Después de que arrojara el vaso, el callejón se inundó por el ruido ocasionado cuando éste chocó con el metal frio del bote de basura; Zack se sobresaltó un poco pues no esperó el ruido, pero se sobresaltó más cuando escucho una voz ronca que salió de la nada.
- Oye niño no deberías estar perturbando la paz de los demás, acaso no te enseño eso tu madre?
Zack se giró instintivamente hacia la voz que le reclamaba, en la oscuridad no pudo distinguir muy bien a la persona, pero se dio cuenta que era un hombre grande, no pudo retener su rostro de sorpresa ante este individuo que pareciera aparecía de la nada y a la vez se fusionaba con la oscuridad que rodeaba todo allí.
- Ehhh, lo…siento… - se ahogó su voz.
- Estúpidos niñatos, creen que porque son jóvenes tiene el derecho de ir por el mundo imponiendo su rebeldía a todos no?
- No señor, lo siento no quise molestarle ya me voy. – intento dar unos pasos para seguir su camino, pero el hombre de manera casi espectral paso de estar a su lado a estar frente a él. De esta manera seguía sin poder distinguir ninguna facción de su rostro, solo sentía su pesada mirada fijada en él.
- Vas a tener que compensarme las molestias niño, en mis tiempos nos enseñaron a reparar nuestros errores, que tienes para mi muchacho?
- Lo siento señor, por favor no quiero problemas, no tengo mucho dinero.
- No mientas niño, dame todo el dinero, quiero también tu teléfono, todos tiene uno ahora, lo quiero. – la voz del hombre paso a ser más ronca y agresiva, acompaño su amenaza con un brillo metálico en su mano izquierda, en la oscuridad el metal reflejaba de manera hermosa el filo del cuchillo.
Zack no llevaba el teléfono con él, no quería tener como recordar las cosas que habían sucedido durante la conversación con Jess, así que salió a caminar con diez dólares en el bolsillo, ahora solo tenía dos y medio.
- Solo tengo eso, por favor tómelo. – extendió la mano con el poco dinero que tenía, el hombre lo tomo.
- Crees que soy idiota niño?
El dolor fue fulminante, no pudo prever el golpe en el rostro por que al estar a oscuras no vio el gancho derecho que el hombre le arrojo, solo se enteró cuando su cabeza empezó a dar vueltas y cayó al suelo.
- Mira lo que me hiciste hacer niño tonto, levántate.
El hombre lo tomo por la chaqueta, lo levanto y lo arrojo contra la pared, empezó a buscar por todos los bolsillos de la chaqueta y su pantalón sin encontrar nada, Zack no había mentido y eso lo hizo perder la cabeza.
- Nunca salgas sin nada que ofrecer si piensas molestar a los demás.
Zack sintió que la mano del hombre le asesto un golpe en el estómago, pero solo lo percibió vagamente ya que el dolor de su cabeza lo tenía desorientado. Escuchó los rápidos pasos del hombre alejándose, al darse cuenta que se iba su reflejo fue hacer lo mismo, lo habían robado y golpeado, así que intento correr hacia el fin del callejón a buscar ayuda.
Comenzó a correr, los primeros pasos de carrera le fueron un poco torpes pues su cabeza daba vueltas y no podía coordinar bien sus piernas, aun así logro llegar al final del callejón donde por fin vio luz y agradeció por ello. Se detuvo un momento para respirar profundo e intentar poder concentrarse pues el dolor de su cabeza era muy agudo. Inhalo profundamente y exhalo, repitió el proceso dos veces más y sintió que su visión recobraba la claridad, aunque no lo abandono el dolor, viéndose con sus sentido por lo menos recuperados se dispuso a dar un paso pero un dolor nuevo lo detuvo, recordaba que el hombre lo había golpeado con su mano en el estómago, pero no lo había sentido tanto como el que le propino en la cabeza, dio otro paso y el dolor fue más agudo, así que poso sus manos sobre el punto de donde se originaba y sintió una humedad extraña y ajena, cuando miro sus manos no pudo evadir el ahogo de su respiración al ver el carmesí vistiendo sus manos, estaba empapado en sangre por todo su abdomen, el hombre no lo había golpeado, le había apuñalado.