El eco de la magia

Capítulo 26: Hacia el Núcleo del Eco

Mientras la batalla rugía en el bosque, Nya, Cael y Lunara avanzaban en silencio por un pasaje oculto que las runas les habían revelado. Era un túnel subterráneo, antiguo y olvidado, que llevaba directamente al núcleo del Eco.

—Estamos cerca —susurró Nya, sintiendo el tirón de la energía oscura en su interior.

Cael caminaba junto a ella, su energía dorada brillando suavemente.

—No importa qué encontremos ahí dentro, no estás sola.

Nya le dedicó una mirada de gratitud antes de seguir adelante.

Lunara iba al frente, trazando runas en el aire para detectar trampas o peligros ocultos.

—Si el Eco sabe que estamos viniendo, no nos dejará llegar fácilmente —advirtió.

No habían avanzado mucho cuando una vibración recorrió el túnel. Las paredes comenzaron a cambiar, oscureciéndose como si fueran absorbidas por la propia sombra.

—Nos encontraron —murmuró Cael, poniéndose en guardia.

Delante de ellos, el camino se distorsionó, y de las sombras emergieron figuras humanoides, pero estas no eran como las que enfrentaban Kieran y Selene. Estas eran diferentes.

Eran réplicas de ellos mismos.

Nya se quedó helada al ver una versión oscura de sí misma emergiendo de las sombras, con los ojos completamente negros y una sonrisa fría en su rostro.

—Interesante… —dijo la réplica, con la misma voz de Nya, pero más profunda—. Así que esta es la chica que está tratando de destruirnos.

Cael miró con rabia a su propia réplica, que lo observaba con una expresión burlona.

—Qué decepción —dijo la sombra de Cael—. Creí que serías más fuerte.

Lunara no perdió el tiempo y levantó una barrera mágica, pero su propia réplica emergió detrás de ella, con una sonrisa cruel.

—No puedes protegerlos de lo que ya son —susurró.

Nya sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

—¿Qué significa esto?

La sombra de Nya inclinó la cabeza.

—Significa que el Eco ya es parte de ustedes. Solo estamos aquí para mostrarles la verdad.

Cael apretó los dientes.

—Mentira.

La sombra de Cael rió.

—¿Seguro? Porque no pareces tan convencido.

Antes de que pudieran reaccionar, las sombras atacaron.

El choque de magia iluminó el túnel mientras los verdaderos Cael, Nya y Lunara luchaban contra sus propias réplicas. Cada golpe que daban, cada hechizo que lanzaban, era contrarrestado con precisión por sus copias.

Nya se encontró bloqueando los ataques de su réplica, pero cada vez que intentaba lanzar un hechizo, su sombra ya lo anticipaba.

—Eres fuerte, pero sigues sin aceptar lo que eres —dijo la réplica, con una sonrisa siniestra—. Hasta que lo hagas, siempre serás débil.

Cael gruñó mientras esquivaba los ataques de su copia.

—No eres real —dijo, atacando con su energía dorada.

—¿Seguro? —respondió la réplica, absorbiendo el golpe sin esfuerzo—. Porque peleamos como si lo fuéramos.

Lunara, por su parte, estaba usando todo su poder para mantener la barrera activa mientras analizaba la situación.

—Esto no es solo una pelea física —gritó—. Son pruebas. El Eco está tratando de debilitarnos desde dentro.

Nya comprendió de inmediato. No se trataba de quién era más fuerte. Se trataba de quién podía aceptarse a sí mismo sin miedo.

Respiró hondo y cerró los ojos, dejando que las runas dentro de ella brillaran.

Y entonces, algo cambió.

Nya cerró los ojos, bloqueando el ruido de la batalla a su alrededor. La voz de su réplica seguía resonando en su mente, burlándose, intentando sembrar la duda.

"Eres parte del Eco. No importa cuánto luches, nunca escaparás de lo que eres."

Pero esta vez, en lugar de resistirse, Nya hizo algo diferente.

Dejó de luchar contra la oscuridad dentro de ella.

Respiró profundamente y permitió que su energía fluyera libremente, sin tratar de separar las runas del Eco. Sabía que ambas eran parte de ella, y en lugar de temerlo, lo aceptó.

Las runas en su piel comenzaron a brillar con más intensidad, pero esta vez, la luz azul oscuro de su magia se mezcló con un resplandor tenue de sombras. No como una corrupción… sino como un equilibrio.

Cuando abrió los ojos, su réplica la miraba con sorpresa.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó la sombra, dando un paso atrás.

Nya sonrió levemente.

—Dejé de huir.

Antes de que la réplica pudiera reaccionar, Nya levantó las manos y canalizó toda su energía en un solo ataque. Un estallido de luz azul y sombras controladas envolvió a su réplica, desintegrándola en un torbellino de energía.

Cael, que había estado luchando contra su propia réplica, vio lo que hizo Nya y comprendió lo que debía hacer. En lugar de seguir peleando con rabia, respiró hondo y permitió que su conexión con las runas lo guiara.

—No soy tú —le dijo a su réplica—. Y tú no eres yo.

La réplica sonrió con burla.

—¿Eso crees?

Cael no respondió. Solo dejó que su magia dorada lo envolviera por completo, aceptando cada parte de sí mismo. La réplica intentó atacarlo, pero antes de que pudiera tocarlo, la luz dorada la consumió, reduciéndola a cenizas.

Lunara, por su parte, entendió la prueba incluso antes de que Cael y Nya lo hicieran. Su réplica intentó provocarla, pero ella simplemente se quedó en silencio, segura de quién era. La sombra desapareció en cuestión de segundos.

Cuando la última de las sombras se desvaneció, el túnel tembló y la energía oscura comenzó a disiparse.

—Lo logramos —susurró Nya, todavía sorprendida por lo que acababa de hacer.

Lunara asintió con aprobación.

—El Eco intentó quebrarnos desde adentro, pero ustedes aprendieron la lección más importante: el poder real viene de aceptarnos a nosotros mismos.

Cael sonrió, mirando a Nya.

—Nunca dudé de ti.

Ella rodó los ojos, pero sonrió también.

—Claro que no.

El túnel ahora estaba despejado, y al final del camino, podían ver la entrada al núcleo del Eco.



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En el texto hay: lobos, misterio y romance, brujaslobos

Editado: 18.06.2025

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