Enero 02. 2018
—¿Podrías decirme cómo es tu relación con Baylee?
Haylee miró divertida a la agente Paulson, como si lo que acabara de decir fuera una especie de chiste o broma.
Aquella mañana, Haylee Ravenson había amanecido muy irritable; así que solo con la presencia de la agente Paulson estaba comenzando a sentir su cuerpo arder. Aún más por el tema de las preguntas que quería realizar.
¿Por qué hablar de su relación como hermanas si el tema a tratar era descubrir quien había asesinado a su padre?
¿No se suponía que deberían de estar buscando a al asesino?
Y bueno, todos los que conocían a Haylee sabían que ella era una mujer honesta y que decía las cosas sin ningún tipo de filtro, o al menos cuando estaba irritable.
Haylee no tenía pelos en la lengua, pero trataba de disfrazar sus palabras cada que estaba de un ánimo considerablemente bueno, pero el problema era cuando estaba irritable; no había excepciones, no había manera de que ella se quedara callada. Y eso estaba por descubrirlo la agente Paulson.
—¿Eso es importante en este caso? Personalmente no lo creo.
La agente Paulson la miró un poco sorprendida, no se había topado a una sospechosa tan directa como ella; y es qué, a decir verdad, era uno de sus primeros casos, por ello le costaba trabajo armar un buen interrogatorio a una persona que no conocía y que era parte de un caso tan difícil.
—Bien, ¿está diciéndome que sabe hacer mejor mi trabajo? —Haylee arqueo una ceja, sonrió de esa manera que hacía que unos pequeños hoyuelos se formaran en sus mejillas, cerca de la comisura de sus labios. Y con solo ese gesto tan… de Haylee Ravenson, la agente Paulson se sintió retada. —Bien, entonces dígame…, qué cree usted que deberíamos de estar haciendo, ¿eh? —Haylee la miró y asintió, se recargó sobre el respaldo de la silla y cruzada de brazos le dijo;
—Dejar de sospechar de nosotras y atrapar al verdadero asesino. —La agente Paulson la miró fijamente.
—¿Qué quieres decir con sospechosas? —Haylee rio mientras se acomodaba nuevamente.
—Bueno, Baylee está muy preocupada porque sospechan de nosotras, ¿les dio ya su declaración? Creo que ella ha dado demasiadas pistas. —La agente Paulson negó.
—No es tan fácil, y…
—Bien, mejor deja que Marcus se encargue de esto, tú eres pésima en este trabajo. —Haylee rio mientras miraba el rostro de la agente. —El solo nombrar a Marcus Kansas hace que se te ilumine la mirada, vaya. No puedes ocultar el amor que sientes por él. y no lo reprocho, es lindo. Y sobre todo, mejor en su trabajo. Lastima que te dejó. Hubieran sido lindos como marido y mujer.
—Creo que mi situación sentimental es irrelevante en este caso. —Haylee asintió.
—Eso es lo que pasa cuando me cuestionas sobre Baylee. Es irrelevante en este caso —Y antes de que la agente pudiera decir algo más, Marcus Kansas entró a la habitación, miró a Haylee y luego a Renata.
—¿Sucede algo? —Renata se levantó de su silla y se dirigió a Marcus para tomar el café que le había pedido.
—Bien, Haylee, el interrogatorio lo llevará Marcus, pero yo me quedaré en la misma habitación. —Haylee asintió.
—Bien, creo que es lo mejor.
Y entonces Marcus se quedó con más dudas. Pero no dijo nada.
Marcus asintió y entregó su café a Haylee.
—Bien, no sé de qué estaban hablando antes, pero bueno, iniciaré de nuevo el interrogatorio. —Haylee asintió. —Seguro estás molesta porque te preguntan sobre tu relación con Baylee, pero la agente Paulson cree que es importante. —Haylee dio un sorbo a su café y miró a Marcus, de esa misma manera neutra que él tanto odiaba.
—¿importante? ¿En qué sentido? Solo somos dos hermanas que no se conocían, y que de pronto se conocen y ahora deben de convivir. No es nada nuevo, a los hijos de otros matrimonios les ocurre.
—Haylee, sabes a lo que me refiero. Tengo tu expediente de la secundaria y el de la preparatoria, claro que sé de lo que hablo, y del porque han estado preguntándote sobre Baylee. —Haylee asintió, rendida.
—Si, bueno. No es justo que me manipules con el tema de mis expedientes. Pero eso fue cuando estaba molesta —Marcus asintió.
—Lo sé, estabas molesta con Hernan, ¿no es así? —Haylee sabía lo ágil que era Marcus con el tema de las preguntas, pero esta vez sí que se estaba pasando.
—Con la vida.
Marcus asintió, dándose cuenta de que ella recordaba bien sus técnicas para obtener la verdad. Entonces decidió utilizar otra técnica;
—Bien, entonces, si no estás molesta con Hernan, hablemos de Hernan. —Haylee asintió. Y Renata solo estaba atenta a Haylee y a lo que decía.
—Bien, entonces ¿qué quieres saber? Sabes que soy un libro abierto. —Y justo en ese momento, Renta deseó que lo que se estaba formando en su cabeza no fuera cierto.
Pero la reacción de Marcus no ayudó mucho.
—¿Te dijo cómo fue que le dio la noticia a su familia sobre tu llegada? —Haylee asintió.
—No de manera completa, solo llegó a casa de los abuelos y dijo que tenía algo importante que decirme, pero supuse que era para irme a su casa. En Londres, siempre creí que seguía ahí, nunca se me ocurrió ver la dirección después de colgar,
—¿Y cómo fue que supiste todo?
—Baylee me lo contó todo.
—¿Ves porque si es importante hablar de ella? —Haylee rodó los ojos. —Bien, ahora cuéntame, qué fue lo que ella te contó. —Y Haylee no tuvo de otra.