Noviembre 14, 2012
—¿Cómo estuvo tu cumpleaños?
Page Coleman sabía que Baylee estaba muy emocionada por si cumpleaños, ella se lo estuvo contando; la fiesta temática este año sería especial porque ahora estaría su media hermana con ella. Sería su primer cumpleaños juntas y eso la tenía muy entusiasmada, y la terapeuta estaba ansiosa por saber que tan bien se daba este encuentro, tenían ya alrededor de tres meses y días trabajando con el tema de las hermanas en las sesiones y ella había notado un cambio significativo en Haylee. Aunque tal vez no era así.
—Estuvo bien. Aunque creo que pudo estar mejor. —Page, la terapeuta, miró a Baylee. En esa sesión no estaba siendo la misma de los días previos a su cumpleaños, algo había sucedido en esa fiesta.
—¿Cómo pudo estar mejor? ¿Ocurrió algo con tu padre y Haylee? —La chica Ravenson asintió mientras se acomodaba en el sillón, desde que entró había estado cambiándose de lugar, ningún sitio le parecía cómodo para pasar la sesión.
—Si, ellos discutieron unos días antes de la fiesta. —Haylee había comentado durante su última sesión que había tenido algunos desacuerdos con su padre, pero no pensó que fueran a continuar hasta el día de su cumpleaños, pensó que había ayudado a que ella los evitará en esa fecha. No quería que la emoción de Baylee se esfumara.
—¿Y sabes por qué? —Baylee asintió mientras nuevamente se cambiaba de sitio. Ahora estaba más cerca de Page quién la miraba fijamente, intentando no molestarla o incomodarla con ello, a Haylee parecía molestarle que la mirara demasiado, así que lo evitaba.
—Haylee tiene un mal concepto de nosotras, de mamá y de mí. Y eso me afecta demasiado, porque discute con papá, y luego lo veo triste. Odio ver a papá de esa manera, y me duele aún más cuando sé que es Haylee la causante de eso.
—¿Y que detonó esa discusión está vez?
Baylee sonrió de manera melancólica. Siempre quiso tener una hermana, y eso lo expresó durante las sesiones, y cuando se enteró de la llegada de su hermana no dejó de imaginar los cientos de escenarios que podrían vivir estando juntas, sin embargo, desde su llegada, todo ha sido diferente, todo va de discusión en discusión.
—Nuestro cumpleaños.
Page pudo notar como la voz de Baylee se quebró mientras intentaba contar el motivo de esa discusión. Se limpió las pocas lágrimas que se habían colado en sus mejillas e intentó continuar.
—Haylee está molesta porque papá la obligó a irse con nosotros, al parecer ella no quería estar con nosotros, prefería quedarse en casa, con sus abuelos. Entiendo que nunca nos hemos hablado, no nos conocíamos, pero ahora que estamos juntas deberíamos de intentarlo, y culpa a papá que también la ha obligado a estar con nosotras, la obligó a formar parte de nuestra familia, y dice que esta no es su familia. Y que papá la ha obligado a tantas cosas.
Mientras intenta ordenar sus ideas, las imágenes de la discusión llegan a su mente;
«—Pero ¿por qué no? Anastasia y Baylee se han esforzado para que este cumpleaños sea especial para ustedes. —Haylee miró a Hernan y río mientras se ponía de pie abruptamente.
—¡Por qué no! ¿Enserio lo preguntas Hernan? —La recién llegada Ravenson miró furiosa a su padre. Quién la miraba fijamente. —¡Me has obligado a venir aquí! ¡Me has obligado a tantas cosas que no pienso tolerar una más! —El carácter de Haylee siempre había sido fuerte y todos lo sabían, solo que Hernan Ravenson nunca había visto a su hija de esa manera, no conocía ese lado de ella, en realidad, no la conocía de nada.
—Haylee, yo solo quiero que estés bien. —Exclama mientras intenta calmarla; el tono de voz que estaba usado Hernan solía funcionar con Ana y Baylee, pero al parecer en Haylee estaba provocando lo opuesto a tranquilizarla; su respiración estaba comenzando a agitarse, estaba molesta y Hernan, su padre, no podía entender el porqué.
—¡Estaría mejor si me hubieras dejado con mis abuelos! —Haylee tomó aire, suspiró varias veces hasta que intentó controlarse. Cuando creyó lograrlo, miró a su padre mientras éste permanecía sentado frente a su escritorio, Haylee estaba frente a él con las manos sobre el escritorio, mirándolo fijamente; no hacía falta preguntarle nada para saber que estaba realmente furiosa. Y lo que terminó de confirmar sus sospechas, sobre su estado emocional, fue el tono de voz que cambió de uno agresivo a un tono suave, pero su enojo se percibía en la manera en cómo intentaba ocultar el nudo en la garganta que se le formaba cada que se molestaba.—Al menos a ellos si los conozco. Ellos si han estado con nosotras, pero tú no. No estuviste cuando nací, no estuviste en ninguno de mis eventos ridículos de la escuela, mucho menos en mis cumpleaños, y ahora; quieres que viva contigo, con tu zorra y con tu bastarda. Y no solo eso, quieres que las trate como si fueran algo mío, como si formáramos una gran familia. Y ahora no solo te basta con que me haya mudado aquí, sino que ahora quieres ser el padre ejemplar del que tanto se habla en las revistas de sociales, y ¿cómo quieres hacerlo? Presentarme de manera ridícula en esa fiesta, en mi cumpleaños. ¿Te imaginas la nota? "El cumpleaños de las Ravenson, el evento del año"
Hernan intentó no explotar cuando escucho las palabras "zorra" y "bastarda", porque sabía que Haylee solo estaba teniendo esa catarsis que no había tenido desde que lo vio en casa. —Estás mal, Hernan. Y yo no estoy dispuesta a formar parte de tu espectáculo. —Y sin más, Haylee salió de ahí. Pasó tan molesta por la sala y el comedor hasta llegar a las escaleras, que ni siquiera se dio cuenta de que Baylee estuvo escuchando toda la discusión entre ellos.»