Daelyn
Siento nostalgia al estar de nuevo en mi aposento después de tanto tiempo. Recorro cada rincón con la mirada, especialmente el balcón… ese solía ser mi lugar seguro, pero ahora ya no lo siento así.
Crystal y yo estamos solas después de años. Sus ojeras están marcadas, el cansancio se refleja en todo su ser.
—¿De qué quieres hablar? —pregunta, tomando asiento.
—Antes de empezar… ¿puedo pedirte algo?
Parece dudar.
—Depende.
—Seamos sinceras, a partir de este momento.
Sonríe, como si hubiera estado esperando esa propuesta.
—Desde que mi madre te trajo al palacio, me sentí furiosa. No podía creer que una niña como tú se mezclara con nosotros. ¿Recuerdas los insectos en tu cama? Yo los mandaba a poner.
Trago saliva. Voy a responder, pero me interrumpe.
—Aún no termino. ¿Sabes qué fue lo que más rabia me dio? Que me arrebataras el amor de mi madre… y de mi hermana. Ellas te querían más que a mí. Incluso llegué a creer que mi madre planeaba darte el trono a ti —se ríe con amargura—. Nunca lo sabré, porque está muerta. Pero al menos me dejó a una verdadera hermana. Una que sí comparte mi sangre.
—¿Qué…? —susurro, desconcertada.
—La reina murió al dar a luz. Y mi padre… también está muerto.
Siento un golpe en el pecho. Todo esto es demasiado. Otra vez mi presencia parece ser la raíz de los problemas, aunque yo jamás lo busqué. Mi madre murió… y ni siquiera estuve ahí para ella.
Respiro hondo.
—Perdón por haberte empujado en el barco. Y perdón si te quité el amor de tu madre y de Oni. Yo nunca lo quise. No pedí ser adoptada… y aunque juro que no quise empujarte, una parte de mí sí lo deseaba, por todas las humillaciones y bromas crueles que me hiciste pasar.
Por fin lo digo. Todo lo que guardé dentro tanto tiempo. Siento un alivio extraño, liberador. Quiero sonreír, pero no es el momento.
—Supongo que fui la villana de tu vida —continúo—. A partir de ahora ya no somos hermanas. Solo espero que te vaya bien. Y… antes de irme, quiero pedirte algo más: permíteme marcharme con Orión. Es el joven que se llevaron tus caballeros.
Crystal se queda callada. Finalmente se levanta y camina hacia la puerta. Antes de salir, se gira.
—Que te vaya bien… Flora.
—Gracias, reina Crystal
#22942 en Fantasía
#46524 en Novela romántica
fantasia romantica, diosas, guerra peleas ira conflictos poder
Editado: 12.08.2025