A prueba de la distancia, y del tiempo...
Déjame ser el dueño de tu ser, de tu alma y de tu cuerpo,
Déjame ahogarme imaginariamente en el oasis meloso de tus labios,
Déjame morirme, en el sentido completo, ahogarme en tus ojos.
Mi respiración se entrecorta y suspira,
Te fundes con el cielo del amanecer repentino,
Y brillas en medio de la soledad nocturnal,
Te veo entre mis manos, te veo entre mis dedos,
Y no veo la hora de verte entre mis besos...
Dueños de la distancia y el tiempo...
Extranjeros de nuestro corazón,
Ciudadanos de todo nuestro amor...
Te fundes entre el perfume de las rosas,
Te fundes como mi deseo sobre mi corazón,
Dime amor si te quiero, dime mi amor si te amo,
Dime amor si por ti completamente yo muero.
Hipnotízame con tus ojos,
Envenename con tus besos,
Dime entre rápidos susurros
Que locura estamos cometiendo
Alcanzarte, alcanzarte oh ¡Dios!,
¡Que no sólo sea un sueño!
Tu inocencia como caramelo,
Derritiéndose entre la pasión y el deseo.
Hazte dueña de mí, dirige mi corazón, mis sentimientos,
Hazme esclavo de tu amor, enloquéceme
Con toda la sed que me provocan tus besos,
Dime mi dulce corazón dime, si yo te miento...
Adueñate de mi locura...
Aunque sea larga la distancia,
Aunque sea mucho el tiempo.
Que importa, tarde o temprano...
Si nuestro amor es dueño de la distancia y el tiempo