El Efecto Haylee x Baylee

Intenta recordar algo…

Diciembre 30, 2018

Las paredes blancas parecían intimidar a la joven Ravenson quién se encontraba sentada frente a ese escritorio, con las manos ocultas, movía los dedos de ambas manos de manera intercalada, jugueteando con ellos mientras su mirada yacía perdida en algún punto de la pared que tenía frente a ella, sus piernas se movían de arriba a abajo haciendo que el tacón que llevaba chocara contra el suelo y el contacto con él provocará un sonido rítmico muy peculiar, eso no la detuvo ni un poco.
Lo que sí pudo detenerla al fin fue la presencia del hombre mayor que entró en aquella misma habitación, llevaba un traje gris, con una corbata azul marino que resaltaba el color azul de sus ojos. Una bata blanca y unos zapatos negros le daban el toque final; aunque a su parecer, su cabello canoso terminaba de darle un toque aún más sexy. Al menos eso es lo que ella pensaba.
—Hola, buenas tardes, perdón la demora, el tráfico a veces traiciona. —La chica Ravenson había estado ya en una sesión de terapia, sabía que esto de querer ser simpáticos era parte de la sesión, parte del trabajo que hacían los terapeutas con sus pacientes, de esta manera les facilitaban parte de su trabajo.
—No se preocupe. —Y por esta razón, la joven Ravenson sabía cómo debía de comportarse
—¿Todo está bien? Te he hecho esperar demasiado, dime, ¿Quieres algo de beber? —La chica Ravenson negó mientras miraba sus manos. Se había lastimado sin darse cuenta mientras jugaba con ellas debajo del escritorio. Miró al terapeuta quien la observaba con preocupación. —Llamaré a una enfermera. —Y así el primer encuentro de la chica Ravenson con el terapeuta Marcus no fue como él esperaba.
Mientras esperaba a que curarán las heridas de su paciente, él observó cada detalle en ella; había visto varias fotos antes, de cuando aún eran parte de una familia, ella junto a su madre, a su padre y su media hermana; le parecía una chica hermosa, con mucha clase y elegancia, siempre al pendiente de su imagen, todas esas fotos mostraban la belleza de aquella chica, resaltando sus ojos, su cabello y cada parte de su cuerpo. Pero justo ahora, la imagen que tenía frente a él no era precisamente la de una chica que siempre parecía lucir perfecta; a diferencia de todas esas fotos previas al incidente, la chica Ravenson que se encontraba en su consultorio se había visto descuidada, desaliñada, cosas que demostraban el dolor que estaba sintiendo ante su pérdida. Era algo comprensible. Teniendo cuenta que habían transcurrido solo seis días del incidente que le costó la vida a Hernan Ravenson, y tras el cual, tanto ella como su media hermana terminaron en lugares alejados de Rusia.
Una vez que la enfermera saliera del consultorio, el terapeuta Marcus continuó con su trabajo.
—Bueno, tu médico me ha proporcionado tu información básica para comenzar a elaborar tu expediente, así que ahondaremos en el motivo de tu consulta, el cual también se me ha sido proporcionado por tu médico.
—¿Se ha atrevido a tanto? —Puede que fuera su doctor, pero ella recordaba que no podía tocar determinados temas de la familia, y aún menos después de la muerte del señor Hernan.
—Está preocupado por ti. También de tu hermana. —El corazón de la hija de Hernan Ravenson dio un vuelvo al mencionar a su hermana
—¿Ella también pasará con usted? —El miedo de hizo presente en la voz de la chica, y eso era un indicador en su caso. Al parecer, se le había olvidado que frente a él se debía de comportar de otra manera, se le había olvidado también la principal regla; "cuidar lo que dices para protegerte" y apenas lo recordó cuando el terapeuta le miró serio.
—Ella pasará conmigo también. ¿Hay algún inconveniente con ello?
«Demasiados»
Pensó ella mientras negaba.
—No, es solo que nunca le ha gustado que busquen ayuda por ella. Se molestará demasiado. Pensará que fui yo… —Marcus negó mientras miraba a la joven que parecía demasiado asustada.
—No te preocupes por ella, conozco a tu hermana de hace un par de años, así que no creo que se moleste de estar aquí. —Y eso la tranquilizó un poco. Pero solo un poco. —Aunque tampoco deberías de estar asustada, ella seguro que estaría agradecida contigo de saber que fue tu idea, ¿no es así? —La joven Ravenson asintió intentando fingir una sonrisa, Marcus lo dejó pasar y decidió continuar. —Ahora, ¿Continuamos? —Ella asintió, se acomodó en su lugar, se miró las manos, ahora vendadas. un par de veces antes de que él se animará a hablar. —Bien, podríamos iniciar, que te parece contándome sobre aquel día. ¿Cómo sucedió? ¿Tienes algún recuerdo en específico?
La chica pareció pensarlo demasiado mientras él estaba en espera de su respuesta. Y es que en realidad se esforzó en darle alguna respuesta concreta al terapeuta frente a ella, pero no tenía nada, y esa era la verdad.
—No, nada. No tengo nada.
Por lo que el médico de los Ravenson había contado; la señorita Ravenson que se encontraba sentada frente a él había perdido algunos recuerdos sobre el incidente. Según el expediente clínico esto fue a causa de la droga que se le administró para mantenerla dormida durante el atraco.
—Vamos Baylee, intenta recordar algo. —Marcus había recibido la orden de sacar la verdad a luz, el accidente no había sido eso.
No había sido un asalto, y por increíble que pareciera no había sido un ataque por parte de "enemigos" de Hernan, simplemente porque Hernan Ravenson no tenía enemigos, o al menos no que ellos supieran, así que había algo raro en todo esto, y Marcus se debía de encargar de descubrir la verdad; las únicas testigos del incidente habían sido enviadas fuera del país por alguna razón; aunque para la policía ellas también resultaban sospechosas.

 




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