El Efecto Haylee x Baylee

☀ La chica en la nieve

Diciembre 14, 2020

Oslo, Noruega

Una pareja de turistas la había encontrado; regresaban de un paseo que de pronto se había transformado en una expedición; habían perdido el camino y en medio de toda la presión tomaron la ruta que parecía conducirlos de regreso; en su camino se encontraron con la carretera cubierta por la nieve, una montaña de casi cinco metros cubría el espacio por donde se supone debían de cruzar los autos.

El hombre estaba por girar e irse en busca de otra alternativa, se había rehusado a pedir ayuda a pesar de que su novia se lo había sugerido anteriormente y con mucha demanda, sin embargo, decía que podía resolver la situación.

Un par de minutos después, cuando encendió el auto de nuevo y las luces se encendieron de golpe, permitieron que ambos notarán un detalle que habían ignorado y que ante sus ojos era escalofriante.

Una gruesa línea de sangre que se había formado desde la parte superior de la pequeña montaña de nieve hasta llegar al suelo y combinarse con la poca nieve que se había convertido de pronto en agua; la chica ahogo un grito cuando inspeccionó mejor el espacio desde dentro del auto.

—Tenemos que ayudarla. —Fue lo que dijo mientras se quitaba el cinturón de seguridad. Su novio, quien no resultaba ser tan valiente como ella había entrado en pánico.

Podrían señalarlos a ellos como los responsables; son extranjeros y era fácil culparlos, no… definitivamente él no se quería involucrar en nada de eso.

—Trevor. ¿Me escuchaste? Tenemos que ayudarla. —Quien ahora era llamado Trevor negó mientras su piel se tornaba pálida. La imagen era como sacada de una película de terror; no quería tener nada que ver en la situación. Pero, no pudo evitar que su novia lo hiciera.

—No, Aby. Espera. —Tomó de la mano a la castaña quien se giró a verle. Estaba perdiendo tiempo, debían de hacer algo. —No lo hagas. No sabemos lo que le ocurrió. Tenemos que irnos, ¿qué si nos mete en problemas? ¡puede ser incluso una criminal!

—Hasta los criminales necesitan ayuda, Trevor. Morir sería un premio para ellos. Deben vivir para cumplir sentencia primero en el mundo de los vivos. —Trevor seguía siendo presa del pánico, mientras Aby actuaba de lo más tranquila.

—Pero, Aby. —Ella negó deshaciéndose del agarre de su pareja.

—Como paramédico es mi deber ayudarla. Y sé, que estamos perdiendo tiempo. No me puedo permitir que muera.

En un descuido por parte de Trevor tomó el móvil que le había confiscado porque quería hacerla de héroe y llevarla sana y a salvo a casa, y salió del auto.

—Puedes irte si quieres, pero yo me quedo hasta saber que ella esté bien.

Llamaría después de asegurarse de que la chica siguiera con vida, y de no ser así se aseguraría de que alguien fuera por el cuerpo y pudieran entregarlo a su familia.

Aby no sabía absolutamente nada de aquella chica, pero pensó en que probablemente tenía familia; una madre, un padre, hermanos y hermanas, o por lo menos una mascota que podría estarla esperando en casa.

Y aunque en ese momento ella no lo sabía, sino hasta pasados unos meses, pero aquella chica a la que estaba ayudando no tenía a nadie más. Ni siquiera a esa mascota que podría estar preocupada esperándole en casa.

Aby regresó al auto que permanecía en el mismo sitio con Trevor dentro mirándola atentamente; buscó en su mochila un par de guantes de látex, llevaba un par siempre qué salía junto a un pequeño botiquín con lo básico para curar heridas ya que su novio era muy torpe y siempre se lastimaba; su novio le miraba suplicante para que dejara ese lado samaritano y con complejo de super heroína y subiera al auto para largarse de aquel sitio. Aún estaban a tiempo.

Y por primera vez después de todas esas veces en que Aby le sugirió hacer algo y no lo hizo, deseaba en ese momento haber escuchado y hecho caso a lo que había dicho, quizás así jamás habrían encontrado a esa chica y esto no estaría pasando; estarían en casa bebiendo una taza de café y viendo una película antes de tener que planear y organizar el viaje de regreso a casa.

Y quizás hasta el día siguiente se habrían enterado de que alguien más encontró a esa chica; viva o muerta, estaría en las noticias.

Pero sin ellos como involucrados en esto.

Sin embargo, no había un botón para regresar el tiempo atrás; aun así, esto le ayudaría a pensar mejor antes de actuar impulsivamente; a veces es bueno saber pedir ayuda y también recibirla cuando no se busca.

Cuando encontró los guantes los colocó y regresó a ver a la chica, inspeccionó para asegurarse de que siguiera con vida.

Llamó cuando notó sus signos; dos pitidos antes de que alguien pudiera responder; estaba por escuchar el tercero y fue hasta entonces que alguien respondió y pudo pedir ayuda.

No saber la dirección era lo peor, pero por suerte logró descubrir el sitio y dio una gran referencia para que pudiera encontrar el lugar en el que se encontraban.

Sí, la chica estaba viva, y por su aspecto no parecía tener mucho tiempo en la nieve por lo que sus sospechas iban a que el motivo de arrojarla ahí era para que muriera por hipotermia, su cuerpo se descompondría entre más días se demorarán en encontrarla; Aby supuso eso debido a que su temperatura aun no disminuía, y su respiración era la adecuada para la situación en la que se encontraba. Entonces quienes le hayan hecho eso habrían esperado hasta la noche para poder deshacerse del cuerpo.




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