El dolor de no tenerte.

No debí haberlo hecho.

Estaba en el aeropuerto, esperando que anuncien mi vuelo, es la primera vez que viajo sola, pero tenía que hacerlo antes de ingresar a la universidad, mi carrera de medicina tiene que tener toda mi concentración y es por eso que decidí viajar sola esta vez.

Mi teléfono suena y veo que es Lucía, tengo que contestar.

Amiga buen viaje, espero que consigas novio. —Ella como siempre tan directa.

—Sabes que no quiero nada de eso.

—Hay morirás virgen. —Dice y se ríe, mientras qué yo tuerzo los ojos, Lucía y yo somos muy diferentes, ella es fiestera mientras que a mí me encanta estudiar.

Hablábamos tranquilamente hasta que anunciaron mi vuelo, enseguida me despedí y le corte la llamada, me apresure a subir al avión, minutos después ya estaba en mi asiento rumbo a la playa, solo espero que no pase nada.

Me abrocho el cinturón y el avión despegó, estaba un poco nerviosa ya qué era mi primer viaje sola a mis 20 años nunca me había separado de mis padres, luego de graduarme me tome un año para prepararme para la universidad así que me merecía este viaje.

Me quedo dormida y horas más tarde ya estábamos llegando, tome un taxi y directo al hotel donde me hospedaría, al llegar di mis nombres y me instalé en mi habitación, era grande y cómoda, guarde todo y como era ya casi de noche decidí bajar a cenar.

Estar sola me hacía sentir un poco incómoda, me encanta hablar y así sola no puedo, tomé mi teléfono y le iba a hablar a Lucía a para contarle como va mi viaje, pero justo en ese momento sentí la mirada de alguien viéndome, miro al frente y estaba un chico viéndome, me sonríe y puedo ver que al igual que yo estaba solo, veo como se levanta de la mesa y camina hacia mí, me pongo nerviosa ya que al verlo mejor puedo notar sus ojos cafés y su cabello rizado me pusieron más nerviosa.

—Hola. —Dice y su sonrisa me derrite, nunca había visto un chico así de guapo, bueno o tal vez no me había fijado antes en nadie por estar en mis cosas, es la primera vez que detallo a un chico, ya que no estoy pensando en mis estudios o trabajos.

—Hola. —Dije nerviosa, porque el solo tenerlo cerca me pone así.

—Veo que estamos solos, podemos compartir la cena juntos ¿Te parece?, me llamo Darío, mucho gusto.

—Yo soy Tatiana.

—Guao, qué nombre para más bello.

—Gracias.

—De nada, solo digo la verdad. —Sonreí y se sentó, pasamos una noche agradable, conversamos de temas lindos como nuestro futuro o lo que queríamos hacer, ya después nos despedimos y nos fuimos a dormir, no fue para nada atrevido, ya que ni el número me pidió, podía ver que no era como los otros chicos.

Al siguiente día me levanto tarde, me puse un vestido de playa y baje a desayunar, busque con la mirada a Darío, pero no logré verlo, me entristecí por un momento, después de una hora lo vi con una chica, era muy linda y mi corazón se quebró tenía novia y por un momento pensé que podíamos ser algo, pero bueno tenía que seguir adelante.

Subí a cambiarme ya era muy tarde, y volví a bajar a la misma mesa de la noche anterior, bajé mi libro favorito y estaba leyendo cuando se sentó a mi lado, su sonrisa divina quería ignorarlo, pero era demasiado lindo para poder hacerlo.

—Hola linda, ¿puedo acompañarte? —Sonríe tan lindo.

—Sí, claro, si no te van a decir nada puedes hacerlo. —Me mira sorprendido y me puse roja, soné como toda una novia celosa y, es más, ni siquiera me ha dicho algo.

—¿Perdón? —Bajo la mirada y siento que mi cara se pone roja como tomate.

—Digo, no vaya a hacer que alguien se moleste, digo tu novia o esposa. —Vuelve a sonreír tan lindo.

—No tengo novia, menos esposa, estoy solo así que tranquila nadie te va a agarrar de las greñas por mi culpa. —Entonces quién era esa chica con la que lo vi.

—Pues pensé que sí tenías.

—Claro que no, la única que me acompaña a todos lados es mi hermana, incluso le dije que viniera, quiero presentarte con ella, mira, ahí viene. —Al verla bien pude notar el leve parecido, era alta, así como el su cabello rizado y su sonrisa linda como la de él.

—Hola chicos.

—Hola. —Dijimos juntos.

—Te presento a Danny, ni hermana pequeña.

—Ni tan pequeña, ya tengo 18 años, hola Tatiana, mi hermano no deja de hablar de ti. —Sonreí como tonta y el bajo la cabeza y se sonrojó.

—Hola, un gusto conocerte.

—Pues bueno, chicas que les parece si hoy salimos a bailar. —Dice Darío y la verdad casi no salía a bailar, así que por mi encantada.

—Si claro.

—Pues sí tenemos que aprovechar nuestras vacaciones.

—Bueno, entonces vamos a cambiarnos para salir, la quiero ver más guapas de lo que son.

Las dos reímos y nos fuimos a cambiar, no sabía que ponerme así que elegí un vestido rojo un poco alto, unos tacones qué le combinaban, me deje el cabello suelto y me maquille, tenía que llamar la atención de Darío, Lucía me llamo y hable con ella por un largo rato, no le dije que conocí al chico que me gusta, tal vez después de este viaje no lo vuelva a ver.

Baje y estaba esperándolos, algunos chicos me miraban, pero yo los ignoraba, no quería que me hablaran. Minutos después veo que se acerca Darío, tan guapo como siempre, me mira y sonríe, me sentía como tonta, es el primer chico que me hace sentir esto.

—Pensé que no te podías poner más linda, pero me equivoqué, te ves hermosa.

—Gracias, tú también te ves muy bien.

—Creo que Danny no vendrá, así que nos vamos solos, espero que no te incomode. —Dios mío solo él y yo, me daba nervios, pero no los di a notar y le dije que sí.

—Claro, no hay problema.

Me tomo la mano y nos fuimos, llegar a la disco, la música estaba linda para bailar.

—¿Bailamos?

—Claro.

Me agarro de la cintura y empezamos a bailar, tomábamos algunos tragos y nos divertimos, bailaba como nunca, era todo un caballero, la música se ponía mejor y yo me prendía más, de tanto bailar hubo un momento en el que me beso, sus labios jugaban con los míos, he tenido novios, pero nadie me había besado o no él, puse mis manos sobre su cuello, sus manos en mi cintura, era lo más lindo que me ha pasado.




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