Después de varios minutos, Joel se despierta. Y rápidamente se percata que el fuerte olor se ha ido. Y pone sus dos manos en el volante, y le dice a Jehová:
— Dios muéstrame el camino que debo de seguir, muéstrame una señal para yo reivindicarme contigo... oh, Jehová, manda tu espíritu santo y guía mi camino…
Joel trata de encender el auto, pero este se queda sin batería y no funciona. En ese momento, Joel se baja del vehículo y revisa el motor, y luego mira hacia delante, y dice:
— Caminaré, no me pienso quedar quieto.
En ese instante, Joel deja la comida en el carro y camina bastante, hasta llegar al centro de salud Virgen de Begoña…
Totalmente estremecido por la gran cantidad de cuerpos que sigue encontrando por donde pasa, Joel escucha un ruido muy extraño y corre hacia el centro de salud e intenta tumbar la puerta. Cuando está cede a la segunda patada.
De inmediato, Joel entra al lugar. Y se queda viendo toda la calle por un vidrio de la puerta, y dice con voz entre cortada:
— ¿Qué ruido tan horrible? Pensé que la cabeza se me iba a explotar… pero no hay nada…
Joel sigue viendo la calle de un lado al otro, y al no ver nada. Se arrodilla. Y se pone a llorar.
En ese instante. un sentimiento de tristeza se apodera del cuerpo de Joel y perturba todos sus pensamientos. Haciendo que esté piense en toda su familia. Y se ponga a llorar por algunos que sabe que se fueron al infierno. Joel Sigue llorando por su familia, y dice:
— ¿Porque no siguieron los pasos de mis padres y míos? ¿Por qué?...
De un momento a otro, la ira se hace presente y laguna la mente y el corazón de Joel, y con sus ojos aún cerrados, alcanza a decir:
— ¿Y yo porque estoy luchando? Yo que sido una persona correcta y obediente. Y aun así me quedé, yo, yo…
Joel se da de cuenta que algo está pasando, y abre sus ojos. Y ella fuera todo espíritu inmundo que está en su alrededor, diciendo:
— ¡Fuera espíritu de la tristeza! ¡Fuera todo tipo de espíritu maligno que quiera hacerme daño! En el nombre de Jesucristo, los expulso de este lugar y de mi presencia ¡ahora!, ¡ahora!...
Joel se levanta y se arrepiente de todo corazón de haber sido tentado espiritualmente. Y pone sus dos manos en la puerta, y dice:
— Perdóname señor, aún con todo esto que está pasando en la tierra, yo tengo que guardar mi compostura. Y aunque haya pasado el rapto. Yo tengo que seguir teniendo fe. Yo no puedo perder mi fe, eso nunca…
Joel mira de nuevo por el vidrio, y al no ver nada, abre la puerta y comienza a cantar:
— El espíritu de Dios está en este lugar, el espíritu de Dios se mueve en este lugar. Está aquí para consolar. Está aquí para liberar. Está aquí para guiar. El Espíritu de Dios está aquí… el espíritu de Dios está en este lugar, el espíritu de Dios se mueve en este lugar. Esta aquí para consolar. Esta aquí para liberar. Esta aquí para guiar. El espíritu de Dios está aquí. Muévete en mi… muévete en mi… toca mi mente mi corazón. Llena mi vida de tu amor, muévete en mi… Dios Espíritu. Muévete en mi…
En ese instante, Joel para de cantar. Cuando ve a lo lejos una sombra correr de ese lugar…