El Efecto Haylee x Baylee

EL primer ataque

Diciembre 24, 2017

 

La nieve comienza a caer, es diciembre y en muchos lados las personas corren con sus compras en brazos; regalos y cenas, cenas y regalos; familias reunidas para celebrar las fiestas que se aproximan los siguientes días. En las calles no dejan de escucharse canciones navideñas; coros, personas que tocan frente a sitios icónicos, deleitando a las personas que se pasean cerca de ellos.

Niños que aún siguen dejando sus cartas a Santa Claus con las esperanzas de recibir un regalo; sonriendo para la fotografía que será colgada en alguna zona visible a cualquier visita que tengan en casa, o colocada en un álbum junto a las demás fotos humillantes que mostraran los padres a las futuras parejas de sus hijos e hijas. Los hombres disfrazados de Santa Claus siguen regordetes, sonriendo y deseando una feliz navidad mientras tocan una campanita frente a los establecimientos más populares de cada ciudad.

Los chefs siguen horneando galletas para los clientes que pueden seguir llegando; Santa no puede llegar a una casa y no recibir sus galletas y su vaso de leche caliente, por ello tanto chefs, como vendedores y consumidores deben de mantenerse al tanto de que esto no ocurra.

Y en algún punto de la ciudad se encuentran las hermanas Ravenson, las adoradas hijas de Hernan Ravenson; habían pasado cinco años desde que Haylee se había unido a ellos, la familia ahora estaba completa y era su primera navidad como familia, y la segunda desde que Haylee había llegado a casa después de lo ocurrido con la verdadera madre de Haylee, y de la desastrosa primera navidad que tuvieron con la llegada de Haylee, no habían celebrado nada, habían estado respetando su dolor por la fecha.

Pero una semana antes, dio la sorpresa de que quería celebrar la navidad con ellos, y quizás ahora si estuviese con ellos en la fiesta de año nuevo, todo dependía de cómo resultará esta navidad. Así que, Hernan había estado preparando todo, compró regalos, compró adornos y un árbol que adornaron todos juntos, además, Baylee había conseguido suéteres navideños a juego, de modo que esa sería una navidad perfecta.

Además, que sería la primera presentación que tendrían las chicas en la academia de artes de Moscú; Haylee había optado por música, ya que su madre le había inculcado dicha pasión, había escogido el violonchelo, y había estado practicando en los últimos meses hasta noche, a escondida de su padre, de su hermana y de su madrastra; por otro lado estaba Baylee, quien había elegido el ballet, ya que siempre le pareció un bonito baile, y su madre la animaba cada que escuchaban a Haylee tocar el piano o el violín, que era uno de los instrumentos que tocaba la chica, además del violonchelo.

Hernan debía de ir en camino a la presentación de Haylee y Baylee, las cuales se llevarían en uno de los castillos más representativos de Rusia, o al menos eso es lo que argumentó la maestra de la academia.

El problema era que, a pesar de que ambas presentaciones eran en el mismo castillo, Hernan debía de dividirse si quería estar con sus dos hijas, ya que cada una estaría en diferentes zonas del castillo, al norte Haylee con su chelo, y al sur Baylee con su bonito traje de ballet.

Aquella noche, Hernan debía de conducir por el bosque, las calles se habían comenzado a cerrar en ciertas direcciones, debido a la fuerte tormenta que se aproximaba, de hecho, estaba considerando llevar a su familia a algún hotel para pasar la noche o el tiempo que fuera estipulado para asegurarse de que no hubiera ningún accidente.

Esa noche, Anastasia no quería que Hernan condujera por esa zona, sin embargo, él no quería fallarle a ninguna de sus hijas.

—HAYLEE RAVENSON, ES TU TURNO. —El director de orquesta miró a Haylee, la chica más sobresaliente que podría encontrar dentro de su grupo de

músicos que tenía. Además, había notado un cambio en la chica desde que ingresó a petición de su padre.

—¿Aún no llega? —EL hombre negó mientras miraba a la joven, nerviosa.

—No, pero tienes que entrar ya. —No discutió, ni siquiera se opuso, no hizo ni un solo berrinche, al contrario, levantó en alto la mirada y avanzó erguida, luciendo el vestido negro que Sarah, amiga de Anastasia le había diseñado especialmente para esa noche. La noche. Su noche.

Haylee se armó de valor para mirar hacía el público y sonreír, una sonrisa discreta, luego de eso miró al cielo, a su madre; desearía que ella estuviera entre el público, pero sabía que ella tenía la mejor vista.

Por otro lado, Baylee estaba terminando con su último ensayo, ser una bailarina de ballet era muy importante, aún más para ella; su madre fue la mejor y Baylee quería ser como ella; aunque no siempre lo admitía en voz alta, más bien, nunca. Esta sería la noche para impresionarlos, si es que llegaban a tiempo antes del concierto de Haylee. Para ella era realmente importante que su hermana también recibiera ese apoyo que le había hecho falta.

—Baylee, es tu turno, debes de salir. —El Cascanueces ocuparía la mayoría de los teatros en esta época, al parecer a todos los maestros de artes les gustaba aquella historia. O es que era la más representativa en esa época del año, y a Baylee le tocaba ser Clara.

Era el primer papel protagónico que tendría.

Y también sería el primer solo que tocaría Haylee.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.