El eco de la magia

Capítulo 33: Rumbo a la Batalla Final

El campamento estaba en completo silencio mientras el grupo se preparaba para partir. Nadie hablaba, pero el peso de lo que estaba por ocurrir se sentía en el aire.

Nya revisó sus runas una última vez. Ahora fluían con una estabilidad que nunca antes había sentido. No eran completamente luz ni completamente oscuridad. Eran suyas.

Cael se acercó y le dio un leve codazo en el brazo.

—¿Lista?

Ella sonrió levemente.

—Más de lo que nunca he estado.

Kieran se acercó con su manada detrás de él.

—El camino no será fácil —dijo—. La distorsión de la magia es más fuerte a medida que nos acercamos a su refugio.

Lunara asintió, trazando un mapa con energía mágica en el aire.

—Nuestro objetivo es llegar a su centro de poder sin alertarlo demasiado. Si logramos acercarnos antes de que reaccione, tendremos la ventaja.

Selene chasqueó la lengua.

—Lo que significa que no tendremos ventaja. Él ya nos está esperando.

Cael cruzó los brazos.

—Entonces tenemos que ser más rápidos.

Nya inspiró hondo.

—No importa cuánto se haya preparado. Nosotros también lo hicimos.

Lunara la miró con orgullo antes de dar la orden definitiva.

—Entonces vámonos. No hay vuelta atrás.

El grupo avanzó a través del bosque, siguiendo las rutas menos transitadas para evitar cualquier emboscada.

Pero a medida que se acercaban, el entorno comenzó a cambiar.

Los árboles parecían doblarse en ángulos imposibles. La tierra temblaba de vez en cuando sin motivo aparente.

Y el aire… se sentía más pesado.

Kieran y su manada se adelantaron, rastreando cualquier señal de trampas mágicas.

—Esto no es solo un refugio —dijo, con el ceño fruncido—. Está alterando la realidad misma a su alrededor.

Selene murmuró un hechizo y extendió la mano. Una onda de energía mágica se expandió, revelando fluctuaciones invisibles en el aire.

—Tiene razón —confirmó—. Este lugar está en constante cambio. Si damos un paso en falso, podríamos terminar en un espacio que ni siquiera existe.

Cael se tensó.

—¿Cómo evitamos eso?

Lunara miró a Nya.

—Con ella.

Todos voltearon hacia Nya, quien ya estaba sintiendo los flujos inestables de la magia alterada.

—Puedo guiarnos —dijo—. Si sigo la corriente de energía, podemos atravesar sin caer en una trampa.

Cael le dio una mirada de preocupación.

—¿Estás segura?

Nya asintió.

—Es lo único que nos llevará hasta él.

Lunara sonrió con confianza.

—Entonces todos sigan a Nya.

Nya cerró los ojos y extendió sus sentidos.

El mundo a su alrededor era un torbellino de magia alterada, pero ella no intentó luchar contra él.

En cambio, lo dejó guiarla.

—Síganme, pero muévanse exactamente cuando yo lo haga —ordenó.

Kieran fue el primero en seguirla, moviéndose con rapidez. Cael y Selene fueron detrás, con Lunara protegiendo la retaguardia.

Cada paso que daban era calculado. Algunos lugares parecían seguros, pero Nya podía sentir que eran trampas. En ciertos momentos, los hacía retroceder y tomar rutas que no parecían tener sentido.

Pero confiaban en ella.

Y entonces, después de lo que pareció una eternidad, llegaron a un claro.

En el centro, una enorme estructura flotaba sobre el suelo.

Era una torre negra, pero no estaba construida como una estructura normal.

Se movía. Se distorsionaba. Como si fuera parte de un sueño que aún no había decidido su forma final.

Era el núcleo del poder de la figura encapuchada.

El grupo se detuvo a una distancia prudente, observando la torre.

Lunara frunció el ceño.

—Este lugar no debería existir.

Selene chasqueó la lengua.

—Y, sin embargo, aquí estamos.

Cael apretó el puño.

—Él está ahí dentro. Lo sé.

Kieran olfateó el aire y gruñó.

—Nos está esperando.

Nya cerró los ojos por un momento, sintiendo la energía en el aire.

No había duda.

Este era el final.

—No importa lo que haya planeado —dijo, abriendo los ojos con determinación—. Vamos a entrar y a terminar con esto.

Lunara asintió.

—Entonces avancemos.

El grupo dio el primer paso hacia la torre.

La batalla final había comenzado.

El grupo avanzó con determinación hacia la torre distorsionada, sintiendo cómo el aire vibraba con una energía casi tangible. Cada paso que daban, la realidad parecía doblarse a su alrededor, como si el mundo no pudiera decidir qué era real y qué no.

Cuando llegaron a la base de la estructura, las puertas se abrieron solas.

—Nos está esperando —murmuró Kieran, con un gruñido bajo.

Nya asintió.

—No hay más juegos. Vamos a terminar esto.

Lunara lideró la entrada, con Selene y Cael a su lado. Nya fue la última en cruzar, sintiendo cómo la energía alterada se intensificaba a su alrededor.

Dentro, el espacio no tenía sentido.

Las paredes cambiaban de forma, los pasillos se alargaban y encogían, y el suelo parecía flotar en algunas partes.

Pero al final de la sala principal, en lo alto de una plataforma flotante, la figura encapuchada los esperaba.

—Por fin —dijo con voz tranquila, sosteniendo el fragmento del núcleo en su mano—. Sabía que vendrían.

Nya avanzó un paso, sus runas brillando con intensidad.

—No estás sorprendido.

La figura encapuchada sonrió bajo su capucha.

—Claro que no. Porque esto es exactamente lo que quería.

Con un simple movimiento de su mano, el espacio a su alrededor se rompió.

La torre dejó de ser solo una estructura. Ahora, estaban dentro de un torbellino de pura magia alterada, flotando en un vacío donde las leyes de la realidad ya no existían.

Lunara intentó invocar un hechizo de protección, pero la magia distorsionada lo rompió antes de que pudiera estabilizarse.

Selene frunció el ceño.

—No podemos usar la magia como antes.



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En el texto hay: lobos, misterio y romance, brujaslobos

Editado: 18.06.2025

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