Marck es un Joven de 15 años muy popular, hijo único de los empresarios Chamorro. Acostumbrado a toda clase de lujos y mimos, era muy inteligente y guapo. En el salón de clases era el chico más afamado por las jóvenes, formaba parte de la excelencia académica y era capitán del equipo de fútbol del colegio. Se creía en una vida perfecta.
Su casa era preciosa, una linda mansión en la parte alta de la ciudad donde se apreciaba un espectacular panorama de la capital, la casa contaba con varios metros cuadrados y el patio de varias manzanas de tierra, poseía su propia cancha de tenis y campo para jugar al fútbol.
Pero debido a todas esas comodidades y virtudes, Marck era un joven bastante engreído, en parte se sentía muy superior ante los demás. A lo que influía a su vanidad era que todos sus gustos eran cumplidos, para su cumpleaños número quince acabado de pasar, sus padres le regalaron el auto que al muchacho había gustado, era un mercedes deportivo último modelo de color negro, además de un viaje para disfrutar a las islas canarias en el hotel más lujoso, ya que el joven se había encaprichado en ir a ese sitio y no a Cancún donde sus padres le habían sugerido —ahí ya eh ido, quiero conocer otro sitio— los padres lo amaban mucho y como solo él les había sido otorgado lo mimaban con ciertos excesos.
En el cual en el viaje vivió una gran experiencia con un grupo de “amigos” que tenía, donde disfrutaron hasta el cansancio de lo que se les ocurría. Hay que aclarar que, aunque el chico era un mimado completo, no era un descarriado que les causara dolores de cabeza a sus padres por meterse en problemas, era de un carácter serio, donde se pensaba que tenía un raciocinio superior a los demás, por lo que tenía muy en claro lo que hacía, nunca iba en busca de algo que le perjudicara su existencia perfecta, nada de drogas, borracherías, nada de malos pasos.
En lo que influía en los padres a cumplirle los deseos y gustos de su único hijo. Lo amaban y estaban muy orgullosos de él. Ya que su actitud con ellos era de una forma completamente distinta a la que se comportaba con los restantes. Con sus padres era cariñoso, comprensivo, sensible, muy cuerdo y maduro para expresarse. Los señores Chamorro creían que tenían un excelente hijo, por lo que el chico siempre escuchó.
—Tengo un hijo modelo, como ningún otro —decían sus padres.
Por lo que Marck siempre creyó eso, pensó que su comportamiento era el adecuado, y que no había ningún problema en él.