El día había llegado al fin, el plan era muy simple, la misión era hacer creer a Jess que no se podría hacer una fiesta de cumpleaños, así que todo la felicitaron en la mañana al comenzar clases, como si fuera la única oportunidad, durante la jornada de estudio intentaron demostrarle su cariño lo más que podían. La parte más complicada del plan era causar un tiempo muerto para permitir a todos llegar a casa de Jess antes que ella y así poder poner las decoraciones llegar con la torta y preparar el espacio para recibir a Jess, así que decidieron hacer cómplice al nuevo maestro de ciencias sociales, un hombre de mediana edad llamado Benjamin Flanie, buena persona y con metodología de enseñanza un poco extraña. EL Señor Flanie acordó con los chico que Jess seria quien le ayudara a llevar todos los libros de la clase de regreso a la biblioteca, así les daría aproximadamente 40 minutos de ventaja para preparar la sorpresa.
El plan se cumplió y al momento de culminar la clase, el Señor Flanie hizo que Jess se quedara para ayudarle, todo se despidieron de ella de nuevo recordándole su cumpleaños y cuanto la querían, cuando salieron lograron abordar un bus de manera rápida, llegaron a la casa de Jess y su hermana Marie estaba esperando para comenzar, el pastel había llegado antes de tiempo así que no tenían que preocuparse por que la entrega arruinara la fiesta, usaron globos para decorar todo el lugar, ubicaron los regalos y el pastel en una mesa en medio de la sala y colgaron un letrero de feliz cumpleaños pendiendo del techo para que finalizara la decoración, Danna y Marie estaban en la cocina terminando los aperitivos, ya caso todo estaba listo.
Los demás invitados a la fiesta llegaron a tiempo, justo cuando se terminaba de arreglar todo, sus padres, su mejor amiga, sus primos y demás conocidos estaban ya a la espera.
Cinco minutos después de que estuvo todo listo, se cerraron las puertas de la casa, todos estaban en posición y esperaron a Jess.
Toc Toc Toc, sonó la puerta de en frente, Marie abrió la puerta.
- Sorpresa!!! – Gritaron todos al unísono, en los altavoces comenzó a sonar la clásica canción de cumpleaños.
Desde donde estaba Zack se pudo observar como los ojos de Jess tomaban un brillo intenso.
- Muchas gracias a todos, la verdad ni siquiera llegue a imaginarlo, esto es…increíble. – Dijo Jess, comenzó a abrazar a todos y cada uno de los presentes, cuando llego a Zack, el no pudo ocultar nada y le dio un abrazo con todo el amor y la alegría que sentía, Jess se lo correspondió y Zack simplemente se sintió volar en una nube que le permitió conocer el cielo un instante.
Zack alentó a todos a que pidieran a Jess unas palabras, todos empezaron a pedirlo y Jess accedió.
- Bueno, la verdad estoy muy sorprendida con todo eso, todos y cada uno tiene un espacio en mi corazón, me siento muy emocionada por contar con personas que me hacen sentir alegría todos los días, espero que pueda ser así por mucho tiempo, gracias por estar aquí, en verdad los quiero a todos.
Todos aplaudieron las palabras, en ese momento las bocinas comenzaron a reproducir música de baile, Zack se asustó pues nunca había aprendido a bailar, pero su miedo se disipo al ver que Jess se acercó y le pidió que bailara con ella, él se levantó, la tomo de la mano y se dirigieron al centro de la sala, ella le empezó a guiar.
- No soy muy buena bailando, pero intenta seguirme y siente el ritmo, vale?
- Claro.
Zack empezó a tambalearse al inicio, no tenía mucho ritmo al principio, pero con el tiempo y los concejos de Jess pudieron realizar algo parecido a un baile. Depuse de unas cuantas canciones, Zack se acercó al oído de Jess mientras bailaban y le dijo.
- Perdóname por todo Jess, lo último que quisiera es causarte molestias, sabes que te quiero, gracias por ser mi amiga.
- Gracias a ti Zack, todo esto es genial.
“Se recomienda cuidar el límite”
Sabía que se había prometido a si mismo que solo sería su amigo, que todas las emociones y sensaciones que esa chica le hacía sentir no podrían ser, y que sus ilusiones eran solo para él, pero en ese momento la amo, más de lo que nunca había sentido, pero sintió miedo, en la misma medida.
“Distancia aproximada: 69 metros”