minimizando todo

 

-Descongelarlos, no me hagas regresar

 

-eider- alarga el final de mi nombre 

 

- mira no te pido que los ames pero al menos toleralos porque puede que sean tus enemigos pero son príncipes extranjeros hacerles algún daño puede incitar a un guerra que tu ni yo queremos pelear

 

-de acuerdo, luego te marco- escuchó una risas al fondo- adios eider

 

-adiós clyde y si quieres descongelar en una hora- no lo puedo ver pero se que sonrio-adios

 

Tenía razón, aunque me causen problemas ya los extraño, miro a mi alrededor todos parecían muy interesados en mi llamada pero en cuanto colgué rápidamente regresaron a su trabajo, se dicen cosas entre sí supuestamente de trabajo. Idiotas como si no supiera reconocer ese tipo de mentiras.

 

-ire a dormir, si necesitan algo solo toquen- digo antes de entrar al vagón donde están las habitaciones, la mía siempre es la más grande aunque no tengo mucho con que llenarla, tiró el abrigo en la pequeña mesa, hago lo mismos con los zapatos, me tiró sobre la cama sin importarme si arrugo la ropa, ahí con la cara pegada al edredón me sumerjo en un sueño del que no quiero escapar. 

 

Escucho momentáneamente el sonido del tren desplazándose por las vías, sin embargo no tengo la minima intención de despertar por lo que dejo que el sueño me vuelva a secuestrar, tambien escucho voces preocupadas no se si son del sueño o la vida real lo único que sé es que no me importan. entre tantas cosas lo unico que quiero hacer es escapar pero se cuan tonto es, no siempre estare en calma pero ruego tener mas momentos asi, sin tener que preocuparme por nada mas que descansar como cuando era niña y era ajena a todo los problemas de los adultos. No se por que pero siempre que duermo profundamente me es imposible diferenciar cuánto tiempo dormí, el cielo ya es demasiado oscuro y tal vez puede que esté mal o aun no he despertado pero a lo lejos se ve un poco de luz como si fuera el amanecer, como si fuera posible que haya dormido tanto no estoy tan mal. Abro la puerta y noto que todos están dormidos en sus lugares, Zac y ezra duerme uno encima de otro, elio está recargado en el sillon con la boca abierta, Zyan duerme solo recargando su cabeza sobre la mesa en la que estaba trabajando y Leo está dormido en el extremo opuesto que sus compañeros, por que no duermen en sus habitaciones será que por respeto ami no entraron en las suyas  paso entre ellos sin hacer ruido hasta que llegó a la puerta pongo mi mano en el lector de seguridad y paso en silencio, tengo sed pero no quiero despertar a nadie, caminó con prisa al vagón donde se sirven las bebidas y más, en cuanto llegó las luces se encienden dejando ver un pequeño bar repleto de botellas pero no busco ninguna de ellas. abro un cajón de la gran repisa y sacó una botella de jugo de uva, amo el vino pero no es muy temprano para tomarlo o es muy tarde para beberlo, sirvo en un vaso vacío y dejo el dulce líquido sacie mi sed. Todavía no se que hora es, busco con la mirada un reloj hast aque mis ojos llega a una pequeña ventanilla de un congelador, es demasiado temprano para que alguien normal esté despierto pero yo siempre soy la excepción, tortuosamente me regaño por ser tan descuidada con el tiempo se supone que con los problemas que cargo no debería ser capaz de dormir tan fácil, mi cuerpo siempre juega en mi contra pero agradezco no haber despertado tan rápido, hubiera sido difícil mantenerme despierta sin pesar las posibilidades que me deparan en el futuro. De solo pensar en eso hace que desee abrir una de las botellas pero termino dejando el lugar pero para mi torpeza derramo jugo en mi ropa lo que la hace parecer sangre. El amanecer anuncia su llegada con un fuerte brillo, ya casi llegamos lo se por las inmensas nubes grises que cubren exitosamente a la gran luminosidad que este proporciona, a lo lejos se escucha el sonido de la guerra, las grandes fábricas hacen chillidos anunciando la llegada de nuevas armas, el humo hace que el aire se vuelva denso  y oscuro, no se escucha por ningun lado el canto de las aves, las risas de los niñas, la falta de alegria me da la bienvenida al distrito negro. La pesadilla ya está aquí y habrá que comenzar para saber si me come o me la como a ella.




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