Y si crees que te veo como un niño,
Sin ser capaz de ocultar fascinación.
Sintiéndome extasiado hasta la frustración,
Acariciándote como mi tesoro recién hallado.
¿Cómo decirle no a esos ojos, a esa boca
Que me terminará internando en un manicomio?
A tu risa azul, a tu sonrisa obscura,
Ese paisaje satírico que me vuelve loca.
Tu voz a modo de un firme arroyo,
Tu piel en función del fuego eterno.
La geografía de tu ser, por fuera y dentro
Horizonte cual me embriaga y seduce,
Que toda racionalidad extingue
Desechada mi dignidad a la borda sonríe,
Que toda gravedad de mi mente reduce.
¿Cómo enloquecer racionalmente,
Ante lo que a mi corazón hace temblar?
¿Tener que mis labios controlar,
Y tratar de evitar?
De todo ese hermoso paisaje no besar
Tu cuerpo tierra, tus adentros cielo.
Donde mi locura he de cosechar.
Con mis labios he de empapar
Con mi amatoria insanidad.