El dilema de la princesa

Capítulo 69- ANHELO

El calor de una mano acariciando mi cabeza, el suave murmullo del viento contra la ventana y la fragancia elegante que desprende la persona que me acaricia, me hacen seguir queriendo dormir, la luz de las ventanas se hace mas fuerte, demasiado, es como si tuviera un sol en la cabeza, abro despacio mis ojos esperando encontrar al causante de mi mal sueño. Con ropa nueva y recientemente bañado clyde me observa desde el otro lado de la cama, viendome con una sonrisa de oreja a oreja, sus manos se siguen moviendo alrededor de mi cabello haciendo círculos, sus ojos no dejan escapar ningún detalle de lo que hago, lentamente caen pequeñas gotas de agua de su cabello semi-mojada, hace unas horas su cuerpo agonizaba en mis brazos y sus ojos no desprendía la esperanza como los de ahora, se ve realmente bien, no parece sorprendido de que yo haya despertado, es como si algo lo mantuviera sereno ajeno al peligro que sus manos acarician.

-Estas despierta- sus palabras son dulces, estaré soñando aun para que Clyde actue así, pellizco un poco mis brazos y el suave dolor descartan la idea- Emperatriz

-Clyde- su nombre dicho por mi boca es suficiente para escuchar su corazón exaltar, y sin saber por que el mio también- Luces bien

-Gracias a ti- sujeta un mecho de mi cabello negro y lo lleva a sus labios, en ese momento mi respiracion se congelo y volvi a sentir algo que nunca creí volvi a sentir, hielo que quema así se podria describir- Der

-Creía que ya no me volverias a decir así- se encoge de brazos, mi respiración se ha vuelto acelerada, una ligera idea de lo que sucede sacude mi cerebro, como si eso fuera posible… o si- Te has cambiado

-Te gusta- No puedo negar que Clyde es hermoso en todos los sentidos pero cuando viste de negro es diferente, es como si mostrara su lado atrevido, oscuro y perverso igual que cierta persona- Decidi vestir tus colores

-El negro te sienta muy bien- lo alago sin detenerme a pensar si era lo correcto, sus labios se cuervan en una sonrisa que no conocía de él- y por que lo hiciste

-Te traje algo- se levanta de la cama, mientras busca algo en otra habitación yo me siento a esperar, dormir sin despertarme a mitad de la noche sudando por una pesadilla, me siento fresca y relajada, Clyde llega con una bolsa de vestidos en una mano y cajas de zapatos en la otra- No hace mucho  murió tu padre

-y eso amerita un regalo- le preguntó manteniendo una cara fría, se gira sobre sus talones y me mira como si estuviera enferma

-Acaso tu no…- aguante lo mas que pude pero mi sonrisa me delató, suspiro aliviado de saber que era solo una broma- es un pequeño detalle mi joven  emperatriz usted es afortunada

-Afortunada más bien desafortunada, Lance no solo era un mal padre también era un pésimo administrador por no decir imbécil- recordar lo errores que cometió y que tenia que solucionar varias veces mientras era la princesa- Ahora hay veces en las que sueño con números y cuentas, es demasiado insoportable

-oh Der no es nada que tu no pudieras resolver además antes de que Esther se hiciera cargo por completo de las finanzas yo era tu asesor lo recuerdas- se sienta en mi cama sacando con cuidado un vestido negro lleno de pedreria, el suave olor de la tela nueva se impregna en mis fosas nasales- Este fuel el ultimo diseño que dibujo sabes

-tu hermana- su mirada se ensombrece, su hermana ha sido un tema bastante delicado que solo pocas veces hablamos de ello, el hecho de que haya traído hasta aquí este vestido es suficiente para darme cuenta del dolor que siente- ¿por que lo ha traído?

-Ella te apreciaba mucho, además en la carta que me dejo venían instrucciones muy claras que este vestido fuera entregado a la persona que yo considerara apta, ella hizo este vestido en base a tus gustos y medidas, era demasiado lista y siempre supo que serías tú- su voz se vuelve quebradiza, sus manos recorren la tela del vestidos con melancolía- Aila nunca dudo en mi y fue por culpa de mi soberbia que ella está bajo tierra

-Clyde no te culpes, ambos sabemos que el verdadero culpable no eres tú , ambos sabemos que nuestras familias no son nada cercanas a la palabra amor, la muerte no debería ser algo a lo que debamos estar acostumbrados pero lo estamos, de alguna forma nos acompaña- sujeto con fuerza las sabanas, sus ojos se encuentran con los míos y me dirigen una sonrisa triste, si esa es la misma sonrisa que me dio en el funeral de mi padre, cuando murió mi hermano y cuando tome el trono-  Es nuestra realidad, incluso si no es la mejor nos ha mantenido vivos

-Los sobrevivientes no?- se levanta de la cama y camina hasta quedar enfrente de mí- En todo caso el vestido es tuyo, te lo pondrás hoy

-Claro que si- espero a que salga pero no lo hace, no pensara que me pondré el vestido aquí y ahora- me lo pondré así que sal

 

-Eider, póntelo ahora- su voz es suave pero no concuerda con sus intenciones- no miraré nada, solo pontelo en tu baño y sal para que te lo arregle

-no creo que... - me calle y cogí el vestido de la cama, me lo puse a toda prisa en el baño pero note que la parte de atrás necesitaba ser cerrada con ayuda de otra persona- Clyde deberías llamar a ana

-No es necesario- se posa detrás de mi y su suave tacto recorre las tiras del vestido tocando en ocasiones mi piel, entrelazada de manera eficiente cada uno de los listones hasta llegar a mis hombros, donde hizo un hermoso moño en mi cuello- es tan raro




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.