Los días pasaban y Marina comenzó a sentir el agotamiento acumulado de años de trabajo incansable. Las demandas del público, las constantes apariciones públicas y la presión de mantener su estatus como artista de renombre empezaron a pesarle. Fue entonces cuando tomó una decisión difícil pero necesaria: retirarse temporalmente para descansar y pasar tiempo con su familia.
El anuncio de su retiro temporal conmocionó a sus seguidores. Las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo y tristeza. Los paparazzi la perseguían, ansiosos por obtener una declaración sobre su decisión.
Un día, mientras salía de una cafetería con Lucas y su hijo, un grupo de reporteros la rodeó.
—Marina, ¿por qué has decidido retirarte en este momento tan crucial de tu carrera? —preguntó uno de ellos.
Marina, manteniendo la calma, tomó un respiro antes de responder.
—He trabajado muy duro durante muchos años, y aunque amo lo que hago, necesito un tiempo para mí y mi familia. Es importante para mí estar presente en la vida de mi hijo y disfrutar de estos momentos que nunca volverán. Mi arte siempre estará ahí, pero mi familia necesita mi atención ahora mismo.
Los paparazzi continuaron haciendo preguntas, pero Lucas intervino, guiándola hacia su coche para que pudieran escapar del bullicio.
De vuelta en casa, Marina se sintió más ligera. Sabía que había tomado la decisión correcta. Ahora, podría concentrarse en los pequeños placeres de la vida: ver a su hijo crecer, disfrutar de las tardes tranquilas con Lucas y, cuando se sintiera lista, volver al arte con una nueva perspectiva y energía renovada.