Marian abrió lentamente los ojos, lo último que recordaba era haber visto como su familia caminaba saliendo de la nave con los demás sobrevivientes de la nave. Revivió en su mente todo lo que pasó en el viaje por el espacio, sabía que no debía estar "viva". Una fuerte luz le molestó la vista, se incorporó, cuando pudo volver a ver bien, observó a varias personas vestidas con batas blancas, y cubiertas sus bocas en el lugar, no reconoció a nadie.
— ¿Puedes oírnos? — preguntó una mujer con voz neutra.
— Por supuesto — respondió asustada.
La robot se dio cuenta que solo estaba cubierta solo por una sábana que se deslizó hasta dejar sus senos al aire al erguirse, inmediatamente, con mucha vergüenza cubrió su torso.
— ¿Qué pasa? ¿Dónde estoy? — consultó angustiada mirando para todos lados.
— Tranquila R.1355 — dijo la misma mujer de antes.
— Me llamó Marian — contestó más confundida todavía.
— Está bien Marian, este tranquila por favor.
— Yo soy... un robot... debería estar muerta, o sea desactivado, soy una infiltrada.
Uno de los hombres se acercó, cuando se quitó el tapaboca, ella vio que era Tomás, más avejentado.
— Mi amor... — Marian se quedó callada y evitó mirarlo a los ojos, no quería ver el rechazo que imaginó tenía hacia ella, se quedó donde estaba tapando su cuerpo lo mejor que pudo — Tomás, que bueno ver que estás bien — dijo con sinceridad.
— Gracias — respondió él serio.
— Saldremos para que conversen, gracias por su apoyo Don Tomás.
Cuando todos se fueron, marido y "mujer" se miraron sin animarse a decir nada.
— ¿Y los niños? — preguntó al final Marian.
— Han pasado 20 años, ya no son niños, Alberto tiene 32 años, es ingeniero, él fue uno de los ayudó a arreglar las conexiones y demás que se quemaron para que ustedes volvieran a la... vida... a funcionar.
— ¿Y mi niña?
— Es la líder del gobierno de Super Tierra, es una mujer muy fuerte... ten — le pasó ropa, se dio vuelta para que se pudiera vestir.
Ella se sintió rechazada, pero ahora él sabía que era un ser artificial, por eso la trataba así.
"Como lo tomarían mis niños, ya no me verán como antes".
Cuando ya estaba arreglada, se sintió más tranquila.
— ¿Qué dijeron cuando supieron que no era una humana?
Tomás se sentó al lado de la mujer en la camilla, hizo ademán de tomarle la mano, pero luego de un momento de vacilación, la retiró.
— Cuando llegamos y reprodujeron los archivos, creímos que éramos una familia humana normal, pero un año después que llegamos revisaron la nave a fondo, encontraron a muchos infiltrados desactivados, todos sabíamos de ellos por los registros, pero cuando te encontraron, nos dimos cuenta lo que había pasado en realidad, al final los informáticos lograron restaurar nuestra información ¿Por qué no quisiste volver? No tienes idea como sufrieron por tu muerte... tu desaparición... — no sabía cómo explicarse — tu desconexión.
— No quería que ustedes supieran que no era un ser humano, no deseaba que sufrieran ese dolor, por eso también arregle los archivos.
Él dejo sus aprensiones a un lado, y con mucho cuidado le tomó la mano.
— Es tan...difícil pensar que no eres un ser vivo, te veo respirar, tus ojos demuestran el dolor que pasaste... — se notó una pequeña lucha en su interior, luego la besó suavemente — nos devolvieron los recuerdos, yo estuve casado antes, perdí a mi familia al adelgazarse la capa de ozono de la Tierra, nuestros niños no son míos, tampoco son hermanos — por un segundo se puso triste — a pesar que retiraron los "los sentimientos" que me implantaron hacía ti y hacia ellos no puedo dejar de sentir esto por ti, eres y fuiste una gran mujer, ahora que me llamaron para estar presente, hablar contigo y explicarte que pasa, sentí como si asistía a una resurrección. Te sigo amando, no puedo creer que todo lo que vivimos fue un simple programa de computación, puede que te construyeran con metal, pero sé que allá dentro hay un alma.
A pesar de la alegría de Marian al escuchar esas palabras, se preguntó qué pudo pasar que la volvieron a poner en funcionamiento después de 20 años.
— ¿Por qué me revivieron... reactivaron?
— Los estudios sobre Super Tierra no eran exactos, al parecer no había animales grandes, todo se veía tranquilo, y así fue por un más de una década, los seres que encontramos viviendo aquí no eran más grandes que un pony, pero unos años atrás empezaron los problemas, un par de personas desaparecieron, sus casas aparecían destruidas, pero eran tan pocas que se pensó en tornados o algún otro fenómeno de ese tipo — miró al piso preocupado — luego "ellos" aparecieron en un pequeño pueblo, arrasaron todo, antes de morir los habitantes nos avisaron del peligro, son seres humanoides tipo insectos, pensamos que eran armaduras, nos equivocamos, eran sus caparazones, tratamos de negociar con ellos, pero no hablan, no sabemos si tienen inteligencia o solo actúan por instinto.
— ¿Y qué tengo que ver yo en esto?
— Alberto presentó un plan para que todos ustedes fueran reactivados, y sean los líderes del ejercito de robot que nos defenderá, la mayoría que se reactivaron son como tú, aunque hay algunos que solo acatan órdenes, a esos los copiaron y serán el grueso de las fuerzas de choque. El gobierno quiere que tú seas uno de los comandantes de esas fuerzas. No quieren que sean humanos para evitar que muramos, los enemigos son demasiados poderosos.
— Es que yo no sé nada de combate ni estrategia.
— No te preocupes, nuestro hijo lo previo todo, revisa tus conocimientos, él puso lo que necesitarás para esta misión.
Tomás siguió mirándola detenidamente, físicamente estaba igual, obvio, porque era una máquina, pero no podía dejar de sentir que tenía a su lado una mujer de carne y hueso. A SU ESPOSA. En ese momento llegó un científico con el rostro tapado y los ojos inundados en lágrimas, cuando se sacó el cubre boca ella reconoció a su Alberto.