-valla, valla,valla, tenemos visitas- escuche la voz de una mujer acercarse, la criatura ni se inmuto pero pareció mover un poco la cabeza consternada era eso o simplemente lo hizo porque sí- Y no una cualquiera, nadie ha salido con vida después de ver al Aremsa
Lo último que dice parece enojar a la criatura que se agita violentamente provocando que volutas de humo se esparzan por el aire impidiendome tener una imagen clara y también no me permitieron ver cuando la persona que hablaba posaba su mano por mi hombro, me paralice y espere a que el humo desapareciera. Cuando volví a abrir los ojos estaba delante de mí una mujer, era hermosa,la palabra apenas si era suficiente pero su mirada no lo era, era cruel, traslucía elegancia que la hacía un aire de edad pese a que se veía como una chica de mi edad, sus dedos subieron de mi hombro a mi cuello donde se detuvo a observar algo, pude ver por el reflejo de los ojos de la criatura que aún permanecían ahí las heridas que las uñas de kieran me habían hecho, la mujer pareció enfurecer por un momento a medida que sus dedos se posaban con delicadeza sobre mi cuello descubierto, pero después su enojo desapareció sin dejar rastro alguno en su expresión, siguiendo un trayecto terminó posando su mano en mi mejilla, pude percibir algo de nostalgia antes de que se apartara como si mi piel le quemara.
-Eres su hija- susurró, me quedé mirándola mucho tiempo esperando algo más de ella, no se apresure ni ella tampoco, no tenia a donde ir y parecía que si me movía la criatura me devoraría- eres la viva imagen de Raziel
-Lo conoces- Mi voz retumbó por el lugar y fue suficiente para que levantara la vista abruptamente, la criatura gruño y se echó en el suelo en forma de ovillo, solo se podía ver la parte de arriba de sus crestas, su piel negra empezó a brillar, por lo que parecian venas corría un líquido dorado que llegaba hasta su cabeza y desaparecía en su cola- ¿lo conoces?
-Como la palma de mi mano- el dolor de su voz se vuelve un profundo lamento cuando sus manos empiezan a temblar- Pero fue hace muchísimo tiempo, la última vez que lo vi, la guerra estaba en su punto mas critico, no viví lo suficiente para conocer al vencedor, tu existencia solo me dice que Raziel terminó ganando
-Quien eres- me acerque apenas unos centímetros a ella, la criatura no se movió y eso me dio el valor necesario para acercarme, tenía el cabello largo y plateado que se escurría por el suelo, su vestimenta era una túnica blanca casi transparente y su piel tenía un tono casi blanco, era hermosa pero no era una belleza que pudieras ver todos los dias, se me ocurrió de repente quién podría ser -podrías ser Allysa
-hace milenios que nadie pronuncia ese nombre-sonríe y casi puedo sentir lastima por ella pero algo me impide hacerlo- Este lugar es terriblemente aburrido y nadie ha llegado aquí, al menos no con vida
-¿que es este lugar?- le pregunto, se queda callada otra vez pensando en la respuesta, organizando sus palabras y considerando si decirme la verdad o no, termina cediendo
-este lugar es lo que queda del palacio de Raltrea, el hogar de los dioses y mi tumba- Cuando dice tumba lo dice con odio, empieza reírse pero no es una risa normal, se arrastra en el suelo mientras su risa; alaridos más que nada, resuenan por todo el lugar- Y esta criatura y yo somos lo que quedamos. No tenemos visitas vivas así que lamentamos profundamente que veas este lugar hecho una miseria pero en nuestra defensa no hay mucho que podamos hacer
-son ruinas entonces-asiente mientras se sienta en el suelo de forma simple pero elegante, sus manos son pequeñas como toda su comprensión pero no la subestimo, he visto a personas como ella destruir con sus manos cosas mas grandes- Por que te quedaste aquí
-Lo dices como si tuviera muchas opciones- su autocontrol es admirable pero carece de sentido cuando puedo saber que el rojo que la recorre sutilmente me demuestra lo contrario- No elegí quedarme aquí, si tuviera la oportunidad en verdad habría deseado morir en el momento en que debí de hacerlo pero cuando abrí los ojos la guerra había terminado y yo estaba aquí
-De un palacio me estas diciendo que solo quedo esto- admiro las ruinas y no me imagino una guerra capaz de solo dejar un pequeño templo semi-destruido
-Si, el agua que ves aquí era sangre pero con el tiempo fue perdiendo color y se volvió transparente, tengo la suposición de que Aremsa tuvo algo que ver pero casi nunca habla conmigo, como no soy un descendiente de Meridia no tiene nada que ver conmigo-observo que ella toca con cuidado y la criatura ahora llamada Aremasa le lanza una de sus escamas, Allysa la esquiva y sujeta la escama entre sus manos, el color rojo de la escama pierde color en sus manos, se acerca a donde estoy parada y con cuidado la coloca en mis manos, la escama recupera su color- Como lo suponía, el poder de meridia es fuerte en ti
-No entiendo nada y lo único que quiero hacer es salir de aquí-sonríe con lastima antes de volver a sentarse en el suelo y dar unas palmaditas a su lado indicando que me siente junto a ella, a regañadientes lo hago- tu sabes como hacerlo
-Si lo supiera crees que estaría aquí- la ironía no es algo a lo que esté acostumbrada pero bueno tiene sentido que lo diga- Lo única que sale y entre a voluntad es el Aremsa pero no es muy platicador que digamos