Al finalizar el mes, Lucas se despidió de Marina, haciéndole entender que tenía que volver. Ella lo abrazó con fuerza, susurrándole palabras de amor y promesas de esperar su regreso. Lucas sentía el peso de la despedida, pero sabía que debía cumplir con sus obligaciones para asegurar su futuro juntos.
Tomó un vuelo a Rusia, intentando no llamar la atención. Al llegar, se subió a una de las camionetas negras que lo esperaban en el aeropuerto. El viaje fue silencioso y tenso, con los guardaespaldas de la mafia observándolo de cerca.
Finalmente, llegaron a una mansión en las afueras de la ciudad. Lucas fue escoltado al interior, donde lo esperaba el jefe, sentado en un lujoso escritorio. El hombre lo miró con una mezcla de interés y expectativa.
—Lucas, has cumplido bien con tus tareas anteriores —dijo el jefe, su voz resonando en la habitación—. Pero ahora tengo una misión más para ti. Una que pondrá a prueba tu lealtad definitiva.
Lucas se mantuvo impasible, esperando las instrucciones. Sabía que cualquier signo de debilidad podría ser su fin.
—Esta misión no será fácil —continuó el jefe, sacando un sobre del escritorio y colocándolo frente a Lucas—. Necesito que elimines a un objetivo específico. Alguien que ha sido una espina en nuestro costado durante demasiado tiempo.
Lucas tomó el sobre y lo abrió. Dentro, encontró una fotografía y un nombre. Su corazón se aceleró al reconocer al hombre en la foto. Era un alto funcionario del gobierno ruso, conocido por su lucha contra la corrupción y el crimen organizado.
—Este hombre ha estado detrás de nosotros por años —explicó el jefe—. Si logras eliminarlo, nuestras operaciones serán mucho más seguras. Pero debes hacerlo de manera limpia y sin dejar rastro alguno.
Lucas asintió, comprendiendo la gravedad de la tarea. Sabía que debía cumplirla a la perfección si quería proteger a Marina y asegurar su futuro.
—Lo haré —dijo finalmente, guardando la fotografía y levantándose—. No los defraudaré.
El jefe sonrió, satisfecho.
—Sabía que podía confiar en ti, Lucas. Buena suerte.
Lucas salió de la mansión, su mente ya trabajando en un plan. Sabía que esta misión sería la más difícil de todas, pero también sabía que no tenía opción. Debía proteger a Marina y a sí mismo, sin importar el costo.
Mientras se dirigía de regreso a su refugio, su mente volvía a Marina y al amor que compartían. Sabía que debía cumplir esta misión para asegurar su futuro juntos. Y aunque el camino por delante era oscuro y peligroso, Lucas estaba decidido a enfrentarlo con toda su fuerza y determinación.
Porque el amor que sentía por Marina era más fuerte que cualquier miedo o peligro. Y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para protegerla y asegurar su felicidad.