Justo cuando Laura pensaba que todo estaba perdido, una niña apareció en la distancia. Era la hija de la familia, la misma niña de las fotos y el diario. Se acercó a Laura y le dijo:
—Todavía puedes salir, pero debes enfrentarlo.
—¿Enfrentar qué? —preguntó Laura, desesperada.
—A ti misma —dijo la niña—. El eco eres tú. Refleja tus miedos, tus errores. Solo si los enfrentas podrás escapar.