El dilema de la princesa

Capítulo 38- Decepción y culpa

La incomodidad de verlo limpiar con mucho fastidio su propia sangre induce a mi boca a hablar pese a que hubiera preferido salir de esta habitación a respirar y sinceramente a huir de aqui, Clyde tenía razón cuando me advirtió de las intenciones de Liam pero todavía pueden ser conjeturas no? y si no es así que haré por lo que resta del año, no podré evitarlo por siempre así como en esta cena no lo puedo evitar.

 

-¿quieres que llame a alguien?- estoy más que dispuesta a llamar a alguien para que venga y esté al menos un poco de tiempo, después de sacar esas conclusiones tan oscuras no me siento tan cómoda como antes- o podemos terminar la cena para que te revisen 

 

-No será necesario- le resta importanci a su mano la cual no ha dejado de sangrar, tragó saliva al  escuchar su respuesta- he sufrido cosas peores por gente muy mala, pero estoy orgulloso de saber que nunca más lo harán, de eso me encargo yo

 

-no lo dudo- le respondo, y tomo un poco del vino para intentar tranquilizarme, pero el para terminar de empeorar la situación  sujeta mi mano con su mano sana y sin poder evitarlo  doy un leve respingo que el no pasa desapercibido

 

Ahora tengo por completo toda su atención, miró discretamente  hacia arriba pero Zac y compañía ya se han ido, si tan solo alguien más estuviera aquí, pido por una llamada de emergencia, un asunto sin resolver, lo que sea con tal de salir de este lugar regreso mi mirada a mi mano que esta siendo sujetada por liam, el me suelta abruptamente y no despega sus ojos de mi cuerpo como si fuera un animal a que ve en lugar de su prometida

las  rosas y las velas que contrastan con la oscura noche ahora me resultan en tétricas, son tan rojas como el color de la sangre sin mencionar que las lámparas solo alumbran levente la habitación, si llegara a tirar un candelabro las rosas arderán en segundos, cuán peligrosa puede ser una muestra de amor sobre todo si vienen de una persona de la cual sospechas cosas malas, bien podrían ser una disculpa disfrazada por crímenes que desconozco,  parece hacer caso omiso a su dolor y sigue comiendo sin importarle que al hacer precisión su mano no deje de sangrar y la servilleta se empape más de sangre, siento que lo hace intencionalmente para demostrarme algo, pero que?, miedo, no podría aunque quisiera lo único a lo cual mi cuerpo responde es al instinto de supervivencia, pero parece que aunque ya no pueda sentir de  la misma manera que antes Liam logra recordar lo que se siente vivir el miedo a esperar lo inesperado. 

 

El alcohol se resbala por mi garganta sin hacer efecto alguno, ahora en mi boca parece un jugo con un sabor amargo,  otra desventaja o ventaja dependiendo de la ocasión en este caso es una desventaja, cuánto desearía poder olvidar un poco a mi cabeza pero parece ser imposible

 

 

-Te noto un poco seria- su voz me sobresalta, lo miró de nuevo y sonrió para darle la impresión de que todo está bien pero el sabe que no lo esta, sus ojos vuelven a ser frios y una sonrisa siniestra atraviesa su rostro, si su intencion era verse  oscuro lo ha logrado.

 

-Casi no hablo- un repuerta cortante sale de mi boca y enseguida me arrepiento- Creo que no estoy lo suficientemente acostumbrada a hablar con personas mas haya de diplomacia y convenios, disculpame si eso te molesta

 

-No soy ningún dios para juzgarte, el mero hecho de tenerte aquí ,sola conmigo es más que suficiente para mi- en cuanto dijo sola mis sentidos de supervivencia despertaron, no fueron las palabras si no en la forma en que lo dijo, en qué diablos me metí.

-Gracias. musito sin embargo parece notar lo cortante de mi voz 

Por mi bien decidí hacerme de lo que mejor se me da, utilizando todas las enseñanzas de mis maestras de modales y socialización, entable pequeñas pláticas de temas sin importancias, también me encargue de hacer que mi rostro demostrara todo lo contrario a lo que sentía, gracias a que podía sentir todas sus emociones y sentimientos puede saber cómo y cuándo hablarle, de esa forma pude terminar la cena sin temor de alguna repercusión, mañana abriera el expediente de Liam, me lo enviaron cuando llegó a Tempert, fue hecho gracias al servicio de inteligencia con el que cuenta este imperio, decidió no abrirlo porque quería descubrirlo yo misma, debía de comprobar si las palabras de extremo precaución solo eran conjeturas de las personas que lo investigaron, tal vez no estaban tan locas. espero equivocarme sobre él y que mis teorías solo se queden así.

 

Una vez terminada la cena nos despedimos y como lo dictan mis leyes nos separamos en la puerta principal, cuando note que el ya no estaba y me asegure que así fuera ,pude respirar de nuevo, me recargue en muro, no me importó el frío de este ni tampoco cuando me clave algo detrás de mi, solo queria quitarme su mirada de su mente. Escucho paso a lo lejos, se acercan rápido, temo de que seal el  que haya regresado, alzó la mirada para encontrarme con sus ojos pero en su lugar unas miradas preocupadas me miran desde arriba

 

-Princesa, se encuentra bien- me tiende una mano que tomó sin pensar, cuando estoy parada huelo el alcohol en la boca de Zac- perdon , me exedi un poco con las  bebidas

 

Habla lento y con pequeños tartamudeos, su equilibrio es ligeramente inestable, se sostiene de pie por la ayuda de sus amigos que lo tiene sujetado de unos de sus brazos, Elio y Zyan también tienen roja la cara y están un poco hinchados, se lo atribuyó al alcohol, pero el que parece más afectado es Zac quien no deja de mirarme.




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