El dragón de jade

V


Buzón de voz: Usted tiene 22 mensajes de voz nuevos.

Alyssa estaba exasperada. Por fin, sus padres concluyeron que ella se había marchado de casa y estaban saturándole el teléfono con mensajes y llamadas. Alyssa decidió bloquearlos de una vez y aún así, pronto encontraron nuevos números de teléfono desde los qué llamarla.

— Hija, ¿estás bien? - Preguntó su madre en uno de los mensajes del buzón de voz - Tu padre está preocupado por ti.

Mentira, se dijo a sí misma Alyssa. "Solo le importa saber si podrá quedarse él con mi dinero".

Alyssa decidió dejar su teléfono encerrado al interior de un cajón y subió al techo de la Base Uno para estar sola un rato; sin embargo, ya había alguien ahí.

— Jefe Saucedo - Lo reconoció ella - Perdone, yo...

— No tienes por qué irte. Yo... suelo acaparar la azotea desde que la Adhara se lesionó - Reconoció Ezra Saucedo.

— ¿Quién es Adhara?

— ¿Recuerdas al grupo de agentes con los que entrenaste? - Preguntó Ezra, mirando el amanecer - Carol era la jefa de escuadrón, pero faltaba un miembro más; Adhara.

— ¿Le pasó algo?

— Digamos que no nos informó de su delicada situación de salud y ahora está sirviendo como miembro de inteligencia en la Base Uno. Ya no puede formar parte de los escuadrones de campo.

— Por culpa de su terquedad e imprudencia - Señaló Alyssa.

— ¿Acaso tú no eres imprudente también?

Alyssa apartó la mirada mientras se reía suavemente.

— Por supuesto que lo soy. Escapé de la Ciudad de México para evitar que me quiten un dinero que aún no tengo, pero al menos no pongo en riesgo mi vida y mi integridad física.

— Y... ¿te gustaría?

Ezra volteó a ver a los ojos a Alyssa con una mirada burlona e infantil, más acorde a su edad real.

— ¿De qué habla, jefe?

— Ya deja de decirme jefe. Odio que me traten como alguien superior al resto.

Alyssa contuvo el impulso de seguir sonriendo indefinidamente. ¿Ezra siempre producía el mismo efecto con todo el mundo?

— Desde que el equipo de Adhara está investigando a un cártel de trata de personas, nos hace falta personal aquí en Base Uno. Sé que solo piensas quedarte un par de meses, pero nos haría falta un poco de ayuda, ¿sabes?

— ¿Qué tiene en mente, jefe?

El plan no era tan sencillo después de todo

El plan no era tan sencillo después de todo.

Aparentemente, la mente hiperactiva del jefe Ezra Saucedo odiaba descansar, pues en la pantalla tridimensional de la sala de juntas en la Base Uno mostraba cientos de carpetas de investigación redactadas por él mismo en su tiempo libre.

Alyssa logró ver la carpeta de investigación de Sak y logró distinguir otros dos nombres: Niambi Shefet, Noah Nakamura y una tal Tenebra. Sus capturas eran prioritarias y sin embargo, tan solo había un pequeño escuadrón trabajando contra ese tal Sak. Prefirió no decir nada y aguardó pacientemente a que el jefe Saucedo expusiese su plan.

— Como sabrán, hemos estado ocupados estos últimos seis meses - Reconoció Ezra - La mitad del escuadrón de Copa Escarlata es prófugo ahora mismo, Sak es un tratante de blancas y todavía quedan algunos prófugos de Quincunce, Triunvirato y Malasangre desde el asedio a La Ciudad.

Las palabras de Ezra preocuparon a Alyssa en lugar de tranquilizarla; aparentemente en el año y medio de su ausencia en La Ciudad, aquél sitio se había ido al garete y apenas podían recuperar el control (a medias).

Sin embargo, nadie en aquella sala de juntas lucía desanimado; estaban Amelia y otras dos chicas vestidas con aquél uniforme alternativo de color rojo en lugar de amarillo. Otra novata se encontraba en la sala también, además de un par de miembros de Alba Dorada con una hombrera color negro y Keith May, mentor de La Prueba Dorada que descansaba en 

— De entre nosotros necesitamos a tres personas para una misión de espionaje - Explicó Ezra - Y me gustaría que al menos una Copa Escarlata comande la misión.

Amelia Hardeen se puso de pie enseguida.

— Yo lo haré. Hace mucho que no salgo a divertirme.

— ¿A quiénes te llevas contigo?

A Alyssa le habían explicado cómo funcionaba eso; si Amelia declaraba que no tenía preferencias o que prefería que le asignasen a sus compañeros, Ezra decidiría por ella. Sin embargo, Amelia hizo una pregunta más.

— ¿A donde iremos a espiar?

— Al Coliseum Casino, en el distrito de Alto Gobierno - Explicó el jefe Saucedo - Tendrán que infiltrarse y espiar a un pequeño empresario local; sospechamos que patrocinó al Triunvirato pero no tenemos pruebas y tenemos información de que hará una negociación en el casino mañana por la noche.

— Entonces quiero ir con las novatas; Natalia y Alyssa me vendrían bien para la misión. ¿Vienen o no? - Preguntó ella, volteando a ver a su amiga y a la otra recién llegada.

— Claro que voy - Contestó Alyssa de buenas a primeras.

La otra chica, Natalia, no estaba del todo segura, pero terminó aceptando también.

Antes de que Amelia se llevase a ambas para revisar algunos detalles de la misión, el jefe Saucedo detuvo a Alyssa por un breve instante.

— Tu teléfono vibraba como loco dentro de tu cajón - Dijo él - No revisé qué pasaba, pero me tomé la libertad de conseguirte un nuevo número telefónico por si acaso.

Alyssa sonrió al ver a Ezra extendiéndole un sobre en el que debía de estar la nueva tarjeta telefónica.

— Gracias jefe.

— En serio, no me digas "jefe". Me hace sentir anciano.




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