El eco de la magia

Capítulo 7: Preparativos para Cruzar al Otro Lado

El campamento estaba envuelto en una actividad incesante. Después de la decisión de que Cael y Nya serían quienes cruzarían parcialmente al otro lado del puente, cada miembro del consejo de brujas y de la manada se movilizó para asegurarse de que todo estuviera listo. Aunque el aire estaba cargado de determinación, también había un peso palpable en cada movimiento, una tensión que nadie podía ignorar.

El Primer Paso: La Preparación Física y Mágica

Cael estaba en el borde del círculo, observando a Lunara y Selene discutir sobre las modificaciones que harían en las runas para permitir una apertura controlada hacia el otro lado. Aunque no podía escuchar todo lo que decían, era evidente que ambas estaban preocupadas por los riesgos.

—Tienes esa mirada otra vez —dijo Kieran, acercándose a su hijo con una ligera sonrisa.

Cael no apartó la vista de las runas.

—¿Qué mirada?

Kieran se encogió de hombros.

—La misma que tenía yo cuando estaba tratando de aparentar que no estaba aterrado antes de una misión.

Cael soltó una risa breve, pero sin alegría.

—No estoy aterrorizado, pero tampoco puedo ignorar lo que está en juego. Si fallamos, podríamos romper el equilibrio por completo.

Kieran colocó una mano en su hombro.

—Es normal sentirte así, pero recuerda que no estás solo en esto. Tienes a Nya, a tu madre, a toda la manada detrás de ti. No subestimes lo que eso significa.

Cael asintió lentamente, aunque todavía había una chispa de incertidumbre en sus ojos.

—Lo intentaré.

Mientras tanto, Nya estaba sentada en el interior del taller de Lunara, rodeada por libros y cristales que brillaban suavemente. Había un pergamino extendido frente a ella, con símbolos que Selene le había pedido memorizar antes de cruzar al otro lado. Sin embargo, su mente estaba demasiado dispersa para concentrarse.

—¿Difícil de entender? —preguntó Elara, entrando con una taza de té caliente y colocándola frente a Nya.

Nya levantó la vista, sorprendida por la presencia de Elara. Aunque la madre de Lunara solía mantenerse al margen de los conflictos actuales, siempre parecía saber cuándo su presencia era necesaria.

—Un poco —admitió Nya, tomando la taza con ambas manos—. Aunque creo que lo que realmente me distrae es pensar en lo que podría pasar si fallo.

Elara tomó asiento frente a ella, su mirada suave pero penetrante.

—¿Y qué pasa si tienes éxito? —preguntó, con un tono que no dejaba lugar a dudas.

Nya parpadeó, sin saber cómo responder.

—No estoy segura. Supongo que nunca he considerado esa posibilidad.

Elara esbozó una sonrisa leve.

—Eso es algo que tienes en común con Lunara. Ella también solía enfocarse demasiado en lo que podría salir mal, hasta que aprendió a confiar en sí misma y en los que la rodeaban.

—¿Crees que puedo hacer esto? —preguntó Nya, su voz más baja.

—Creo que no estarías aquí si no pudieras —respondió Elara con firmeza—. Pero lo que realmente importa es si tú lo crees.

Las palabras de Elara quedaron resonando en la mente de Nya mucho después de que la anciana se retirara.

Esa noche, Cael encontró a Nya en el círculo, practicando con las runas bajo la supervisión de Selene. Aunque parecía concentrada, Cael podía notar la tensión en sus movimientos, como si estuviera luchando contra algo dentro de ella.

—¿Todo bien? —preguntó, acercándose mientras Selene se alejaba para darles algo de espacio.

Nya dejó escapar un suspiro, dejando que su magia se disipara mientras se volvía hacia él.

—Solo estoy intentando entender cómo mantener la conexión con las runas sin dejar que el Eco interfiera.

Cael asintió, cruzando los brazos mientras la observaba.

—Lo estás haciendo mejor de lo que crees.

Nya esbozó una sonrisa débil.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque puedo sentirlo —respondió Cael, tocándose el pecho donde las runas vibraban suavemente—. Cada vez que sincronizamos nuestras energías, siento que estás más cerca de controlarlo.

Nya lo miró con una mezcla de gratitud y curiosidad.

—Eres extraño, ¿sabes? La mayoría de la gente estaría buscando formas de mantenerme lejos de este lugar, pero tú… tú haces que parezca que confías en mí más de lo que yo confío en mí misma.

Cael sonrió, inclinando ligeramente la cabeza.

—Tal vez porque sé que tienes lo que se necesita para hacer esto.

Por un momento, el silencio entre ellos fue cómodo, pero también cargado de algo más profundo, algo que ninguno de los dos estaba listo para nombrar.

A medida que los días avanzaban, los preparativos llegaron a su fin. Lunara y Selene habían reforzado las protecciones alrededor del círculo para garantizar que el puente se mantuviera estable mientras Cael y Nya cruzaban parcialmente al otro lado.

En la última reunión antes del ritual, Lunara explicó los pasos finales.

—Cuando crucen, necesitarán encontrar el punto de ruptura en el puente. Las runas los guiarán, pero dependerá de ustedes estabilizarlas desde el otro lado.

—¿Y qué pasa si encontramos resistencia? —preguntó Cael, mirando a su madre.

—Entonces tendrán que actuar rápido para protegerse y regresar. No intenten enfrentarse a nada solos.

Nya asintió, aunque podía sentir su corazón acelerándose ante la idea de lo que estaban a punto de hacer.

La noche antes del ritual, Cael encontró a Nya en el claro una vez más. Esta vez, ella estaba sentada junto a una de las piedras, mirando las runas que brillaban débilmente.

—Mañana es el día —dijo él, sentándose a su lado.

Nya asintió, sin apartar la vista de las runas.

—¿Estás listo? —preguntó, aunque en el fondo sabía la respuesta.

—Tanto como puedo estarlo —respondió Cael con una sonrisa ligera—. ¿Y tú?

Nya tardó un momento en responder.

—No estoy segura. Pero supongo que eso no importa. Esto no se trata de lo que siento. Es lo que tengo que hacer.



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En el texto hay: lobos, misterio y romance, brujaslobos

Editado: 18.06.2025

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